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La nueva y valiosa vida de los ‘datos basura’

Información que en general no tienen valor o que las marcas no podrían usar para establecer conclusiones de valor, más que pasándolas por un tamiz concreto


En el mundo de la información y de los datos, no toda la información y no todos los datos ‘valen’ lo mismo. A pesar de que el boom del big data y el hecho de que las marcas se hayan convertido en una suerte de obsesas de la información, ya que esta les permite conocer mejor que nunca a los consumidores y les permite ser por tanto mucho más efectiva que nunca a la hora de establecer una comunicación con ellos, no todos los datos se están valorando del mismo modo y ‘al mismo peso’. En medio de toda la información que se recoge cada día y en medio de todos los datos que se acumulan, quedan muchos que no son considerados más que ‘datos basura’, o lo que en inglés llaman gabage data.

¿Cuáles son esos datos?

En general, se podría decir que son todos esos datos que se han acumulado, muchas veces de forma automática, y que se cree que no sirven para nada, o al menos que no sirven para nada de forma general o con un valor que se puede aplicar a decisiones relevantes. Por ejemplo, en esa lista se meten todos los datos de variaciones de valor de una empresa que ya no existe, que es una información valiosa para los historiadores de las finanzas y la economía pero no para lo más genérico. También se podrían incluir en el listado todos los datos de señales que van capturando las redes sociales pero que no se pueden traducir en nada o los datos históricos de consumo de datos de un usuario de telecomunicaciones.

Son información que en general no tienen valor o que las marcas no podrían usar para establecer conclusiones de valor, más que pasándolas por un tamiz concreto. A eso se suman todos esos datos que parece que han sido exprimidos ya al máximo y de los que parece que no se puede sacar nada nuevo. Esa información ‘basura’, sin embargo, no está tan gastada y exhausta como puede parecer y no es tan poco relevante como podría uno pensar en un primer momento. Los datos basura, como apuntan en un análisis en FastCompany, están llamados a convertirse en la próxima mina de oro de los datos.

Cada vez se presta más atención a este tipo de información y cada vez se ve con mayor interés y de una forma más valiosa este tipo de datos. La información ha dejado de ser simplemente remanentes que aparecían cuando se estaban guardando datos valiosos y cuando se estaba acumulando información que parecía relevante, restos de un banquete de datos de los que ya se consumieron los platos principales, sino que se ha convertido en una nueva fuente de valor que cada vez son más los que deciden aprovecharla. Como apuntan en el medio estadounidense, cada vez son más los organismos y las startups que están intentando encontrar en esos datos hasta ahora considerados irrelevantes conclusiones valiosas y guías de actuación.

Los usos de los datos basura

Como ocurrió antes con otros elementos que se estaban dejando de lado en la borrachera del big data, como está pasando ya con el small data, los datos irrelevantes, la información que era considerada basura, está encontrando una nueva vida.

Una firma de análisis usa informaciones de satélite de China para hacer estudios sobre actividad industrial más independientes y otra usa históricos de datos ‘no convencionales’ para hacer análisis en profundidad del valor del mercado y de las acciones, por poner dos ejemplos.

Los datos basura no solo han entrado en el terreno de lo analítico, además, sino que empiezan a ser también empleados en herramientas para el consumidor final, como aquellas que ayudan a tomar decisiones inmobiliarias partiendo de datos hasta ahora no empleados, y, sobre todo, para las marcas de todo tipo y condición, como aquellas que muestran datos de consumo a firmas de todo tipo y que, por tanto, están democratizando el acceso a esa información.

Y aunque a medida que se reduce el foco y se incluyen datos más pequeños y menos ‘pesados’ es más fácil caer en errores, estos datos basura están consiguiendo empezar a vivir un momento más o menos dorado y, sobre todo, empezando a entrar en más y más terrenos de juego. El futuro, según apuntan los analistas, estará cada vez más protagonizado por aplicaciones que parten de ellos y que los meterán en muchas más cuestiones cada día. Acceder a ellos será por tanto más sencillo y más barato y su peso irá creciendo y empezará a tocar más terrenos.