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Los bancos luchan por desarrollar nuevos modelos de negocios

Tras la crisis financiera, muchos bancos en todo el mundo están luchando para desarrollar modelos de negocios acordes con las nuevas limitaciones externas y capaces de restablecer la estabilidad y el crecimiento de sus diferentes operaciones, según lo refleja el nuevo informe de KPMG International titulado Creating a new mould for banking (Creando un nuevo modelo para la industria bancaria).

La publicación es resultado de exhaustivas entrevistas realizadas a ejecutivos de 25 de los bancos e instituciones financieras más importantes del mundo. El informe muestra una industria de dos niveles, donde muchos bancos en los países desarrollados, principalmente de Europa y Estados Unidos, se han llevado la peor parte y se ven obligados a reconsiderar de manera sustancial sus modelos de negocios, mientras que los bancos en América Latina, África y Asia han sido afectados en menor medida y están puliendo las estrategias ya existentes en lugar de reelaborarlas.

Reglamentación, rentabilidad y capital
La creciente presión de las nuevas reglamentaciones es una preocupación para todos los bancos, al igual que la continua y significativa escasez de capital y liquidez. De esta forma, el enfoque ya no se centra en el crecimiento y en los ingresos, sino en la prudente administración de la situación patrimonial de las entidades. Los bancos están agilizando los modelos operativos y la infraestructura para generar mayores eficiencias; y las perspectivas de rentabilidad parecen inciertas.

Según David Sayer, Líder Global de la práctica de Banca Minorista en KPMG, “los bancos se están enfrentando a un verdadero desafío respecto de los retornos que puedan otorgar a los accionistas. La necesidad de retener más capital significará que la rentabilidad en cuanto al retorno del capital disminuirá incluso si se logra estabilizar las ganancias obtenidas de la facturación. La inminente ola de nuevas reglamentaciones exigirá que los bancos retengan capital adicional, impongan costos adicionales y reduzcan los retornos.”

Consolidación y nuevos competidores
En su informe KPMG pronostica que durante la reconstrucción de la industria bancaria se podrían producir algunas desinversiones y adquisiciones, tanto en forma voluntaria como en respuesta a las legislaciones. Las instituciones nacionalizadas volverán al sector privado, aunque probablemente con otro tipo de estructura.

A su vez, es probable que se produzca una ola de consolidaciones, especialmente entre las instituciones más pequeñas y en Estados Unidos, donde el factor diferenciador será el mejor servicio de atención al cliente. Sin embargo, si bien los nuevos competidores que ingresen al mercado podrían representar una seria amenaza competitiva para los participantes ya establecidos en algunas regiones, lejos de descentralizarse, en los próximos dos años la industria bancaria global se concentrará aún más, dado que se trata de un negocio con importantes economías de escala. Las fusiones que han tenido lugar en Europa y en Estados Unidos son indicios de esta tendencia hacia la consolidación.

Los ejecutivos entrevistados expresaron diversas opiniones en cuanto a si los bancos de los principales países en desarrollo como China o Brasil ingresarían al sector bancario en Europa o América del Norte. Algunos creyeron que las circunstancias son favorables, mientras que otros consideraron que tales decisiones los distraerían de las importantes oportunidades que podrían aprovechar en sus grandes mercados nacionales.

Desapalancamiento
El informe de KPMG también muestra que la fuerza de la recuperación económica global y el rol de los bancos en el nuevo ambiente financiero están estrechamente ligados. Muchos bancos de las principales economías continúan desapalancándose a una tasa nunca antes vista. A pesar de los incentivos y pedidos del gobierno, es probable que este proceso continúe reduciendo significativamente el crédito en la economía global y frenando el crecimiento. Es muy importante encontrar el equilibrio justo.

“La creación de un nuevo modelo de banco continúa siendo un desafío para la industria en un escenario donde predominan las restricciones y la incertidumbre. El mero volumen del cambio –externo, interno, estratégico y operacional– se está convirtiendo en un punto importante a tener en cuenta. Pero aquellos que han sobrevivido hasta aquí, no tienen más alternativa que continuar con el proceso”, sostuvo Ricardo De Lellis, socio a cargo de Servicios Financieros de KPMG en Argentina y agregó luego: “Si bien nuestro sistema financiero se ha conservado aislado de las problemática de los grandes centros financieros que han llevado a este cambio de modelo de negocio, no es inmune a este nuevo escenario. Fusiones, adquisiciones, nuevas inversiones o desinversiones y nuevos players con mayor o menor retardo también llegarán a nuestras orillas dependiendo de cómo evolucione la economía argentina y más fundamentalmente de cómo siga respondiendo nuestro país en la voluntad de insertarse en los mercados mundiales.”

Distintas perspectivas según la región
En los Estados Unidos el objetivo clave es volver a la rentabilidad, para lo que se necesitarán buenas normas en lo que respecta a préstamos y análisis crediticios, independientemente del tipo de producto y la seguridad de que los bancos están creciendo dentro de los parámetros aceptables que se autoimpongan. El cumplimiento de las reglamentaciones como la reciente ley Dodd-Frank también tendrá un impacto importante en los modelos de negocios, junto con la necesidad de enfocarse en el reemplazo de ingresos.

En cambio, las prioridades de Asia-Pacífico son disminuir el perfil de riesgo y aprovechar la oportunidad de ganar participación en el mercado, lo cual denota distintas actitudes dentro de la región. Dado que muchos bancos globales han decidido abandonar la región, los bancos regionales de Asia Pacífico tienen ahora mayores oportunidades de expandirse hacia Europa y Estados Unidos.

Por último, los países de América Latina han podido sobrellevar la crisis global mucho mejor que varios países más desarrollados. Esto se debe en parte a factores históricos, como el rápido crecimiento de las economías y las tasas de interés comparativamente altas; pero también se debe a que hay más lugar para el crecimiento en estos países, y a que ha habido una menor exposición internacional a productos derivados complejos y a productos estructurados.