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Graves problemas en la gestión de riesgo de las compañías

Después de la enorme crisis económica que ha vivido el planeta se esperaría que las compañías hubieran tomado las riendas del control de riesgos para encaminarse hacia un futuro más estable y seguro, y para evitar tropezones que podrían ser fatales.

Así se trate de un momento difícil en el que la mayoría recorta costos en las diferentes áreas, el control de riesgos constituye una pieza clave en la recuperación y en el futuro de cualquier compañía, por lo que indiscutiblemente se necesita una inversión y una revisión de su funcionamiento actual.

Un reciente estudio de la Unidad de Inteligencia de The Economist revela que esta evaluación e inversión de la que hablamos no es una realidad, que los esfuerzos en cuanto a la gestión de riesgo están minados, las mejoras supeditadas al recorte de gastos, y que el área de gestión de riesgos está tan apretada como todas las demás, lo que se convierte en un problema que podría tener consecuencias aterradoras.

En el reporte, llamado “Más allá de llenar casillas: una nueva era para el gobierno de riesgo”, se realizaron preguntas a 364 profesionales de riesgo, quienes se quejaron de la baja calidad de los datos, la tecnología inadecuada y la falta de pericia.

Querer más por menos
Y es que no son tiempos fáciles para las compañías, ya que hay un gran desbalance entre lo que los directivos saben que deben hacer y lo que realmente pueden realizar con presupuestos recortados, lo que lleva a evitar todos esos cambios que signifiquen altos precios y a optar por victorias rápidas y mejoramientos en los procesos, tratando de hacer más con menos.

Como lo explica Rob Mitchell, editor del reporte, “Las compañías están enfrentando un dilema difícil en el ambiente actual…Por un lado, reconocen que necesitan repartir más tiempo y recursos en la gestión de riesgos de manera que los defectos serios de su acercamiento actual puedan ser tratados. Pero, por el otro lado, están enfrentando enormes presiones para mantener los costos bajo control. Satisfacer estos objetivos en competencia plantea una especie de adivinanza, y esto podría impedir que cambios necesarios a la gestión de riesgo sean ejecutados”.

Y es que, en general, los hallazgos de la investigación demuestran que en las empresas hacen falta no solo recursos, sino también pericia en la alta gerencia, lo que, teniendo en cuenta que una gran porción de los encuestados dijo que la cultura de riesgo depende de una dirección fuerte desde arriba, significa que hay un panorama poco alentador para las compañías en cuanto a fortalecer una mayor conciencia y entendimiento del riesgo dentro de su negocio.

Los datos dicen bastante: más de la mitad de los encuestados no tienen planes de contratar un jefe de riesgos y un poco menos de la mitad no piensa contratar un ejecutivo de alto nivel que se encargue de la responsabilidad general de la gestión de riesgo; solo cerca de un tercio cree que su organización es efectiva en asegurarse de que la información sobre riesgos esté llegando a las personas adecuadas, y siete de cada diez sienten que esta información no fue correctamente dirigida a sus audiencias.

Problemas de coherencia y de integración
Los problemas no son solo la falta de recursos y de pericia; también hay falta de coherencia entre lo que se piensa que se debe hacer y lo que realmente se hace. Por ejemplo, los encuestados creen que la identificación de nuevos riesgos es la prioridad en la gestión de riesgo, pero al responder sobre cómo distribuyen su tiempo se evidencia que la mayor parte de este está destinado a la conformidad, los controles y el monitoreo.

Además, algo muy preocupante es la falta de integración del manejo de riesgo a la compañía en general y a la toma de decisiones, ya que la mayoría de las empresas del estudio respondieron que los jefes de riesgo no juegan ningún papel en las grandes iniciativas estratégicas. Por ejemplo, solo 44% están activamente involucrados en las actividades de fusión y adquisición, y solo 36% tienen que ver con el desarrollo de productos.

Finalmente, hay que resaltar la importancia del momento crucial por el que pasan las compañías y de la oportunidad que tienen de tomar las riendas de la gestión de riesgos para invertir en ella, darle la relevancia que tiene e integrarla con la toma de decisiones, lo que será clave para el futuro de sus negocios.