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Fin de año en la empresa: cómo armar una fiesta para distintas generaciones

Hoy día, personas de generaciones muy diferentes coexisten en una misma empresa. Si bien hay compañías en áreas como las tecnológicas, que por su core business y características tienen personal más joven, el promedio general de edad del personal ronda los 35 años. En general hay un 1% de empleados “Tradicionales” (mayores de 60 años), un 24% de “Baby Boomers” (de 50 y más); un 48% de miembros de la Generación X (treintañeros y cuarentones) y un 27% de la Generacion Y, que son los llamados “nativos digitales” (menos de 30 años), nacidos bajo el auge de la tecnología informática. Y a la hora de armar la fiesta de fin de año, esta diversidad puede ser un problema para el management.

¿Qué tipo de fiesta le gusta a cada uno? ¿Se puede armar un evento donde todos se diviertan?

Hay compañías donde el evento se resuelve de una manera sencilla, incluso podríamos decir “standard”. Pero en aquellas organizaciones donde la gerencia de RRHH está comprometida en tomar en cuenta lo que realmente quiere su gente, a veces resulta complicado encontrar una propuesta que satisfaga a todos.
Al analizar qué le interesa a cada grupo sociológico, deberíamos plantearnos la mutación que experimentó la idea de diversión, y a partir de ahí, cómo fue cambiando el concepto de fiesta para cada uno.

Tradicionales: Son generaciones que vivieron para trabajar, y en ellos es todavía muy fuerte la idea de estructura jerárquica dentro de la empresa. Aparecieron durante los tiempos de guerra y el período post bélico, por lo que se adaptaron a un ambiente de escasez, en el que la austeridad es un valor. Son leales, disciplinados y pragmáticos. Por ende, prefieren los eventos formales y tradicionales. Cuando eran jóvenes, el concepto de fiesta empresaria pasaba por reunirse en un salón importante, degustar una copa en la recepción, luego sentarse en mesas redondas con lugares previamente asignados, y allí disfrutar de una comida formal. Se vestían para la ocasión de una manera seria. La sofisticación y variedad del menú eran tomados como indicadores de la importancia que la empresa asignaba al evento. Al inicio o al término (“a los postres”) los directivos pronunciaban un discurso, que era respetuosamente escuchado por todos los presentes. Luego se entregaban medallas u otro tipo de reconocimiento, y al final se iniciaba el momento del baile. Si pueden elegir, todavía hoy prefieren las fiestas de este tipo: en un salón y con un catering formal.

Baby Boomers: Buscan ser exitosos y en esa carrera, sufren de los efectos la adicción al trabajo (lo que se dio en llamar “workaholic”). Han propiciado un fuerte cambio social que incluye el movimiento hippie, el feminismo y los derechos civiles. Son optimistas y proactivos. Las actuales jerarquías gerenciales están dominadas por los Boomers y los más antiguos de la Generación X. Conjuntamente, ellos definen las culturas corporativas y el éxito dentro de ellas. ¿Qué estilo de fiesta prefieren? Este grupo comparte todavía la visión de los Tradicionales sobre la fiesta empresaria, pero puede llegar a admitir algunas de las nuevas tendencias – que a fuerza de ser impulsadas por los medios de comunicación les resultan “divertidas” – como una gastronomía mas informal. La cultura de cada empresa marcará la elección final.

Generación X: Crecieron en un mundo cambiante y violento, conviviendo con las drogas y el SIDA. Asistieron a la ruptura de grandes paradigmas: la caída del Muro de Berlín, los despidos masivos de los ’80 y las crisis económicas. Comprobaron como el idealismo de sus padres era defraudado por la globalización. La generación X crece ya en un mundo online las 24 horas: el teléfono celular, el cable e Internet. Son individualistas; no creen demasiado en las empresas, y desconfían de sus jefes. En oposición a los Boomers, que “vivieron para trabajar”, los X “trabajan para vivir” (buscan el life balance). Trabajan “a resultados” y valoran a los jefes profesionales, que obtienen logros, y aborrecen las jerarquías y la burocracia. ¿Qué estilo de fiesta prefieren? Son hedonistas y saben apreciar lo premium, tanto en la gastronomía (un buen catering, vinos de marca) como en el entretenimiento. Buscan un festejo en donde disfrutar y sociabilizar, tranquilos y sin presiones. Con esta generación comienza a surgir la idea de hacer una fiesta en lugares no tradicionales, con nuevas dinámicas. Donde el catering sea mas informal, donde haya espacios de conversación con mucha gente y no con los 10 de la misma mesa, y en donde la diversión y el “bon vivir” sean el leit motive del evento.

Generación Y: los jóvenes “del milenio”, que nacieron después de 1980 de la mano de Internet, las redes sociales, los celulares, los MP3 y las playstation, tienen cada vez mayor peso en los resultados de las estrategias de management. Ellos conviven de manera natural con la tecnología, valoran la velocidad y son flexibles. No solo “aceptan” el cambio sino que lo buscan, porque saben intuitivamente que las cosas tienen que cambiar para sobrevivir.

En una fiesta corporativa se les puede proponer predios alternativos a los tradicionales, tecnología aplicada a la diversión (por ejemplo usando los sms, el bluetooth, el Nintendo Wii y la web – Facebook, Twitter y los blogs para articular actividades recreativas) y juegos grupales “diferentes” (cocinar en equipo, hacer un curso de make up, participar de una banda de música en vivo, jugar a la Play Station con los compañeros de trabajo…) Respecto a lo gastronómico, prefieren sectores descontracturados con livings, puffs o mesas altas con banquetas, por ejemplo, servidas de una manera informal, donde se ofrezcan bandejas de sushi, puestos de comida étnica y una “forma fácil” de comer (shots, finger foods, appetizers, etc). Además, le dan importancia a la bebida, por lo que es una buena idea incluir una barra de tragos. Un “after” sin etiquetas puede ser el plan ideal para esta franja.

En resumen, todas las generaciones conviven en una compañía, hacen su cultura y su forma de ser. Por eso no debemos dejar de lado a ningún sector, y generar una fiesta en donde haya un delicado equilibrio entre todas las propuestas anteriormente detalladas. En donde todos se vean reflejados y la pasen bien. El objetivo es agasajarlos, y que la gente sienta que el evento fue hecho a medida de sus gustos.