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La tecnología en la cabeza de los argentinos

Hace un tiempo tuve que viajar a París. Reservé un departamento de uso temporario por internet, hice mi depósito con tarjeta de crédito por la misma vía, me mandaron un mail con un código para abrir la puerta del lugar- que se operaba como una caja de seguridad- y una vez adentro del departamento encontré una llave común. Eso fue todo. En todo el tiempo –poco- que duró el proceso no le vi la cara a nadie.

Y es que hoy en día la tecnología da muchas facilidades para lograr transacciones más automatizadas. Y lo que me sucedió en Europa podría haber pasado aquí. Pero en Argentina es diferente. Y no se trata de la brecha tecnológica sino de cómo las comunidades aprovechan la tecnología disponible. Siento que en Argentina el gran déficit no está tanto del lado de las falencias sino que está más del lado de la capacidad cultural que tenemos los argentinos para que la tecnología favorezca la cotidianeidad, tal como sucede en organizaciones más desarrolladas como la europea.

Esto que viví en una situación personal, vale para cualquier incorporación tecnológica. No sólo se necesitan avances tecnológicos.
Estos deben estar acompañados por asimilaciones culturales para que la disponibilización de la tecnología y de sistemas opere de forma más eficiente. Es decir, no es suficiente con que esté disponible esta tecnología, sino que las organizaciones deben saber aprovecharla en función de producir más confort, mejor calidad de vida o mejor calidad de trabajo o más valor de los trabajos que realiza.

Porque la realidad es que Argentina está muy bien posicionada en relación al mundo. No hay un salto demasiado extraordinario. No estoy negando la brecha, existe: en cualquier casa de Londres la banda ancha funciona mucho más veloz que en muchas empresas argentinas. Pero más allá de esa situación yo siento que no es ahí donde están las diferencias si no en cómo la comunidad o las organizaciones aprovechan eso y cómo acuerdan sobre el uso y cuáles son las condiciones macrosociales que hacen que usar la tecnología sea de mayor provecho para la organización social de lo que es en Argentina.