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¿Las empresas controlan el acceso a las redes sociales por parte de los empleados?

Con la irrupción de la web 2.0, las empresas se enfrentan al dilema de permitir o no a sus empleados navegar en las aguas de las redes sociales. Algunas, por ejemplo, cortan el acceso desde la red corporativa. Otras, restringen su uso a una mínima parte del personal. Están las que lo toleran y también las que, simplemente, hacen la “vista gorda”.

Así, mientras en Bélgica el primer ministro prohíbe a los miembros de su gabinete usar redes sociales sin su consentimiento, en el Reino Unido la cadena estatal de televisión BBC fomenta su utilización entre redactores y editores.

Y otros tipos de trabajos -como los servicios secretos MI5, que despidieron a una veintena de sus espías más veteranos por desconocer cómo utilizar Facebook y Twitter-, requieren su dominio para lograr buenos resultados.

En todos los casos, el auge de las redes sociales plantea a las áreas de Recursos Humanos el desafío de cómo gestionar su uso entre los empleados, sobre todo en aquellas compañías en las que la Generación Y (jóvenes nacidos a partir de 1982 y con una fuerte impronta tecnológica) pisa fuerte.

En Estados Unidos, por ejemplo, un reciente estudio de Robert Half –empresa proveedora de profesionales para el área de informática- que se llevó a cabo entre más de 1.400 CIO, reveló que el 38% de los entrevistados puso en marcha políticas más estrictas sobre el uso de las redes sociales, frente a un 17% que admitió haber transigido al respecto.

Hasta tal punto llega la preocupación de muchos CIO, sobre la distracción que pueden provocar Facebook o Twitter, que un 23% de los encuestados reconoció haberlos limitado para temas personales, mientras que un 15% confirmó haber aumentado el control de seguridad cuando se navega con fines laborales.

Según los CIO, los trabajadores tienen dos formas de emplear a las redes sociales:

* En primer lugar, los empleados pueden usar a Facebook y Twitter para comunicarse con sus clientes y contactos.

* En segundo lugar, las redes sociales pueden conllevar una distracción del personal y, en el peor de los casos, pueden llegar a ser una puerta de atrás para obtener información confidencial de la compañía.

Pero ¿qué pasa en las empresas argentinas?
Entre los empleadores locales, la administración de las redes sociales genera más dudas que certezas. Si bien prácticamente todas las compañías de primera línea están haciendo uso de Facebook para llegar a sus clientes y captar consumidores –e incluso muchas cuentan con un digital marketing manager-, de cara al público interno las políticas aún no están claras.

En esta línea, una encuesta realizada por el portal de empleos online Bumeran reveló que el 36% de las empresas sondeadas no tiene control sobre el uso que le dan a Internet sus empleados en la oficina, mientras que el 33% dijo que tiene un control relativo y el 31% aseguró que sí lo regula.

El sondeo, llevado a cabo entre casi 250 firmas (con respuestas de gerentes de RRHH en las multinacionales y de gerentes generales en el caso de las Pyme) reveló que en casi cuatro de cada diez organizaciones, los jefes creen que sus empleados navegan en redes sociales durante una hora cada día. (Ver infografía a continuación)

“Es muy difícil controlar el uso que los empleados le dan a las redes sociales o a Internet, salvo que directamente los accesos estén muy restringidos. Pero, en la actualidad, esto dificulta mucho el trabajo”, comentó a iProfesional.com Inés Rodríguez Navas, gerente general de Argentina.

Para la ejecutiva, una solución intermedia para las empresas sería la habilitación a las redes sólo a aquellas personas que realmente las necesitan para desempeñar sus tareas.

En su opinión, este acceso diferenciado sería “una vía efectiva de garantizar que el personal utilice Internet como herramienta de trabajo, sin perder productividad.”

Y comentando los resultados de la investigación, Dave Willmer, director ejecutivo de Robert Half Technology, también sostuvo que “el uso de los sitios de networking social puede distraer la atención de los empleados de prioridades más urgentes, por lo que resulta comprensible que algunas compañías lo limiten”.

No obstante, en opinión de Willmer, para algunos profesionales “estos sitios pueden constituir herramientas de trabajo altamente efectivas, lo que probablemente sea el motivo de que uno de cada cinco negocios permitan a sus empleados utilizarlas con fines laborales”.

En definitiva, de acuerdo a lo expresado por el director ejecutivo de Robert Half Technology, “no hay un modelo único para todos cuando se trata de políticas de redes sociales.”

En su opinión, “para ser eficaces, las pautas a seguir deberían incluir aportes de todos los inversores de la organización, incluidos los expertos en TI y en asuntos legales, recursos humanos, marketing, relaciones públicas y los empleados de primer nivel.”

Una luz amarilla se enciende
Consultados sobre si aplicarían algún control o advertencia a sus empleados, un 40% de los gerentes locales relevados dijo que si lo haría, mientras que un 35% reconoció que “tal vez” y el 25% restante manifestó que no lo haría.

Y con respecto al interrogante “¿Como cree que repercutiría entre los empleados la aplicación de un control?, el 46% opinó que reaccionarán mal, mientras que el 28 % sostuvo que “ese no era un problema de la empresa” y el 26 % respondió que creían que reaccionarían bien.

Según Rodríguez Navas, “que el malestar sea pasajero o prolongado en el tiempo depende mucho de la cultura de la firma.”

Así, en aquellos ambientes laborales en los que el personal está acostumbrado a políticas más restrictivas, la prohibición de acceso a las redes sociales suele ser una acción esperada y que no genera sorpresas, mientras que en otros –con culturas más flexibles -este tipo de medidas podría llegar a generar un malestar que perdure en el tiempo.

“La cuestión es ver cuál es el impacto que este tipo de medidas ocasionaría y cuánto afecta a la productividad el tiempo dedicado a la navegación en redes sociales, como así también si quienes bloquean los accesos están siguiendo el nacimiento de todos los vehículos que van surgiendo en la red, más allá de Facebook”, advirtió la gerente general del sitio de empleados online.

Los empleados se confiesan
El relevamiento de Bumeran indagó, a su vez, la conducta de los empleados, quienes en su gran mayoría (65%) dijeron que navegan en redes sociales a diario, aunque menos de una hora por día. (Ver infografía)

La mayoría de los encuestados (5.000 empleados) dijo usar Facebook, representados por el 62% de las respuestas, 17% usa Linkedin, 13% usa “otra” (ninguna, Xing, Hi 5, Sonico, msn, Yahoo, Gtalk), la red Twitter es empleada por el 4%, al igual que My Space.

Al respecto, Rodríguez Navas hizo hincapié en que “es llamativo que un porcentaje tan alto de gente reconozca navegar en ellas en horario laboral. También, la realidad es que hoy tenemos mejores conexiones desde el trabajo que desde nuestras casas, por lo que -además- se busca velocidad al momento de conectarse.”

Internautas “naif”
Aunque el 55% de los sondeados afirmó creer que las redes sociales sirven para conseguir trabajo, la mayoría (56%) desconoce que a la hora de reclutar, las empresas miran en la web los perfiles de los candidatos.

Esta paradoja fue lo que más llamó la atención a la gerente general de Bumeran. Según su visión, es un tanto “naif” y hasta disonante lo que declaran los empleados. “Por un lado les parece válido y útil usar las redes sociales para buscar trabajo, pero a su vez no consideran que las empresas las utilicen para chequear referencias, sobre todo en las instancias finales”, remarcó.

Y concluyó: “Los encuestados creen que, al momento de reclutar, las áreas de Recursos Humanos siguen utilizando sólo las herramientas tradicionales. El mensaje, para quienes estén buscando trabajo, es que presten atención al tipo de información que comparten ya que ésta será de acceso público.”