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Las pymes también hacen eventos corporativos

A veces se cree que la organización de eventos corporativos es una herramienta utilizada solo por empresas grandes. Sin embargo, hay compañías chicas y medianas que con 80, 100 o 120 empleados ya conocen las ventajas de organizar un torneo deportivo, una jornada de capacitación o la fiesta de fin de año. Y muchas están planificando distintas manera de ver todos juntos el Mundial, por ejemplo.
Todas estas actividades entran dentro de la categoría de “eventos motivacionales”, y tienen en común que a través de propuestas muy diferentes apuntan a contribuir al bienestar del personal, a fortalecer su motivación para favorecer al logro de los objetivos de la empresa.

Sin embargo, aunque muchas Pymes llevan a cabo una variada gama de eventos, suelen realizarlos de manera aislada, mediante distintos proveedores (buscando el mejor precio y sin atender a otras variables), y sin aplicar una mirada global.
En general en las empresas pequeñas y medianas no hay un Departamento de RRHH sino que el tema queda en manos de la Dirección, a la que le cuesta mucho entender a la capacitación, el reconocimiento, el desarrollo y el clima organizacional como temas prioritarios. Se pierden así una valiosa oportunidad de manejar el tema con una visión estratégica, y de utilizar a los eventos corporativos como una poderosa herramienta de comunicación interna.

Quizá en la Argentina los empresarios pymes están tan focalizados en sobrevivir a las constantes crisis, que desarrollar los recursos humanos queda siempre relegado a un segundo plano. Pero creer que porque los sueldos se pagan en tiempo y forma es suficiente, y que no es necesario hacer nada por la motivación de los equipos, está muy alejado de la realidad.

Al igual que en una gran empresa, en la Pyme una persona desmotivada puede generar errores, pérdida de oportunidades de negocios, ausentismo, incremento en la rotación … solo que la Pyme tiene menos espalda financiera para afrontar estas consecuencias, por lo que en realidad le debería resultar mucho mas importante desarrollar acciones o programas para motivar y retener a su gente.

Pero si en una gran empresa es importante tener el apoyo de la Dirección para desarrollar este tipo de programas, implementar un programa de estas características en una Pyme sin la convicción de los dueños es directamente inimaginable.

Este tipo de acciones está dentro del cuadrante de lo importante, pero la cantidad de emergencias que tienen los empresarios Pyme hace que nunca sea el momento de implementarlas. La paradoja es que por no ocuparse de lo importante, finalmente estos aspectos se vuelven urgentes. Juicios, ausencias, rotación del personal, etc,. son situaciones apremiantes que, con un buen programa de acciones y eventos motivacionales sostenido en el tiempo, se reducirán ayudando a los resultados y a la calidad de vida del empresario.