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Golf y polo con aires de campo

Cada estancia tiene su particularidad, su atractivo, su secreto que la vuelve distinta. La Eloísa, en el partido de General Las Heras, se distingue porque su parque de 10 hectáreas resultó ser una cancha de golf.

Curiosamente, el tee de salida cubierto de hojas de otoño, frente a la galería de la casa de estilo inglés construida en la década del 60, es el inicio de una rústica vuelta de 9 hoyos de pares 3 y 4, para el solaz de aficionados y fanáticos de este deporte.

Francisco Aguilar vive en San Isidro, pero va y viene según la demanda de los turistas. Ofrece a los huéspedes cuatro bolsas de palos, pelotas y la tranquilidad de jugar en una cancha donde nadie apura a los principiantes, que no desentonan con los jugadores de menos handicap.

El casco de estilo clásico inglés de una estancia que perteneció a un escocés de apellido Hill, que tuvo cabaña de toros, fábrica de lácteos y un largo etcétera -llegó a haber 100 personas trabajando en estas tierras-, ofrece cinco habitaciones señoriales con bow windows que miran al verde, con baños privados. Distante a 500 metros, otra casa más moderna ofrece otras 4 habitaciones: en total hay alojamiento para 26 personas. Cada casa cuenta con su salón de televisión con Direct TV y la idea es que los huéspedes se manejen como en su propio hogar.

En total son 400 hectáreas de un campo de cría de caballos y algo de agricultura, con 10 hectáreas de parque, que albergan la cancha de golf, tres canchas de polo, cancha de bochas, crocquet, dos caballerizas, canchas de tenis y paddle, y pileta.

Para los huéspedes interesados en andar a caballo o en carro, las cabalgatas duran 45 minutos y son al paso por cuestiones de seguridad, salvo para los jinetes más avezados.

De noviembre a marzo, el club La Eloísa recibe principalmente extranjeros interesados en jugar al polo. Francisco arma las rutinas de taqueo por la mañana y chukkers por la tarde. En invierno y a pedido, se organizan exhibiciones de polo.

Otra actividad que eligen locales y extranjeros es la observación de pájaros. Zorzales, horneros, chimangos, calandrias, cotorras y pechitos colorado tienen aquí su lugar sobre los árboles rojizos del otoño.

Vinos y asado
La rutina del día se decide de antemano con Araceli, que se encarga de la administración de la casa: que las comidas de Ana Lía estén listas a la hora señalada en el comedor de la casa principal -incluye entrada, plato principal y postre, con bebidas-, que los palos de golf estén disponibles, que los caballos estén listos, según las necesidades de los clientes. No se aceptan niños menores de 12 años.

Desde el comedor, una escalera desciende a la cava de la casa, donde Francisco ofrece a los interesados etiquetas más costosas. Igualmente, los varietales de Escorihuela Gascón que ofrece como vino de la casa son una opción más que recomendable porque, como aclaró Francisco: “La idea es que la gente deje su billetera en casa para relajarse en un hotel de campo con polo y golf, no una estancia tradicional con gauchos y jineteadas”.

Sí, en cambio, por la mañana o la tarde se ven petiseros moviendo los caballos propios y ajenos, o haciendo prácticas de polo.

Los sábados o domingos sirven asado en un quincho con capacidad para 40 personas: incluye chorizo, morcilla, riñones, chinchulines, colita de cuadril y lomo, entre otras posibilidades, según la disponibilidad de la carnicería de Las Heras. La gastronomía es de estilo casero habitual: pollo o lomo al horno con ensaladas o papas a la crema, mucha sopa y pastas caseras, como los spaghetti con salsa rosa y los ravioles de verdura.

En el aljibe, frente a la galería de la casa, funciona el open-bar de gaseosas, también bebidas alcohólicas con un costo adicional. Parejas o singles descansan en La Elóisa por igual. Porque aquí nadie dice La Eloísa.

Datos útiles

Cómo llegar
Tomar la Autopista Riccheri, y luego la Autopista Ezeiza-Cañuelas hasta la ruta 6. Por ésta son 30 km hasta doblar por la ruta 200, que en Las Heras ahora se llama 40, hasta la entrada del pueblo. Allí se toma un camino de tierra mejorado por 9 km hasta la estancia.
Reservas: 155 1859854; www.pololaeloisa.com

Precios
Día de campo: $ 150 por persona. Un día y una noche, con cuatro comidas, desde $ 250 por persona. Hay tarifas diferenciales para extranjeros.