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Facebook y fraudes corporativos, algunas pautas de prevención

Los fraudes, en general, se producen utilizando las tecnologías más comunes y accesibles.

Los rastros dejados por un empleado descuidado en su acceso a las redes sociales desde la oficina podrían ser aprovechados por un hacker para perpetrar un ilícito.

No sería sorprendente que, en algún futuro inmediato, viéramos algún caso de fraude empresarial relacionado con las redes sociales, y no sólo por el acceso de los empleados.

Si bien, por el momento, las redes sociales no forman parte de las herramientas utilizadas para cometer fraudes corporativos, esto podría cambiar pronto, a medida que nuevas generaciones de jóvenes vayan alcanzando posiciones ejecutivas.

Los investigadores de fraudes utilizan una variedad de herramientas forenses para examinar enormes cantidades de datos digitales, desde la información almacenada en las computadoras y laptops de los empleados, hasta millones de transacciones financieras y de servicios administrativos que atraviesan los servidores y redes corporativas.

Por medio de una combinación de sistemas de software inteligente, e ingeniería, con frecuencia se encuentra evidencia de fraudes que incluso los sistemas de auditoría corporativa más fuertes dejan escapar.

En este aspecto, las redes sociales ofrecen un reto interesante para los investigadores corporativos, ya que la comunicación a través de ellas tiende a ser más casual, lo que contribuye a aumentar la expectativa de privacidad de los empleados.

Así, es mucho más probable que los usuarios mezclen negocios y asuntos personales. Como resultado, las herramientas de software y los investigadores corporativos que las usan deben trabajar más para contextualizarlas.

A fin de cuentas, las mismas reglas que se aplican a correos electrónicos, memorandos, faxes y otras comunicaciones deberían aplicarse a las prácticas de los empleados en las redes sociales. Los trabajadores necesitan apegarse a las reglas básicas, el protocolo y la ética de la compañía, ya sea que hagan una llamada comercial, un negocio o naveguen en Twitter.

Para evitar fraudes, siempre es necesario recordar una serie de buenas prácticas para el uso de la tecnología en la empresa. Estas pautas, desde luego, también incluyen las redes sociales.

1) Capacitación sobre usos/políticas de los recursos tecnológicos provistos por la compañía.
2) Firma de formularios de entendimiento y consentimiento de dichas políticas.

3) Cumplir con las recomendaciones corporativas sobre seguridad informática.

4) Cambiar periódicamente las contraseñas de los accesos a redes sociales, así como también de correos electrónicos.

5) Mantener la privacidad de los perfiles, permitiendo el acceso de información únicamente a contactos.

6) No responder las solicitudes que puedan contener códigos maliciosos o puedan formar parte de actividades delictivas.

7) No abrir contenido con spam ni descargar aplicaciones o archivos desconocidos.

8) No publicar información sensible y confidencial, para evitar que personas extrañas puedan aprovecharla con fines maliciosos.