La “supply chain” de una empresa involucra a todos los recursos y procesos que participan en el movimiento de un producto desde el fabricante hasta el consumidor.
A medida que un artículo avanza por la cadena, va dejando tras de sí un rastro de desperdicios bajo la forma de gases de carbono, cajas, materiales de embalaje, envoltorios, etc, etc, etc.
Así, en paralelo a la cadena de suministro, opera una auténtica cadena de la basura que atenta contra el medio ambiente. Ahora, de la mano de las crecientes preocupaciones medioambientales, el concepto de “waste chain” empieza a sonar fuerte entre gerentes de logística.
Ahora bien, en buena medida, la generación de desperdicios es un efecto inevitable de la producción industrial.
Pero, en muchos casos, lo que se tira a la basura podría ser vendido a otras compañías, aumentando así la rentabilidad de la supply-chain.
En este marco, un artículo de la revista Logistics nos ofrece una serie de consejos para implementar un sistema de gestión de la basura que apunte simultáneamente a incrementar el compromiso ambiental de la organización como a la reducción de los costos.
El punto de partida es, desde luego, el diseño de una estrategia de reducción de desperdicios con una serie de objetivos que dependerán de la industria en que usted opere.
Algunos objetivos típicos: reducción de emisiones de gases y el uso de combustibles fósiles, aumento de la utilización de recursos renovables y materiales reciclados o recortes en el uso de materiales tóxicos.
Desde luego, alcanzar todos los objetivos es una tarea imposible. En algunos casos, las alternativas pueden ser extremadamente costosas.
Sin embargo, a través de una evaluación minuciosa de las posibilidades, es probable que usted descubra una serie de oportunidades donde la reducción de desechos se encuentra alineada con la rentabilidad.
En 2005, Wal-Mart comenzó a implementar una estrategia orientada a reducir su generación de basura.
Así, descubrió que, todos los años, perdía millones de dólares por envases de plástico que terminaban en basureros (con los costos de transporte que esto implica). La compañía empezó a vender los envases a compañías que los utilizaban como insumos.
En definitiva, este es sólo uno de los casos donde el compromiso ambiental es amigo de la rentabilidad.
Es probable que, si usted realiza un minucioso y creativo análisis en su empresa, descubra muchas maneras de hacer dinero con activos físicos que suelen terminar en la basura.
