Inicio Empresas y Negocios Los 10 errores más comunes en las evaluaciones de crédito

Los 10 errores más comunes en las evaluaciones de crédito

La experiencia adquirida a través del análisis de un sinfín de operaciones de crédito, durante los 13 años que estuve vinculado a la banca, me ha permitido identificar parte de los errores más comunes cometidos al momento de evaluar los estados financieros de los solicitantes de crédito.

Un primer error es considerar los ratios de endeudamiento patrimonial sin tomar en cuenta los ratios de cobertura. Así tenemos que una empresa puede estar altamente endeudada pero generar el Flujo de Caja Neto suficiente para cubrir sus obligaciones corrientes y por plantear.

Un segundo error es aferrarse a los ratios de liquidez sin considerar la composición de las cuentas del activo. Así encontramos que una empresa con una razón corriente elevada y capital de trabajo positivo puede paradójicamente tener problemas de liquidez, si sus cuentas por cobrar comerciales son incobrables o de lenta recuperación y sus inventarios obsoletos o de lenta rotación.

Un tercer error es pasar por alto los ratios de actividad, no contrastando los días promedio de cobro, de pago y de inventarios, con las políticas de cobranza a clientes, de crédito de proveedores y de rotación esperada de inventarios.

Un cuarto error es considerar en el cálculo de los ratios de días promedio de cobro y pago, las ventas y compras totales, cuando deberían ser únicamente las de crédito.

Un quinto error es considerar que tener un capital de trabajo elevado es bueno, cuando esto implica mantener un capital inmovilizado y un costo de financiamiento implícito.

Un sexto error es pasar por alto partidas importantes del Balance, como otras cuentas por cobrar, por pagar, etc. Pueden tener sorpresas. Por ejemplo, entregas a rendir cuenta que nunca llegan a efectivizarse.

Un Séptimo error es no pedir el desglose correcto de las partidas del pasivo. Generalmente todos los pasivos se registran “extrañamente” a largo plazo, afectando el cálculo de los ratios de liquidez y cobertura.

Un octavo error es no tomar en cuenta que muchas veces las empresas no registran todas sus obligaciones con proveedores, peor aún si hay cheques diferidos de por medio.

Un noveno error es exigir que los resultados acumulados se capitalicen, como si implicara seguridad de algo, cuando en la práctica la empresa puede reducir su capital social cuando quisiera.

Un décimo error es olvidarse que lo importante es conocer al cliente, lo que implica saber quienes son los accionistas formales e “informales” de la empresa y cual es su carácter y reputación.

Conclusiones
En resumen, en la actual coyuntura de crisis y de contracción de la actividad económica, los analistas deben tener especial cuidado al momento de evaluar las cifras de las empresas y no dejar nunca de lado el análisis cualitativo del negocio.