¿Tienen algo que ver las bebidas alcohólicas y la Fórmula 1? En principio parecería que poco, puesto que no hay nada más perjudicial para desempeñarse bien al volante que consumir alcohol. Sin embargo, Johnnie Walker es desde hace años uno de los principales auspiciantes de unos de los más importantes equipos de la máxima categoría automovilística: McLaren-Mercedes.
La multinacional de bebidas Diageo, propietaria de las marcas Johnnie Walker, J&B, Cuervo, Baileys, Smirnoff, Tanqueray, Guinness y Captain Morgan utiliza su presencia en la F1 para promover el consumo responsable. Su campaña es la denominada “conductor designado”, que incentiva a los jóvenes a que en sus salidas designen cuál integrante del grupo será el que no consuma para conducir luego el vehículo que los devolverá a salvo a sus hogares. Diageo es además propietaria en la Argentina de la bodega Navarro Correas y los embajadores de su campaña bajo la marca de whisky Johnnie Walker son Mika Hakkinen, dos veces campeón del mundo con McLaren y el último en la escudería en alcanzar el título de pilotos, y el piloto de pruebas español Pedro De la Rosa.
Uno de los puntos más atractivos de la campaña es un concurso que se realiza anualmente en América latina. Este año los ganadores de cada país pudieron invitar a cuatro amigos para compartir el premio de asistir al Gran Premio de Brasil. Allí además compitieron con pruebas de manejo, luego de recibir un curso de conducción defensiva. Los ganadores participarán el miércoles próximo en la final en el mítico autódromo inglés de Brands Hatch, luego de visitar el centro de investigación y desarrollo del equipo McLaren-Mercedes en Woking.
El ganador en la final de Brands Hatch recibirá una invitación para presenciar en 2008 el más glamoroso de los grandes premios de la F1: el de Mónaco. Por la Argentina participará Tomás Fernández Madero, quien junto a sus compatriotas Luis Navarro, Marcos Franchini, Gonzalo Aguiar y Hernán Vieyra, compitió en Brasil en octubre.
Medidas de promoción semejantes han transformado a la F1 en una gigantesca ventana para construir imagen y relaciones con la comunidad y los clientes para los patrocinadores y las empresas que participan directamente en los equipos. El desafío para la categoría desde 2005 ha sido reemplazar el aporte que realizaban las grandes tabacaleras, ya que casi todas dejaron de ser patrocinantes.
