A partir de nuestra práctica profesional en la atención de niños que padecen ansiedad y/o estrés, pensamos que es imprescindible para el desarrollo sano de la personalidad contar con momentos de juego, ya que mediante el mismo los niños desarrollan su personalidad a través de la exploración de roles, preferencias e intereses.
El juego estimula la sociabilización porque ejercita reacciones, intercambio de opiniones y emociones. Contribuye a facilitar habilidades para resolución de problemas al tener que confrontar con derrotas, frustraciones, y límites. Ayuda a pensar e implementar diferentes estrategias, a tomar decisiones, registrar opciones, elegir y enfrentar consecuencias.
Nuestra experiencia en trabajos grupales de juego nos permitió comprobar que estas actividades pueden ser especialmente enriquecedoras para niños con dificultades para relacionarse con sus pares. Intercambiar a partir de la creación de personajes, de situaciones en juegos reglados, les permite participar usando sus fortalezas. Esto les facilita el diálogo con otros niños a los cuales les pasa lo mismo que a ellos, pero no desde el lugar de la dificultad sino del lugar de lo que pueden, desde su potencialidad.
Paralelo a esto, y a partir de la práctica lúdica, se ponen en juego habilidades cognitivas como ser: memoria, atención, comprensión, lectura, cálculo, y expresión en todas sus formas (verbal, corporal y escrita). Sin dejar de lado la estimulación artística a través del desarrollo de actividades con música, dibujo, arcilla y pintura.
Habilidades que se estimulan a través del juego grupal:
Sociales: esperar turnos, cooperar, competir, negociar, cumplir reglas.
Intelectuales: memoria, atención, planificación, ejecución, categorización, cálculo, conteo, etc.
Emocionales: compartir emociones con otros, empatizar.
Corporales: sujetar, trepar, correr, balancearse, etc.
Artísticas: crear, cantar, bailar, etc.
Según el psicólogo Martín Seligman, podemos trasmitir mejor nuestras expectativas ofreciéndoles a los niños las oportunidades de dominar su medio. Esto es, hacer que entiendan que pueden confiar en sus propias iniciativas brindará a los niños fortalecimiento sobre su creencia en sí mismos, y que el camino hacia el éxito se construye sobre la base de su propia decisión y perseverancia.
El dominio se refiere a una sensación interna de controlar la capacidad de comprender, integrar y responder con efectividad al medio. Esto es posible lograrlo mediante el juego.
El modelo de la inteligencia múltiple subraya la importancia del aprendizaje práctico, de lograr la participación comunitaria, del aprendizaje grupal con niños de edades diferentes, llevando sus capacidades al máximo.
El beneficio más importante del taller de juego es que los niños se auto-motivan cuando el material estimula sus inteligencias innatas y les despierta y satisface su curiosidad. La curiosidad, a su vez, depende del hecho de ofrecerles a los niños tareas suficientemente complejas como para que los resultados no siempre sean seguros.
Nuestro modo de trabajar se basa en la creación de un taller de juegos mediante el cual se brinda al grupo de niños la posibilidad de divertirse, aprender, relajarse y estimular su creatividad a partir del juego compartido.
El taller de juego grupal, se desarrolla con grupos pequeños de niños de edades similares, coordinado por profesionales psicólogos y psicopedagogos especializados en el trabajo con niños. Este espacio está cuidadosamente diagramado según las edades y características de los niños, con objetivos específicos que ayudan a incrementar las diferentes inteligencias.
