Inicio Empresas y Negocios Inseguridad: ¿cómo ser menos vulnerables?

Inseguridad: ¿cómo ser menos vulnerables?

Si bien las soluciones al problema de la inseguridad corresponden a las más altas autoridades e instituciones, también es cierto que los ciudadanos tienen el derecho de reducir las probabilidades de ser blanco de ataques y/o robos dentro de la posibilidad de sus recursos.

La información que día a día se publica en los medios de comunicación, da cuenta que en Sudamérica millones de familias están expuestas cada año a vivir experiencias traumáticas donde sus vidas están en juego.

Según un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, en América Latina ocurren 140 mil homicidos cada año, 28 millones de familias son víctimas de hurto o robo cada año y en cuanto a pérdidas económicas por violencia a bienes y personas el costo equivale al 14,2% del PIB.

Estas informaciones deben servir para la tranquila reflexión acerca de la vulnerabilidad de nuestros entornos y buscar las mejores soluciones de protección y prevención.

Saber dónde y de qué manera operan los delincuentes para de acuerdo a eso implantar medidas preventivas en nuestra casa, vehículo o lugar de trabajo, es la mejor estrategia integral que podemos implementar en nuestros espacios y hábitos, a fin de aminorar el riesgo.

La época de los candados, llaves y cadenas han quedado atrás. Dado el caso, pueden ser una ayuda para el delincuente y un obstáculo para la víctima. La ingeniería de tecnología y seguridad, ofrece una combinación de servicios y dispositivos que mejoran la calidad de vida del habitante del inmueble.

En la medida que tengamos estrategias en casos de enfrentar un ataque, las posibilidades de evitar una tragedia son mayores. Un buen servicio de vigilancia y monitoreo en los hogares puede ahuyentar a los ladrones que identifican mayores obstáculos para acceder a las viviendas que desearían robar.

El mismo principio funciona para los dispositivos electrónicos que se puedan instalar, a fin de automatizar y asegurar los accesos. En este sentido contar con alarmas sonoras, también constituye una forma válida de repeler a los violentos.

Una familia puede por ejemplo, mejorar la seguridad de su casa instalando alarmas de intrusión. Sin embargo, en los casos de edificios, que en el último tiempo fueron blanco de muchos actos delictivos, el primer lugar que hay que cuidar es el ingreso. Las llaves son cada vez más fáciles de copiar, por lo que hoy en día una solución creada para el acceso es su reemplazo por las tarjetas de proximidad, que en combinación con aplicaciones de identificación biométrica, procuran la identificación total y segura de quien ingresa al lugar.

Además, en los casos de los edificios es necesario asegurar las áreas comunes como el hall de ingreso, la cochera u otras áreas que pertenezcan a todas las viviendas. Una posibilidad es instalar cámaras en esos sectores que le permitan a todos los propietarios acceder a las imágenes vía internet.

Una visión integral
La seguridad en el hogar también incluye medidas de prevención frente a posibles accidentes. Fugas de gas, cortocircuitos, incendios, caídas y más también son situación a tomar en cuenta. Una política familiar responsable invierte en la prevención de estos escenarios.

Aquí no sólo es necesesario que se tomen las medidas necesarias en cada hogar, sino que en los casos de los edificios es importante no descuidar las áreas comunes instalando por ejemplo sensores de detección de incendios en calderas o salas de máquinas.

La proactividad de la sociedad frente a los peligros que enfrenta, es un elemento positivo para la construcción de espacios seguros, estables a favor de la mejor convivencia social.