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Los depósitos en dólares superan los u$s14.000 M pero el crédito no despega

Las colocaciones treparon en lo que va del año unos u$s3.700 millones pero más de dos tercios del total no tiene aplicación práctica


Con el cambio de Gobierno y la salida del cepo cambiario se produjo un fuerte retorno de dólares al sistema financiero. En los últimos cinco meses, el incremento de depósitos en la moneda norteamericana ya supera los u$s 3.700 millones, con lo que el nivel asciende ya a u$s 11.855 millones.

Se trata de la mayor cifra desde mayo de 2012. Los depósitos totales en dólares superan ya los u$s 14.200 millones, pero también se debe a las colocaciones de bonos realizadas por el sector público en el exterior, como la provincia de Buenos Aires, que luego deposita parte de las divisas en los bancos.

Parte de este incremento de los depósitos en dólares del sector privado también se explica por el pago de Boden 2015 en octubre de 2015, que insumió casi 6.000 millones de dólares al Gobierno y una parte quedó en la Argentina. En ese mes se registra un importante aumento de los depósitos en divisas, pero el dato es que después prácticamente no caen, con lo que el público decidió dejar los fondos en el sistema.

En los meses posteriores continuaron en aumento e incluso en febrero y marzo el aumento llegó a un promedio de 350 millones.

Pero un tema que inquieta a los bancos y también a las autoridades del Banco Central es que más de dos tercios de estos depósitos que el sector privado realiza en los bancos no tienen aplicación práctica.

Sucede que los préstamos en dólares apenas llegan a u$s 4.000 millones, aun habiéndose registrado un leve aumento del 7,5% sólo a lo largo de marzo. Por lo tanto, quedan dos tercios de esos depósitos en dólares sin aplicación (casi u$s 8.000 millones).

Para tratar de subsanar esta situación, la entidad que maneja Federico Sturzenegger emitió una resolución ampliando la cantidad de empresas que pueden acceder a préstamos en dólares.

La entidad que preside Federico Sturzenegger autorizó también a proveedores de compañías que facturen en dólares a recibir créditos en moneda extranjera. El objetivo es que haya más sujetos con posibilidad de endeudarse en dólares, pero siempre que estén en condiciones de generar facturación en la misma moneda.

No entran dentro de este grupo empresas que publican precios en dólares pero en realidad cobran en pesos, como es el caso de las inmobiliarias o concesionarias de autos. En cambio, autopartistas que les venden a automotrices que exportan parte de su producción sí podrían recibir este tipo de financiamiento.

La salida del cepo cambiario también cambió las reglas vinculadas a prefinanciación de exportaciones, que ahora tendrán un plazo más flexible de repago.

Esto significa que las compañías que durante el cepo preferían no endeudarse en moneda dura porque luego tenían mucho apuro por ingresar las divisas para devolver el préstamo ahora tendrán muchas facilidades a la hora de financiarse a través de una “prefi”. Este factor es el que explicaría el salto del crédito en dólares de marzo, que aumentó casi en u$s 300 millones.

El Santander Río había salido muy agresivo en diciembre a pagar tasas superiores al 4% anual en dólares para captar depósitos en divisas. Fue tal la oferta que recibió que tuvo que suspender rápidamente ese incentivo. Ahora, según Ambito, los bancos pagan un promedio de apenas 0,5% anual para quienes depositen en dólares, una tasa similar a la que se paga en el mundo por este tipo de colocaciones.

Lo insólito es que invertir en un bono en dólares paga tasas de entre 7% y 8% anual en moneda dura, por lo que buena parte de estos depósitos en moneda extranjera podría estar colocada en títulos con una rentabilidad mucho más atractiva.

Para las empresas que tienen posibilidad de acceder a este financiamiento, resulta mucho más atractivo conseguir una línea crediticia en dólares, ya que las tasas de interés son infinitamente más atractivas que las de pesos.

El hecho de que los bancos paguen tasas mínimas por ese fondeo explica además por qué resulta tan barato financiarse en moneda dura. Sin cepo cambiario y con cierta expectativa de estabilidad cambiaria en los próximos meses, la lógica es que los préstamos en moneda dura sigan aumentando.

En contraste, los créditos en pesos mostraron una evolución negativa en el primer trimestre del año, ante el aumento de las tasas y la retracción del público y las empresas a endeudarse en medio de un clima recesivo.