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Los empresarios argentinos “se confiesan” y dicen cómo les sienta el valor del dólar

La economía doméstica está viviendo una etapa completamente distinta a la que imperó durante los dos últimos años: en la Argentina de la “post-salida de capitales” las proyecciones sobre el futuro del dólar –que permanece “dormido” desde hace meses-, están lejos de aquellos pronósticos apocalípticos que le ponían un precio elevado, muy superior incluso al que hoy se prevé para fines de 2010.

En efecto, para diciembre de este año, las consultoras estiman una cotización sin sobresaltos. En el caso de Econométrica, prevén que la divisa no superará los $3,85, mientras que desde Abeceb.com consideran que se acercará a los $3,90.

En línea con la visión “mesurada” de los expertos, hoy los industriales argentinos están lejos de aquella lucha crónica por la que exigían un dólar más alto.

Así fue como en el primer trimestre del año, cuando se temía una avalancha importadora y las exportaciones se desplomaban a tasas inéditas, desde algunos sectores llegaron a reclamar un valor por encima de los $4,50, cifra que hoy nadie se arriesgaría a pedir para el mediano plazo.

“No hay excepciones, en general, todos los industriales están tranquilos porque este nivel verdaderamente les conviene”, sostuvo Osvaldo Cado, economista de Prefinex.

Así es como dejaron de lado sus crónicos miedos ante los “fantasmas” externos. Y en esto es fundamental lo que sucede con el valor del real, que se convirtió en una piedra colgada al cuello para los empresarios brasileños al momento de hacer negocios.

Empresarios del mundo con el grito en el cielo
En efecto: los industriales en gran parte del planeta, desde hace meses, vienen poniendo el grito en el cielo por la debilidad del dólar, producto de la monumental emisión monetaria que debió realizar EE.UU. para aplicar sus planes de salvataje, sumado a la fuerte reducción en las tasas de interés.

La Argentina, entonces forma parte del “selecto” club de países cuyas monedas alientan negocios, liderado por EE.UU. y China.

Como contrapartida, desde el viejo continente, esta semana la influyente entidad empresaria BusinessEurope advirtió que el nivel del tipo de cambio ha alcanzado el “umbral del dolor” para las exportaciones y está minando la capacidad de la eurozona para crecer.

“Estoy profundamente preocupado por la reciente evolución de los tipos de cambio. Esto no es una buena noticia para el crecimiento en Europa”, disparó Jürgen Thumann, presidente de la entidad, en referencia a la revalorización de casi 20% que la moneda del bloque sufrió con respecto al dólar desde el mes de febrero.

En Chile, por ejemplo, el presidente de la Federación de Productores de Fruta (Fedefruta), Rodrigo Echeverría, advirtió también esta semana que la situación es “complicada” y que si el Banco Central del país trasandino no toma medidas para frenar la apreciación del peso chileno, “dentro de los próximos 30 a 60 días el escenario se complicará y se perderán unos 50 mil puestos de trabajo”, sólo en ese sector, por menores exportaciones.

En Brasil, la situación es considerada “dramática” por parte de los empresarios, dado que su moneda se ha encarecido cerca de un 30% en lo que va del 2009.

Los expertos del mayor socio comercial de la Argentina esperan que, con un real a 1,70 por billete verde, esto se traduzca en un avance significativo de las importaciones.

En diálogo con Valor, el analista Ricardo Carneiro, destacó que la revalorización “acelera el ritmo de las importaciones” y alertó que hay indicios de que está avanzando la sustitución de productos nacionales brasileños por bienes importados, principalmente desde China.

El experto alertó que, a pesar de salir fortalecido de la crisis, Brasil pasa por una proceso de desindustrialización a causa del tipo de cambio, que se caracteriza por una mayor competitividad en commodities pero una pérdida en sectores más sofisticados.

En este contexto, Cado explicó que “en el mundo, el dólar se está debilitando y nuestros principales socios comerciales lo están sufriendo: hoy Brasil quiere depreciar a toda costa y no puede. Con Europa tenemos una relación de $5,70 por euro, que parecería ser inmejorable. La realidad es que, a pesar de que el peso se mantuvo estable en los últimos meses, el resto de las monedas se siguió fortaleciendo y nunca dejamos de ganar competitividad”.

En efecto, al analizar la evolución del tipo de cambio real –un indicador que contempla la inflación local y la de los principales socios comerciales-, se observa que:

* La competitividad de la Argentina con Brasil mejoró casi un 40% en lo que va del año.

* Con la zona del euro, se benefició en un 10 por ciento.

* En cambio, con China -que ató el yuan a la divisa estadounidense desde hace un año para ayudar a sus exportadores-, el incremento fue menor: 8,5 por ciento.

Mauricio Claverí, economista de Abeceb.com destacó que “hoy los empresarios no se pueden quejar. En un mundo donde hay una depreciación constante del dólar, que te mantengas estacionado, hace que tengas mucha competitividad cambiaria”.

Por su parte, Pablo Rojo, director de Río Bravo Inversiones y ex presidente del Banco Hipotecario, explicó que la clave del humor de los directivos de compañías locales está dada casi exclusivamente por lo que pasa en Brasil.

“Lo que sucede con el real con respecto al dólar es más importante que lo que pasa con el peso y la divisa estadounidense, porque el mercado brasileño, para los industriales argentinos, tiene más relevancia que cualquier otro en el mundo”, destacó el experto.

En efecto: la Argentina exporta a ese destino el 40% de todas sus manufacturas industriales.

“Cuando se desató la crisis financiera, el real cayó fuerte y pasó a valer 2,40 por dólar. En ese entonces, la presión del empresariado argentino para devaluar fue enorme. Pero esa tensión desapareció cuando empezó el proceso de revaluación de la moneda brasileña, que hoy está a 1,70 por divisa. Por eso, las presiones cesaron”, recalcó Rojo.

El experto dio buenas noticias a los exportadores argentinos. En su visión, “hay muchas razones para sostener la tesis” de que el real -ahora en $2,20- pasará a valer cerca de $3 en el transcurso de los próximos dos años.

Por su parte, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) era una de las entidades que más reclamaba una mejora cambiaria. Pero ahora, su presidente, Osvaldo Cornide, en diálogo con iProfesional.com, destacó que hoy “con Brasil no hay ningún retraso, el tipo de cambio está muy bien”.

En tanto, el presidente de la Cámara de Exportadores (CERA), Enrique Mantilla, puso sus reparos sobre los beneficios cambiarios a la hora de salir a venderle a algunos mercados, como por ejemplo la eurozona: “Hoy Europa tiene un grave problema de desempleo, por lo tanto, tienen mucho menos consumo, es decir que la mejora que podamos tener vía tipo de cambio es muy relativa”.

Sin embargo, coincidió con el resto de los analistas, dirigentes y empresarios, al destacar que “la situación actual con Brasil nos favorece y mucho”.

Industriales satisfechos, importadores preocupados
No sólo los empresarios exportadores festejan esta nueva realidad. También aquellos que destinan el grueso de su producción al mercado doméstico ven en este “juego de monedas” un motivo de tranquilidad.

Marcelo Fernández, presidente de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA) –entidad que representa a firmas que operan mayormente a nivel doméstico- explicó que “estamos muy cómodos con el valor de la moneda, teniendo en cuenta lo que se apreció el real”.

“Si el Banco Central no hubiese salido a sostener el tipo de cambio, hoy estaríamos realmente complicados y se hubiese sentido mucho más el golpe de la crisis internacional”, agregó.

Entre los beneficiados está la Cámara de Fabricantes de Cocinas y Afines (CAFAGAS). Su presidente, Hugo Ganim, explicó a este medio que “la preocupación siempre es el tipo de cambio con Brasil y, con la fuerte revaluación que tuvieron, se hicieron mucho menos competitivos. La prueba está en que ahora ingresan al país la mitad de las cocinas que entraron el año pasado”.

El industrial aseguró que, gracias a esto, “iniciamos un fuerte proceso de sustitución de importaciones”. De hecho, este año esperan fabricar unas 560 mil cocinas, casi 30 mil más que el año pasado, aún con todo el peso de la crisis.

Por su parte, desde la Cámara Argentina de industrias Refrigeradas y Aire Acondicionado -que nuclea a empresas como Patrik, Gafa, Kohinoor y Briket- su presidente, Roberto Lenzi, explicó a este medio que “el tipo de cambio favorece. Hoy en día estamos reemplazando lo que deja de venir de Brasil, trabajando con buen ritmo y utilizando el 80% de la capacidad instalada”.

Pero así como algunos industriales descansan en un cómodo “colchón” confeccionado por un dólar caro y barreras impuestas por el Gobierno, algunos empresarios dedicados al negocio de la importación ven cómo se les hace cada vez más difícil operar en el país.

De hecho, según los últimos datos oficiales a los que accedió iProfesional.com, hasta el primer semestre habían dejado de operar 3.000 empresas del sector por esta suma de trabas.

Para Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores, “se está haciendo problemático ingresar ciertos artículos al país. La realidad es que un producto que se fabrica en Europa o en Brasil, en términos de dólares, es muy desfavorable a la hora de colocarlo en la Argentina”.

Cabe destacar que el 50% de los productos que importa el país provienen de esos dos orígenes.

Para el dirigente empresario, esto no es algo que pasará desapercibido para los bolsillos de los consumidores: “En mayor o menor medida, se están comenzando a ver aumentos de precios, ya sea bienes de consumo, insumos y bienes de capital”.

Frente a este panorama, los importadores de productos chinos, salvo por el fuerte “cerrojo” impuesto por el Gobierno, respiran tranquilos. El director de la Cámara, la Industria, y el Comercio Argentino-China, Ernesto Taboada, destacó que desde el gigante asiático llega el 12% de todas las importaciones que realiza la Argentina y que, al estar su economía atada al dólar y ser muy competitivos, “los precios de los productos chinos no sufrieron variaciones que impidan seguir trayéndolos”.

Impacto en el sector automotor
En este contexto, desde una de las terminales automotrices más importantes que fabrica en el país pero también importa autos chicos desde Brasil, admitieron a iProfesional.com que “el nivel del real es bastante alto y lo que hoy llega (del país vecino) está más caro. Es inevitable que haya subas de precios”.

El directivo, que pidió absoluta reserva, explicó que “también los vehículos nacionales están subiendo de precio porque hay una fuerte incidencia de las autopartes importadas, que se traen de Brasil. No se puede escapar de esto”.

Esta tendencia se hace más evidente en las marcas europeas.

Esteban Vessuri, gerente comercial del grupo empresarial Disecar, que tiene la representación oficial de las marcas automotrices premium Volvo, Land Rover y Jaguar en la Argentina, explicó a este medio que “el año pasado, con el tipo de cambio a $3 o $3,20 por dólar, el valor de nuestros autos se empezó a acercar a los modelos de gama media alta nacionales y muchos clientes se inclinaban por la línea de entrada de Volvo, que parte de unos u$s35.000”.

Sin embargo, “cuando el dólar se disparó, se volvió a ampliar la brecha y los valores de nuestros vehículos se desfasaron respecto de las marcas locales. Esto provoca un impacto negativo en las ventas de este segmento”, agregó el directivo.

Una luz de alerta de cara al 2010
En este contexto, a pesar de la excelente ecuación que tienen los industriales y exportadores argentinos, hay una fuerte preocupación por la suba de costos, que amenaza con erosionar parte de la competitividad ganada.

Desde la Cámara de Exportadores, Mantilla alertó que “hoy tenemos una inflación alta, del 15%. Esto pega en los costos y es muy negativo”. He aquí sus declaraciones:

En la misma línea, Cornide destacó que “los incrementos están impactando paulatinamente en la rentabilidad y provoca que se vaya retrasando el tipo de cambio”.

Por su parte, Rojo, que proyectó un real a $3 para los próximos años, destacó que, si bien “la suba de costos no va a erosionar completamente esa ventaja, sí va a impedir poder sacarle todo el provecho a esa diferencia”.

De cara al 2010, Ernesto Kritz, director de SEL Consultores, explicó a este medio que “la Argentina tiene un problema muy serio y es que los costos laborales están creciendo por encima de la productividad”.

Esto “afecta negativamente la competitividad con respecto a nuestros socios comerciales”, destacó.

El experto agregó que “el año que viene, va a ser muy complejo: la inflación va a estar por encima de la de este año, el mercado de trabajo no va a destruir empleos sino que va a terminar creando, y habrá una mayor capacidad de negociación de los sindicatos”.

Así, desde SEL estiman que “va a haber aumentos salariales promedio del 17% y el impacto en los costos de las empresas se va a sentir”.

Al respecto, Julio Rodríguez, secretario de Grupo PROA –entidad que nuclea a 30 empresas autopartistas- destacó que “estamos muy preocupados por el tema salarial. Los aumentos son justos, pero si crecen como este año, no va a ser posible pagarlos. La industria en general, si se cierran acuerdos que no se pueden tolerar, va a echar gente y la salida de la crisis va a ser dura”.

Frente a este escenario, Kritz alertó que puede resurgir una “especie” que, lejos de extinguirse, está latente en numerosas empresas: los industriales “tipo de cambio-dependientes”.

De este modo, según el experto, con la suba de costos golpeando las puertas, “en 2010 a muchos se los va a poder ver nuevamente exigiendo un dólar más alto”.