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La Economía Humana: El nuevo paradigma que cambia la relación entre el ser humano y el dinero

La Economía Humana: El nuevo paradigma que cambia la relación entre el ser humano y el dinero

En el marco del área de Consultoría Sistémica Organizacional del SECI (Sistema de Entrenamiento Continuo Integral) y sus programas de Entrenamiento, y del movimiento hacia una economía consciente, social y participativa, se llevó a cabo la jornada sobre “Economía consciente: nuevos paradigmas”, encabezada por Anni Schuff, creadora y Directora General del Sistema SECI, junto con la participación especial del banquero catalán Joan Melé, actual Presidente de la Fundación Dinero y Conciencia.

Durante la conferencia, que tuvo como eje principal la reflexión sobre las creencias, hábitos, valores y emociones que traemos en torno a la Economía, se profundizó sobre los contextos de nuestra historia familiar, culturas de origen y escenarios actuales que – de acuerdo a los expositores – condicionan nuestra forma de relacionarnos con el dinero y los recursos.

“El objetivo de esta actividad es invitar a la reflexión y al diálogo, promoviendo la integración de miradas para inspirarnos a ser protagonistas de nuevos modelos de participación económica, como individuos, líderes y emprendedores, empresas y organizaciones”, explica Anni Schuff, creadora y Directora General del Sistema SECI.

La jornada se centró en dos partes bien definidas: por un lado, la exposición respecto a la temática y su consiguiente debate, y por otro lado, se llevaron a cabo distintas dinámicas de juego direccionado, con el objetivo de promover entre los asistentes y participantes la toma de conciencia respecto al impacto que producimos sobre la economía social, sea cual fuera nuestra escala.

“Cuando observamos el impacto que podemos generar en los demás y en el medio ambiente a través del dinero y de nuestro trabajo podemos encaminar esas fuerzas hacia el bien común. Y eso es algo que vuelve a nosotros. La verdadera abundancia es la que viene de ese lugar, de esa energía multiplicadora”, confirma Schuff.

De esta forma, se plantea la necesidad de repensar la economía, ya no como algo centrado en el dinero sino en el ser humano y en la forma en la que su relación con el dinero está condicionada por las historias familiares y culturas de pertenencia.

En este sentido, Schuff explica que “La forma en la que se comprende y se vive la economía no toma en cuenta las múltiples conexiones que ésta genera entre todos nosotros y las formas en que nos afectan constantemente, moldeando el mundo en el que vivimos”.

“Los últimos informes de Davos dicen que el 1% de la población mundial acumula más riqueza que el 99% restante, ¿de qué les sirve? Si se mira el sistema financiero mundial, más del 99% es especulación. El problema de la economía es que sobra dinero, y no sé sabe qué hacer con él, situación que genera aún más pobreza. Necesitamos recuperar al ser humano como eje central de la actividad económica frente a una economía basada en el crecimiento ilimitado, la competitividad y la maximización de beneficios, que nos lleva por un camino sin futuro alguno. No es un problema de falta de recursos, ya que los recursos son ilimitados”, explica Joan Melé, impulsor de la Banca Ética.

En esta línea, la economía humana pone foco en recuperar al ser humano como eje central de la actividad económica frente a una economía basada en el crecimiento ilimitado, la competitividad y la maximización de beneficios.

Con foco en abandonar la idea de la vida como una lucha por la supervivencia y la obsesión por ganar dinero para comprar cosas que no necesitamos, el nuevo paradigma poner la mirada en educar a los niños y jóvenes para que sean seres humanos formados en valores como la confianza y la cooperación, capaces de reconocer lo que les apasiona y puedan desarrollar y ofrecer de forma natural sus talentos a los demás.

Concretamente, la propuesta se basa en dejar de lado la visión reduccionista basada solamente en el dinero y recuperar nuestra dimensión más humana y genuina, que es donde encontramos el sentido a nuestra vida, el propósito y el verdadero crecimiento interior, con su consecuente impacto social, económico y ambiental.