Inicio Empresas y Negocios Los bancos, al igual que los consumidores, son cada vez más “plásticodependientes”

Los bancos, al igual que los consumidores, son cada vez más “plásticodependientes”

¿Podría potenciarse el consumo sin los abrumadores descuentos que, en la actualidad, ofrecen los bancos a sus clientes de tarjetas de crédito?. Posiblemente no.

Para éstos ya se convirtieron en una suerte de “guía de compras”, que los direcciona a determinados lugares y en días preestablecidos.

La fuerza con que se instaló esta mecánica en la sociedad hace que, seguramente, se haya transformado en un camino de ida que no tiene vuelta atrás. Difícilmente las entidades puedan retirar estos beneficios, al menos mientras el país transite por el actual escenario recesivo.

Tal es así que, para la mayoría de los consumidores, pasó a ser una especie de “derecho adquirido”, según revelara una encuesta de la consultora especializada Kitelab.

El 62% decide sus compras en base al día y al lugar de la oferta, y asume que el descuento es un “servicio básico” que debe ofrecerle un banco.

Además, el informe puso de manifiesto que la sobreoferta de descuentos provocó que ya no sean considerados “como un factor diferencial”.

Ahora bien, así como los clientes necesitan de estos suculentos descuentos para motivarse y concurrir a los centros de compra, cabe formularse la pregunta inversa: ¿qué tan importante es para los bancos, la caja que generan a partir de financiar compras a través del plástico?

En particular, en un contexto donde las otras líneas de crédito están planchadas y las entidades han sido prácticamente “expulsadas” del financiamiento a largo plazo. En concreto, de promover los créditos hipotecarios, ahora timoneados por el Gobierno, a través la ANSES, y canalizados por el Banco Hipotecario.

Ingresos
En este contexto, iProfesional.com investigó cuánto crecieron los ingresos para las entidades, producto del financiamiento por esta vía.

Las promociones han dado sus frutos, y los mismos se ven bien reflejados en los propios balances de las compañías.

El negocio consiste en la tasa de interés que le cobra el banco al comercio, por los planes sin interés para el consumidor, y que se ubica en el rango del 34 y 38 por ciento.

Al cliente, el banco le cobra las comisiones por envío de resumen, de renovación anual, por retiro de dinero en efectivo y por superar el límite de compra. Y le aplica una tasa de interés en torno al 30% por financiar el pago del saldo y escala unos puntos más para las compras en cuotas con recargo.

Según los estados contables del primer trimestre, de los bancos más activos en su política con las tarjetas de crédito, los ingresos por intereses cargados a préstamos con tarjeta de crédito crecieron:

En tanto, los ingresos por comisiones se alzaron casi un 25% en el Galicia y cerca de un 30% en el Santander Río.

La mayor afluencia de intereses, fruto de los créditos con tarjeta, hicieron que la participación de éstos en el total del rubro ganara: casi 5 puntos porcentuales en el Galicia, 3,75 puntos en el Francés, 2,5 puntos en el Santander Río y en el HSBC.

“Es un producto más que importante”, explicó el director de Finanzas Corporativas de la consultora Deloitte, Marcos Bazán. Según el analista, la ventaja está en la “continuidad” y en que funciona como “un ancla para los bancos”.

“Es algo continuo: como usuario, no sacás un préstamo personal todos los días, pero obtenés una tarjeta y el banco, a través de ella, todos los meses publica distintos servicios comerciales que puede canalizar a través de la tarjeta de crédito, como comprar dólares o un préstamo personal”, dijo Bazán.

Financiar al límite
Esta inducción a comprar se ha convertido en un arma de doble filo para los consumidores y en el afán de no perderse los descuentos, muchos traspasaron el límite permitido por sus bolsillos.

Tal como revelara iProfesional.com, sucede que ahora no pueden bajar el saldo, pagan sólo una parte y el costo del financiar la diferencia supera con creces el beneficio que los indujo a la compra.

El dato no es menor, habida cuenta que, según datos de Notibancos.com, del stock de financiaciones otorgado por las entidades mediante tarjetas de crédito, sólo un 40% de los usuarios cancela el total y el 60% restante el mínimo, o una parte.

Según cifras que se manejan en el mercado, las ventas con tarjetas crecieron un 30% en relación al año anterior: aquellas realizadas con crédito (35%) superaron a las efectuadas con débito (25%). Por su parte, la suba en la cantidad de transacciones alcanzó un 10 por ciento.

Costos
Lo que para los bancos es ingreso, para los consumidores es costo. Las tasas y las comisiones han trepado a valores exorbitantes en el último año, a punto tal que el Banco Central tuvo que intervenir para morigerar el interés cobrado.

En principio, el nivel de tasa acompaña a la pasiva (es decir, aquella que pagan los bancos por los depósitos, y que hoy está en un 13%). Pero a la misma le suman un incremental mínimo de 15 puntos.

En marzo pasado, la tasa de interés compensatoria para la financiación de saldos de tarjeta de crédito llegaba a casi el 40% – en promedio – según relevó el Central. Incluso, se daba el caso de muchas que superaban el 50 por ciento.

Tras las gestiones llevadas a cabo por el BCRA se logró una cierta reducción, aunque las mismas estén estacionadas en un piso aún muy alto.

Hoy, rondan el 30%, según fue publicado en el Régimen de Transparencia. El envío de resumen se cobra unos $12 y la renovación del plástico puede generar un cargo adicional.

Consumidor más precavido
En la actualidad, el consumidor le presta más atención al costo del préstamo, según analizó la consultora BeyTech.

El individuo invierte tiempo en comparar y analizar el mismo, cuando hasta el año pasado sólo le interesaba calificar y acceder para realizar sus consumos.

Cantidad de plásticos
Bazán explicó que el nivel de préstamos con tarjeta de crédito, “en el contexto actual, está para crecer”. La razón es que todavía no toda la población accedió a esta forma de financiación.

Según Notibancos.com, en marzo existían unas 28 millones de unidades en el país, al sumar los 17,5 millones emitidos por entidades financieras y los 10,5 millones correspondientes a entidades no financieras.

Por su parte, BeyTech estima que el stock de préstamos con tarjeta de crédito llegará a un valor cercano a los $17 mil millones a fin de año, cuando a mediados de mes superó los $14 mil millones.

Para Andrea Blanco, responsable de Tarjetas y Beneficios del Standard Bank, el crecimiento del producto “Tarjetas” también se ve sostenido por la atracción de nuevos clientes, que se traduce en titulares de más plásticos.

“Nosotros seguimos creciendo a un ritmo del 34% anual”, dijo. Aunque los datos del Banco Central indican que en el primer trimestre quedaron en el camino casi 243 mil titulares en el total del sistema.

“La diferencia es que el mercado tiene una política más restrictiva por la crisis económica y la morosidad. Nosotros seguimos incorporando clientes porque, durante muchos años, estuvimos trabajando con una política de crédito restrictiva. Hoy contamos con una cartera sana y podemos tomar más riesgo”, dijo Blanco.

En tanto, el Galicia captó 60 mil clientes nuevos el último año y la mayoría fueron atraídos por las promociones lanzadas.

Promociones
Tal es la fuerza que ha tomado esta política, que son varias las entidades que utilizan en la comunicación de su marca la promoción de beneficios y tarjetas.

Recientemente, lo hizo el banco de Galicia con su campaña “Cada días más”; el HSBC promociona su paquete “Premier”, en tanto, el Santander Río, el Francés y el Standard Bank continúan con las vigentes.

“Todas las promociones que estamos realizando con incentivo de descuento incrementa el consumo en porcentajes importantes. Las mismas traccionan consumo y el incremento de la cartera de clientes. Es un beneficio intrínseco, que el consumidor valora y si no lo tenés es malo”, aseveró Blanco.

Según pudo saber este medio, por ejemplo, en Standard Bank, dependiendo del rubro donde se otorgue el porcentaje de descuento, el aumento en el total de operaciones puede ser de hasta ocho veces en un día.

En el caso de Galicia, afirman que en una campaña de alto impacto, lograron en sólo dos días vender lo que en otros momentos llevaría dos semanas.

Y en los tiempos que corren estos picos de venta resultan clave y explican el porqué el ritmo de crecimiento de los préstamos a través de tarjetas viene creciendo a un ritmo del 18% anual, frente a un 7% de los créditos personales, es decir, casi tres veces más.

Los bancos lo saben y apuntan sus cañones al plástico. Los balances de las entidades, agradecidos.