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Las librerías, pendientes de la moda

Si bien no se trata de un rubro tan sensible como el de la indumentaria, las modas también tienen un impacto sobre el negocio de las librerías. Con el paso de las temporadas, la oferta en las librerías y papelerías comerciales va sufriendo grandes transformaciones, con categorías enteras que desaparecen y otras que de la nada pasan a jugar un papel fundamental en la suerte de un comercio. Resistencia nacional

En la Argentina funcionan entre 5000 y 6000 librerías y papelerías, de las cuales cerca de la mitad están ubicadas en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Y si bien en el último tiempo se concretó la llegada al país de grandes cadenas internacionales como Staples -que compró la local Officenet- u Office Depot -que se asoció con Ofishop- , el negocio sigue mostrando un alto grado de atomización y continúa siendo dominado por los jugadores locales.
Alta estacionalidad

Como ocurre con las heladerías o las jugueterías, el rubro de las librerías y papelerías tiene un alto nivel de estacionalidad. La temporada fuerte de este sector comienza en la última semana de febrero y se extiende hasta la segunda quincena de marzo. “El de las librerías es un negocio muy noble. Es casi imposible volverse millonario con un local de este rubro, pero se abre caja todos los días. Aun con las peores crisis, las clases siempre comienzan y los chicos necesitan útiles para ir a la escuela”, señaló a LA NACION Daniel Iglesias, dueño de la librería Tesis, ubicada en el barrio de Palermo, y presidente de la Cámara Argentina de Papelerías, Librerías y Afines (Capla).
En vías de extinción

Hay algunos rubros que prácticamente desaparecieron del mercado argentino en el transcurso de los últimos años. El caso paradigmático es el de los zips y el de las transparencias para los retroproyectores que pasaron a mejor vida con la llegada de los cambios tecnológicos. Y hay otros que se preparan para seguir sus pasos, como los disquetes -en Officenet Staples, según indican, la demanda se derrumbó en un 86 por ciento en los últimos cinco años- o los formularios continuos (cuya demanda cayó en un 81 por ciento).
Los que dan pelea

En cambio, existen varios rubros que se resisten a desaparecer del mercado, como sucede, por ejemplo, con los carbónicos o con el papel de fax, por más que se encuentren francamente en retirada. “Los carbónicos tienen demanda entre algunos abogados y escribanos, mientras que hay un stock de equipos de fax que sigue todavía en funcionamiento. Al fax lo utilizan muy poco ya, pero no lo tiraron, con lo cual siempre aparece algún pedido”, señaló Gabriel Edelberg, director de negocios corporativos de la cadena Officenet Staples.
Afilando el lápiz

En la lista de los sobrevivientes también hay que anotar a los lápices, que resisten la avanzada de la competencia más sofisticada que representan los portaminas. “Los estudios de ingeniería y de arquitectura son grandes clientes de los lápices negros, y las empresas de auditorías mantienen la demanda de los azules y de los rojos para realizar sus tareas”, explicó Edelberg. Por su parte, también hay categorías que actualmente muestran fuertes tasas de crecimiento y que hace un par de años prácticamente no tenían salida en el mercado argentino, como sucede, por ejemplo, con los pen drives y los discos de DVD grabables.