Inicio Empresas y Negocios Falta de energía: Reducir el consumo vs aumentar la disponibilidad?

Falta de energía: Reducir el consumo vs aumentar la disponibilidad?

Cada vez se hace más notable la dependencia directa entre la producción de bienes y servicios, y la disponibilidad de energía.
Pero para tener energía disponible, es necesario mantener la integridad de los activos físicos que la producen. Cuando estos activos físicos fallan, no sólo se socava su capacidad de generar riquezas y se interrumpen los servicios, sino que nuestra propia supervivencia se ve amenazada. El caso más concreto, a modo de ejemplo, es el de los alimentos y medicamentos que están expuestos a variaciones de temperatura por los cortes de luz. Además de las quejas y reclamos de miles de usuarios particulares, los cortes de luz generan un grave perjuicio a la industria, tanto porque afecta a la calidad de las materias primas como porque interrumpe los procesos productivos.
Todos sabemos que el gobierno argentino puso en marcha el Programa de Uso Racional y Eficiente de la Energía con todo un paquete de medidas, como la modificación del huso horario en todo el territorio nacional, la distribución gratuita de cinco millones de lámparas de bajo consumo para ser usadas en los hogares, el reemplazo de luminarias de alumbrado público, e incentivos para quienes adquieran electrodomésticos de bajo consumo. Pero todas estas medidas apuntan a disminuir el consumo.
El objetivo del programa del gobierno es que particulares, comercios e industrias que consumen energía eléctrica, reduzcan hasta un 6 por ciento la demanda.
Esta propuesta no está de más, pero básicamente consiste en reducir la cantidad de energía que se consume, con lo cual todos perdemos:
las empresas generadoras y transmisoras de energía, y los usuarios finales (ya seamos particulares, comerciantes o industriales).
Quiero referirme aquí a otra opción, que tiene la característica de proporcionar una cantidad de energía similar al plan propuesto por el gobierno, pero de una forma en la que todos ganamos: la solución de la Confiabilidad.

Bajar la demanda vs producir más energía
Básicamente, el concepto básico es aumentar la oferta mejorando la eficiencia y la eficacia.
Estos dos términos son frecuentemente confundidos por la gente de negocios y por el público en general.
Eficacia es la Capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera, mientras que eficiencia es la Capacidad para lograr un fin empleando los mejores medios posibles.
O sea que la eficacia tiene que ver con resultados, está relacionada con el logro de los objetivos, mientras que la eficiencia, en cambio, se enfoca a los recursos, a utilizarlos de la mejor manera posible.
Ambos conceptos están muy vinculados a las teorías modernas de mantenimiento, que indican que un activo físico ó planta productiva no sólo debe asegurar -a través de su diseño- que puede cumplir con una serie de exigencias y normativas establecidas, sino que debemos asegurarnos que continúe cumpliendo con aquello que se le exige de manera permanente durante los años venideros de operación y servicio, de manera de optimizar los resultados, y evitar accidentes que afecten a la seguridad ó al medio ambiente.
Para mejorar tanto la eficiencia como la eficacia del sistema energético hay una gran cantidad de herramientas a utilizar para producir entre un 5 y un 10 % más de energía, sin tener que realizar inversiones adicionales, y en poco tiempo.
A nivel mundial existen métodos probados por los cuales se ha logrado en múltiples ocasiones incrementar la oferta con los activos disponibles (las centrales pre-existentes) hasta que se materialicen las nuevas centrales proyectadas. Por ejemplo TRANSBA S.A., la concesionaria del servicio de Transporte de Energía Eléctrica de la Pcia.de Buenos Aires, trabajando desde 2003 con este tipo de metodología, ha logrando una impresionante reducción del 40% de las fallas ocurridas cada 100 km de tendido. Esto significa que el tendido eléctrico de la empresa falla un 40% menos (cada 100 km) que antes, o – mirado desde otro punto de vista- incrementó en un 40% (cada 100 km) la disponibilidad de su red

Como se ve, la propuesta no trata del ahorro de energía, sino de generar una mayor cantidad de energía mediante una reducción de los tiempos en que fallan los activos, y una mejor organización del mantenimiento.
Con la experiencia lograda tras haber mejorado los recursos de unas 70 Centrales de energía, ubicadas en España, Argentina, Chile, Perú, Colombia ,Brasil y Uruguay, podemos hablar sobre el mejoramiento de la oferta de energía con el modelo de confiabilidad; la eficiencia y la eficacia van a permitir ampliar los tiempos entre fallas, es decir que éstas sean menos frecuentes, permitiendo incrementar la oferta como mínimo en un 5%: el equivalente a lo que el gobierno espera lograr con la puesta en marcha de la central eléctrica de Campaña.

Desde un punto de vista técnico
Decíamos que el objetivo del mantenimiento es asegurar que los activos físicos sigan haciendo lo que sus usuarios quieren de ellos, a lo largo de su vida operativa.
La magnitud de aquello que los usuarios requieren que el activo haga puede definirse a través de su estándar de funcionamiento. Si pudiésemos construir un activo físico capaz de rendir según este funcionamiento sin deteriorarse en ningún modo, ese sería el fin de la cuestión: la máquina funcionaría constantemente sin necesidad de mantenimiento.
Sin embargo el mundo real no es tan simple. Las leyes de la física nos dicen que cualquier sistema organizado que es expuesto al mundo real se va a deteriorar.
A esto debemos tener aún en cuenta la enorme cantidad de fallas de carácter aleatorio, ó que suceden al poco tiempo de ponerse en marcha o de haberse reparado un activo.
Este tipo de fallas también pueden causar un accidente o incidente ambiental, y deben ser tratadas adecuadamente para reducir la probabilidad de su ocurrencia a un nivel que tolerablemente bajo para las potenciales víctimas.
Entonces, si el deterioro o las fallas son inevitables, deben ser previstos y manejados de manera proactiva a través de una estrategia de confiabilidad operativa adecuada.
La mayoría de los diseñadores no plantea un activo para que falle, y justamente por eso no se toman las previsiones adecuadas para tener un grado de confiabilidad aceptable. Pero no nos podemos dar el lujo de trabajar a prueba y error, cuando las consecuencias pueden implicar cortes masivos de energía con serias consecuencias sobre la salud y calidad de vida de los seres humanos o sobre el sistema productivo de todo el país.

La primera industria que tuvo esto en cuenta fue la de la aviación civil internacional. Sobre la base de investigaciones que cambian muchas de nuestras creencias más firmes y sostenidas respecto del mantenimiento, desarrolló un marco estratégico completamente nuevo,
usado para determinar sistemática y científicamente qué debe ser hecho para lograr mejoras rápidas, sostenidas y sustanciales de la disponibilidad y confiabilidad de planta, calidad del producto, seguridad y la tan deseada integridad ambiental. Esta metodología se conoce dentro de la industria de la aviación como MSG3, y fuera de esta como Mantenimiento Centrado en la Confiabilidad ó RCM 2 (Reliability-centered Maintenance).

Como todo proceso, el RCM2 es estructurado y sistemático, y se basa en la formulación de siete preguntas para encontrar la estrategia de mantenimiento más adecuada para cada activo físico de una planta industrial:

1. ¿Cuáles son las funciones y los parámetros de funcionamiento asociados al activo en su actual contexto operacional?
2. ¿De qué manera falla en satisfacer dichas funciones?
3. ¿Cuál es la causa de cada falla funcional?
4. ¿Qué sucede cuando ocurre cada falla?
5. ¿En qué sentido es importante cada falla?
6. ¿Qué puede hacerse para prevenir o predecir cada falla?
7. ¿Qué debe hacerse si no se encuentra una tarea proactiva adecuada?

El RCM2 es una herramienta de trabajo en equipo interdisciplinario que busca definir las acciones de mantenimiento, teniendo en cuenta los costos de reparación y prevención, los costos generados por la pérdida de producción, de calidad y de servicio al cliente, y el nivel tolerable de las consecuencias en la seguridad y en el medio ambiente.
El RCM 2 no es un software: es una herramienta para establecer las tareas a efectuar, y ha sido ideado para lograr su fácil enseñanza, aprendizaje e instalación.

La gestión del Mantenimiento es una función vital para alcanzar la mejor competitividad de una compañía y esta función debe ser entendida como un verdadero proceso en el que intervienen diferentes aspectos:

* Las estrategias de Mantenimiento, en cuanto a sus requerimientos
* Los recursos humanos, considerando las habilidades y capacidades de los operadores y gerentes
* Los recursos físicos y la administración de sus servicios, repuestos y herramientas.
* Los sistemas de gestión

La herramienta
Como punto de partida para una Organización Integral de Mantenimiento –OIM- debe realizarse un Diagnóstico; un proceso analítico estructurado, que permite conocer y comprender la situación actual del área de Mantenimiento en la organización, y descubrir y describir sus problemas y oportunidades El Diagnóstico tiene como fin evaluar la efectividad de cada uno de los procesos que se desarrollan en Mantenimiento, para cumplir con la administración de los activos físicos en cuanto a estrategias, recursos humanos, recursos materiales, servicios de terceros y sistema de gestión.