El consejero delegado del grupo italiano, Sergi Marchionne, se reúne hoy con el Gobierno alemán y con los sindicatos de la filial europea de General Motors para exponer su proyecto empresarial. Marchionne ha adelantado las líneas básicas de su plan en ‘Financial Times’.
Tras cerrar el pasado jueves una alianza con la norteamericana Chrysler, el fabricante de coches italiano Fiat aspira ahora a comprar Opel, la filial alemana de General Motors. El consejero delegado de Fiat, Sergi Marchionne, se reunirá hoy en Berlín con representantes del Gobierno alemán para discutir una primera oferta por Opel.
Según asegura ‘Financial Times’, las sinergias del acuerdo entre Fiat y Opel producirían 1.000 millones de euros anuales de beneficios.
Marchionne ofreció algunos detalles del plan propuesto, según el cual el acuerdo debería completarse a finales del mes de mayo y el reparto accionarial de la nueva compañía estaría definido a finales del verano. “En 30 días debemos llegar a un principio de acuerdo”, aseguró.
La compañía resultante se llamaría provisionalmente Fiat/Opel, y fusionaría los segmentos B y C de ambas compañías, además de absorber el segmento A de Fiat y el segmento D de Opel, añade el periódico.
Marchionne planea además dialogar con los gobiernos de Reino Unido y el resto de países europeos donde Fiat y Opel tienen plantas de fabricación para conocer la posibilidad de que garanticen créditos financieros a la nueva compañía créditos. Según Marchionne, este acuerdo es importante para Europa, castigada ahora por la recesión económica, recoge ‘Financial Times’.
“Esta es una gran oportunidad para hacer que la Unión Europea funcione como una unión. Si no lo conseguimos, será un fracaso de nuestros esfuerzos por crear un mercado único”, dijo.
La nueva compañía también incluiría a Saab, la filial sueca de General Motors que la compañía estadounidense está vendiendo de manera separada. El nuevo conglomerado también absorbería las operaciones de General Motors en Latinoamérica.
Estrategia
El plan de Marchionne representa el deseo de Fiat de formar un grupo internacional, con presencia en Italia, Alemania y Estados Unidos, y con una capacidad de producción y venta de cinco millones de coches anuales. Recientemente, Marchionne pronosticó que la crisis de sobreproducción en la industrial del automóvil producirá una fuerte restructuración del mercado. En su opinión, sólo sobrevivirán cinco o seis fabricantes, con una producción de unos cinco millones de unidades.
Marchionne persigue situar a Fiat entre los protagonistas de la restructuración, aprovechando además las ayudas que los gobiernos están dispuestos a inyectar en el sector para salvar las industrias nacionales. Con Chrysler, Fiat alcanzará una producción de 4,3 millones de coches.
El presidente de Fiat, Luca Cordero di Montezemolo, aseguró ayer en una entrevista que “Opel es el socio ideal para Fiat”. El consejo de administración de la italiana emitió ayer un comunicado en el que afirma que el grupo podría valorar varias operaciones societarias, incluso la segregación de Fiat Group Automobiles (que incluye la participación en Chrysler) en una sociedad cotizada que aúne también las actividades de General Motors Europe.
Dificultades
La misión de Marchionne en Berlín no es fácil. Muchos representantes políticos y de los sindicados alemanes ya se han declarado en contra de un eventual acuerdo con la casa italiana. En su opinión, Fiat no tiene los recursos financieros necesarios para afrontar la operación. Además, dado que los dos fabricantes producen modelos similares con tecnologías análogas, se teme por el cierre de las plantas en Alemania. Los trabajadores italianos tienen el mismo temor.
El ministro de Economía alemán, Karl-Theodor zu Guttenberg, dijo ayer que Fiat o cualquier otro inversor debe presentar una sólida estrategia y un plan de largo plazo para mantener abiertas las plantas de Opel, si quiere obtener el respaldo del Ejecutivo. Opel cuenta con cuatro plantas en Alemania, donde ocupa alrededor de 25.000 trabajadores. Sin embargo, la canciller Ángela Merkel ha asegurado que tomará en consideración cada propuesta.
Los alemanes parecen preferir la sociedad de componentes austrocanadiense Magna, que, además de Fiat, ha manifestado interés por Opel. Magna podría aliarse con el fabricante ruso Gaz, propiedad de Oleg Deripaska, y con la banca pública Moscu Sberbank. También contaría con el respaldo del ex canciller Gerhard Schröder.
