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La mejor estrategia para vender más

No hay otra manera porque si salimos haciendo lo mismo que los demás al mismo precio que los demás nadie en su sano juicio va a elegirnos (¿por qué iba a querer hacerlo? No tiene sentido alguno.

Muchos sin embargo se echan las manos a la cabeza y lo ven una tarea imposible, porque eso de la innovación parece cosa de grandes empresas, de laboratorios con personas en bata o algo extremadamente complicado de por sí.

Ninguna de esas cosas es cierta, es otro de los mitos dañinos que afectan a muchos pequeños emprendedores.

Pero una cosa sí está comprobada, o lo hacemos o caemos, así de sencillo, no vamos a vender nada que no aporte algo nuevo.

De hecho cuando yo mismo me planteé comercializar productos a través de Internet tuve que ponerme a la tarea de innovar lo que ya había, ¿por qué habrían de comprarme a mí?

Nadie lo haría a menos que le diera una vuelta de tuerca a algo que mi público necesitara.

Por experiencia sobre innovaciçon he aquí los dos principales mitos, sus realidades y como aplicarlas.

Mito 1: Hay que re-inventar la rueda.

No, es falso en absoluto, de hecho si nos ponemos a reinventar la rueda tenemos muchas papeletas para el fracaso. La cuestión es aportar algo nuevo en lo que está probado que se vende.

Empezar desde cero sería tan tonto como un científico que no se apoya en los descubrimientos y tecnología que otros han creado antes que él, que buscara descubrir y aprender todo desde cero, nunca se avanzaría de esa manera. Tenemos que partir de lo que funciona y darle una vuelta de tuerca.

Anécdota en este sentido, la empresa más innovadora el año pasado fue, en opinión mayoritaria, Apple, lo cual tiene su gracia porque de lo que vende y por lo que es famosa no ha inventado nada.

El MP3 ya estaba sobradamente creado cuando surgió el Ipod y es difícil que Apple se quiera arrogar el descubrimiento del teléfono móvil, aunque hace poco vendiera dos millones de Iphones 3GS en dos días.

Por cierto eso debe ser una cosa imposible, porque como diría la infalible “sabiduría popular” la gente no compra en estos tiempos, o si compra es sólo lo más básico con lo que mejor esperar a que pase el vendaval. Mientras los que escuchan esa sabiduría esperan y se marchitan otros salen y venden dos millones, toda una lección sobre apagar la tele y dejar de escuchar sandeces, pero esa es otra historia…

La que importa aquí y ahora es que no precisamos reinventar algo nuevo, tenemos que ponernos con lo que mejor se venda (obviamente Apple se puso a pensar sobre Mp3 y móviles, no sobre máquinas de escribir) y comenzar con lluvias de ideas para ver qué falta, qué no hacen los demás, qué quiere la gente…

Esa debería ser una de nuestras tareas para los próximos días.

Mtio 2: Sólo algunas personas son genios creativos, yo soy sólo un pequeño emprendedor, trabajo duro pero no soy bueno con las ideas.

Eso más que un mito es una excusa, siento ser tajante pero es una soberana tontería y si lo está usando como escudo lo siento pero se lo voy a romper en añicos.

Hasta el genio más increíble de la literatura o el cine reconoce a qué se debe su creatividad, a trabajar cada día y echar horas.

Si cree que pasa un mal rato con eso de generar ideas, que es una lucha constante y que parece no surgir nada, así ha sido para Dostoyevsky, Mozart y cualquier genio famoso por su creatividad. De hecho Mozart se deformó los dedos de tanto practicar.

La creatividad es fruto del trabajo, no del genio, no estoy diciendo que hay que acabar lesionado como Mozart, sino que hay que acabar con las excusas.

No recuerdo ahora la cita ni el escritor, pero a uno de los más famosos le preguntaron si escribía a base de inspiración o de trabajo duro.

“De inspiración, por supuesto” respondió “afortunadamente la inspiración viene cuando cada día me pongo a ello por la mañana y hasta que me quito bien tarde”.

Amén a eso, de modo que si está usando esta excusa, pare de hacerlo, no tiene sentido alguno y ninguno, absolutamente ninguno de aquellos que han sido vistos como innovadores han dependido de algún genio superior que les inspiraba, los conocemos precisamente porque trabajaron tan duro y todos los días como para prevalecer (y si no es un genio natural, felicidades, porque no hay nada más común que un genio fracasado que no atempera el talento puro con el trabajo duro).

Siento decirlo, pero no somos especiales, todo el mundo ha pasado por esta pelea para innovar, para descubrir algo nuevo, para aportar alguna cosa en lo que hacía. Miremos a nuestro alrededor, puede ser más o menos discutible lo que haya hecho, pero todo aquel que ha llegado mínimamente lejos es porque ha aportado algo diferente, ha innovado y se ha diferencia.

Si no estamos haciendo eso en nuestra oferta, si no estamos innovando en lo que hacemos, sólo queda una salida, competir en precios.

Y todos sabemos donde lleva eso, al peor infierno en el que podríamos acabar.

¿Qué innovación aportamos nosotros al mercado?

Y lo que es más importante ¿es una innovación por la que los clientes abren los ojos como platos y dicen “Guau”? Porque de no ser así no van a abrir la cartera.