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La virtualidad de las relaciones creativas

Hoy en día, hay empresas extranjeras que deciden contratar los servicios de creativos en el área de comunicación que se encuentran muy alejados físicamente, por ejemplo, en Argentina. Separados por muchísimos kilómetros entablan relaciones comerciales más allá de las fronteras de los países. ¿Qué atrae a las empresas extranjeras para contratar los servicios de creativos argentinos? ¿Por qué no buscan un proveedor en el mercado local?

Si bien los costos de las empresas argentinas para el exterior no son mucho más baratos que los de los proveedores locales, la selección se produce porque la media de las agencias o empresas de comunicación de otros países no responden con la calidad y eficiencia de la media nacional. Y eso, finalmente, influye a nivel costos porque se paga lo mismo, o un valor similar, por un servicio superior que se obtiene en Argentina. En nuestro país hay un nivel profesional muy bueno en cuanto a comunicación y publicidad, de los estándares más altos del mundo, y por esta razón se produce un excelente posicionamiento en otros mercados.

En el exterior les sorprende que en poco tiempo reciban un trabajo bien hecho, en base a la interpretación y solución de sus planteos y requerimientos. Ahí se define todo y ese es nuestro diferencial. Nosotros no escuchamos y ejecutamos, sino que tamizamos lo que nos dicen, encontramos el por qué y a partir de ahí damos una solución.

Una ventaja que tenemos que aprovechar en este aspecto para responderles a los clientes del exterior con el nivel que esperan, es la de la información online. Hoy todo el mundo puede saber acerca de todo lo que sucede en cuestión de segundos de diferencia. Esto hace que realmente uno pueda estar informado de temas que en otro momento no podía, y acorta mucho las distancias. Hace veinte años, había que ir a un kiosco del microcentro porteño y comprar el único diario que tenían del país del exterior del que queríamos estar empapados. Y, como no era del día sino de un día anterior, teníamos que reconstruir una información que hoy está al alcance inmediatamente. Así, es posible alimentarse de datos de los lugares, de las compañías y de la cultura a través de una computadora.

Sabemos que a nivel creatividad hay una realidad que tiene que ver con la idiosincrasia, porque influye directamente sobre el producto que tengamos que comunicar. Los productos que están muy aferrados a las idiosincrasias de cada país o región, van a tener más obstáculos que productos más neutros. Sin embargo, esto no es una barrera indestructible porque la idiosincrasia de cada país o cultura se salva informándose y sabiendo al respecto.

Si uno se informa de determinadas variables de un país, puede llegar a comunicar cualquier cosa en cualquier lado, pero sin esa investigación previa no es posible. No se puede comprender cómo vender un producto en Libia si no se sabe qué religión se practica, cómo se maneja la gente o qué actitudes tienen las personas ante los productos y los estímulos. La comunicación tiene un grado de universalidad muy alto, pero esto no quiere decir que se pueda vender todo de la misma manera, en cualquier lugar. Así es que hay que saber a quién hay que comunicar, quién es el destinatario. Desde dónde comunico, ya no importa. Partiendo de esta base, que el producto se venda en Chile, México, España o Estados Unidos es lo mismo. Aún cuando la idiosincrasia juegue un papel importante, hay miles de formas de tener información sobre la gente, lo que opina o cómo consume.

Por otra parte, en el ámbito local también sucede y podemos trabajar perfectamente. Si tenemos que hacer una comunicación determinada para un producto que va a salir en una provincia del Norte del país, probablemente tengamos que informarnos más porque no van a tener la misma idiosincrasia que en Capital Federal. Y, muchas veces, es más diversa la idiosincrasia entre un porteño y un salteño, que entre un porteño y un madrileño.

Hace algunos años, cada situación de decisión generaba una reunión con el cliente. Hoy no es así, ni siquiera con el cliente local. Los medios digitales han hecho que uno comparta todo de manera virtual. Y con el cliente del exterior, vía Skype o conference, se habla de trabajo como si ambos estuvieran presentes físicamente en la misma sala de reuniones. La realidad es que actualmente, sin enlaces extraordinarios, podemos generar la misma relación laboral que con el cliente local. Ahora, la relación que se mantiene con el cliente de manera presencial, compartiendo una cena de trabajo o un café, pasa por un lugar afectivo que también se valora en cada viaje de negocios.

Por otro lado, trabajar con clientes del exterior tiene algunos beneficios destacables. Uno de ellos es que se desgasta menos la relación laboral. Haciendo una analogía con las parejas, a veces la distancia es positiva. Hay parejas que viven en casas separadas y no parece una mala estrategia. El hecho de no verse todos los días y de no tener ese deterioro diario, hace que la relación tenga muchos menos momentos tensos y esto resulta mutuamente favorable. Y, a la vez, viajar de forma periódica para verse cara a cara predispone a ambas partes de una mejor manera para ese preciado encuentro.

Otro beneficio es que en el momento en el que se trabaja en línea no hay distracciones y el aprovechamiento del tiempo es superior, de un 90 a un 100 %. Con el cliente local las reuniones son extensas y el tiempo de trabajo no siempre se optimiza por múltiples distracciones. En una conference uno va directo al grano y habla casi exclusivamente de trabajo.

Si bien todavía el mercado nacional encuentra algunas resistencias a asumir trabajos con clientes del exterior, es necesario ser más atrevidos para crecer y progresar, a través de metas claras y asumiendo riesgos. Para diferenciarse de los demás, hay que accionar de forma diferente a la del resto y, es claro, que se proyecta una gran oportunidad en esta nueva forma de trabajo.