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Estilo Zen: la tendencia más vanguardista en deco

Dentro de las tendencias más vanguardistas, la decoración estilo zen es una de las que cosecha más adeptos. Se trata de un intento por adaptar la sabiduría y costumbres orientales al ritmo de vida occidental, incluyendo a la decoración. Un concepto que se aleja diametralmente del estilo rústico, del ornamento excesivo, en busca de la armonía y el equilibrio.

A principios del siglo XX llegó a Europa el concepto de las costumbres y prácticas orientales (artes marciales, jardines japoneses, arreglos florales, etc.) como un movimiento estético. Los puntos centrales de esta filosofía que concitaron la atención de artistas e intelectuales, fueron la pureza estética y la profundidad de sus enseñanzas.

El origen del zen está en el budismo y su filosofía, que perdura desde la antigüedad, cobrando nuevos valores en la sociedad actual. Se trata del conocimiento de sí mismo a través de la relación con el entorno y el universo. Es una corriente espiritual que apunta a la armonía entre lo material y lo intangible. Una construcción que fluye entre los límites de lo construido y el medio ambiente natural, tanto en el interior como en el exterior.

El primer paso en la decoración zen es remover cosas de la habitación y de la vida que no son esenciales. Todo lo que sea importante en el cuarto es conveniente guardarlo en un lugar determinado cuando no esté en uso. Para acentos y colores, se recomienda la paleta de colores neutrales hacia los cálidos veraniegos. El zen es un estilo de decoración frugal que pone énfasis en la conexión y la simplicidad, por lo que los tonos sólidos color tierra son los mejores patrones.

Las paredes deberían tener una o dos pinturas o portarretratos en lugar de estar cubiertas de imágenes.

Para los muebles, es necesario optar por líneas limpias. Los materiales naturales, como el bambú y el roble, hacen hincapié en productos manufacturados y dan más comodidad que otros objetos.

Es fundamental tener presente que el foco de una habitación con tema zen debe ser una contemplación calma. Una simple fuente de agua vertiéndose sobre las piedras puede contribuir con la filosofía, como también puede hacerlo el arte en un estilo simple. Si al entrar en la habitación se observa el punto focal y se respira profundamente sintiendo que se alcanza un estado de relajación es porque se ha logrado la decoración zen.

El espíritu zen asiático permite transformar un hábitat, una vivienda, en una zona tranquila y reposada. La serenidad es la pauta más importante que se debe seguir para conseguir una decoración al estilo asiático.

No obstante, el estilo asiático se basa mucho en el orden y el minimalismo. La decoración influenciada por Asia deja espacios claros y bien distribuidos.

En el estilo oriental las zonas comunes poseen un espacio generoso y todas ellas reflejan una sensación de apertura al exterior, hacia los demás. En cambio, las zonas más íntimas están más celosamente guardadas.

Para elegir colores y materiales
La aplicación de esta sabiduría en la decoración requiere de un cambio en las convenciones establecidas. El uso de los colores es una de las principales características del estilo zen. En la casa se emplean preferentemente el blanco, y la gama de los tonos ocre llegando hasta el beige.

Los materiales que se prefieren para esta decoración son la madera natural, principalmente el haya y el bambú. Los muebles deben ser simples al extremo, con formas puras y rectas, evitando las curvas y el barroquismo. Se da relevancia al orden y todo lo que contribuya con éste.

Los aspectos dominantes del espacio deben ser la comodidad, la sobriedad, el despojamiento que permita el movimiento fluido sin obstáculos, y la abundante iluminación. El resultado es sensual, luminoso, suave, perfumado, e invita al recogimiento y la paz.

El salón es la principal habitación de la casa y debe resaltarse con la decoración. Es preferible aplicar un color claro que ilumine y dé amplitud, pudiendo prescindir de los cuadros si la textura de las paredes lo permite (por ejemplo paredes esfumadas, o texturadas). Los pocos objetos decorativos serán elegidos cuidadosamente.

En el dormitorio debe primar la tranquilidad y la pureza, por esto blanquear las paredes es lo más indicado. La cama futón es la ideal, pero se puede recurrir a una cama tradicional, mientras no tenga una cabecera decorada o de hierro; una tabla lisa de madera sería ideal.

En la cocina y el baño, el blanco se impone absolutamente, la fórmica blanca en la cocina, y en el baño podemos optar por los azulejos blancos o la piedra.

Existen algunos complementos que pueden ayudar mucho a crear ese ambiente de relajación y equilibrio que se desea alcanzar. Las velas y el incienso son dos elementos importantes. Las velas con aromas suaves serán muy útiles, pues los aromas suaves invitan a la relajación. Las mesas bajas también pueden ser un complemento adecuado para el estilo oriental.

Una casa zen es mucho más que una sencilla decoración minimalista.

Muchas veces se confunde el minimalismo con el zen. Si bien es cierto que el zen es minimalista, es mucho más que eso: en el zen se trata de estar en armonía con la naturaleza, pero nunca aislarse de ella.