El panorama geopolítico entre Estados Unidos y China ha experimentado un cambio significativo en los últimos meses. Mientras que Elon Musk había sido tradicionalmente el empresario favorito de Beijing para influir en Washington, ahora es Jensen Huang, CEO de Nvidia, quien emerge como la nueva figura clave en esta compleja relación bilateral.
El ascenso de Jensen Huang en la diplomacia empresarial
La transformación del rol de Huang no es casualidad. Durante julio de 2025, el ejecutivo de Nvidia logró algo que pocos empresarios pueden conseguir: una reunión exitosa con Donald Trump que resultó en la aprobación para reanudar las ventas del chip H20 en China.
Este chip H20 representa una versión modificada del poderoso H100, diseñada específicamente para cumplir con las restricciones de exportación estadounidenses implementadas durante la administración Biden. La aprobación de Trump marca un punto de inflexión en las relaciones comerciales entre ambas potencias.
La estrategia china detrás del cambio
Beijing ha desarrollado una estrategia clara: utilizar a líderes empresariales como moderadores ante los halcones de seguridad en Washington. Lizzi Lee, investigadora del Asia Society Policy Institute’s Center for China Analysis, explica que «Jensen Huang es visto por algunos analistas chinos como el puente favorito de Beijing hacia Estados Unidos, combinando poder mediático con relevancia estratégica».
¿Por qué Huang y no Musk?
La relación entre Trump y Musk se ha deteriorado notablemente, creando una oportunidad que Beijing no ha desaprovechado. Sin embargo, el perfil de Huang presenta ventajas únicas:
Menor dependencia del mercado chino
A diferencia de Tesla, que depende enormemente del mercado chino, Nvidia mantiene una posición más equilibrada. China representa solo el 13% de los ingresos de Nvidia en su año fiscal más reciente, comparado con el 40% que representa para Tesla.
Esta menor dependencia otorga a Huang mayor flexibilidad en las negociaciones y reduce la presión política sobre sus decisiones empresariales.
Experiencia gubernamental limitada pero conexiones estratégicas
Mientras Musk ha cultivado relaciones directas con funcionarios chinos durante años, Huang ha construido su red principalmente a través de conexiones empresariales. Un ejecutivo familiarizado con las operaciones de Nvidia en China señala que «la empresa tiene conexiones muy profundas con líderes empresariales y compañías en China, pero no tanta experiencia tratando con el gobierno».
El momento perfecto para Nvidia
El timing no podría ser mejor para que Huang asuma este rol. La empresa se ha convertido en la más valiosa del mundo, impulsada por el boom de la inteligencia artificial que comenzó con ChatGPT a finales de 2022.
Beneficios mutuos para China y Trump
La situación actual ofrece ventajas para ambas partes:
- Para Trump: El éxito de Nvidia y un mercado de valores en alza representan victorias políticas claras
- Para China: Acceso continuado a tecnología de semiconductores avanzada, crucial para sus ambiciones en IA
El viernes posterior a la aprobación del H20, el índice Nasdaq cerró la semana en máximos históricos, demostrando el impacto inmediato de estas decisiones.
Los desafíos por delante
A pesar de las esperanzas de Beijing, el debate en Washington sobre el equilibrio entre seguridad nacional y competitividad económica está lejos de resolverse.
Críticas desde la administración anterior
Gina Raimondo, ex secretaria de Comercio de Biden, había criticado duramente el enfoque de Nvidia de adaptar sus chips para evitar los controles de exportación. Su posición era clara: «Si rediseñas un chip para evitar una restricción particular que les permita hacer IA, voy a controlarlo al día siguiente».
Preocupaciones sobre precedentes
Un ex funcionario de la administración Biden expresó su preocupación sobre el uso de controles de exportación como punto de negociación para victorias comerciales: «Nunca hemos negociado seguridad nacional – que es lo que representan los controles de exportación – con China».
El futuro de las relaciones tecnológicas
La emergencia de Huang como nueva figura clave refleja la evolución de las relaciones tecnológicas entre superpotencias. Su capacidad para navegar entre las demandas de seguridad nacional estadounidense y las necesidades comerciales chinas será crucial para el futuro de la industria de semiconductores.
La pregunta que queda por responder es si Huang podrá mantener este delicado equilibrio a largo plazo, especialmente considerando que Nvidia, a diferencia de Tesla, no tiene una dependencia existencial del mercado chino.
Beijing ha encontrado en Jensen Huang un nuevo aliado estratégico en Washington, pero solo el tiempo dirá si esta relación puede sostenerse ante las crecientes tensiones geopolíticas y los cambiantes vientos políticos en ambas capitales.
