Inicio Empresas y Negocios Los gerentes generales con miedo a delegar no se toman vacaciones…

Los gerentes generales con miedo a delegar no se toman vacaciones…

Se acerca la temporada estival y, como todos, los gerentes generales también piensan en las vacaciones, una excelente oportunidad para recargar las pilas tras un año de trabajo desgastador.

No obstante, aunque el período de descanso sea más que imprescindible, las dudas asaltan al CEO cuando empieza a planear las vacaciones. Estar en la oficina permite resolver inmediatamente cualquier imprevisto. Pero, estando afuera, ¿quién sabe qué puede pasar en caso de que surja una crisis que ponga en serio riesgo los negocios de la empresa?

¡Alto! Aquí es donde usted debe advertir que un buen descanso no es un lujo sino una necesidad, una necesidad que, en definitiva, será buena para el negocio. Y también debe comprender que, para que usted pueda disfrutar del descanso, necesita delegar efectivamente para que la empresa siga funcionando aunque usted no esté.

Desde luego, el CEO sabe que es imposible hacer todo por sí mismo. Sin embargo, delegar es una tarea difícil que muchos evitan siempre que pueden. En principio, existen cuatro actitudes principales por las que evitamos encomendar tareas a otras personas:

1) “No puedo delegar, necesito controlarlo todo”
Esta actitud tiene, en su base, una fuerte falta de confianza hacia los empleados. Ahora bien, para remediarla, piense que la confianza se construye sobre la base de cinco “C”.

La Comunicación implica que, en una empresa, es necesario hablar y escuchar para que los miembros funcionen como un equipo de trabajo. El Compromiso consiste en el conocimiento de que los colaboradores se encuentran alineados con el éxito de la empresa.

La Competencia radica en disponer de empleados con experiencia y habilidad para ejecutar idóneamente su trabajo (y manejar adecuadamente los imprevistos que pudieran presentarse). El Cuidado consiste en saber que los empleados tienen sus intereses en cuenta. Finalmente, el Carácter es la convicción de que en la empresa trabaja gente honesta.

Para aumentar la confianza en su personal (y atreverse a delegar), usted debe identificar cuál de las cinco “C” no está funcionando adecuadamente. Luego, reúnase con el empleado en cuestión y establezca un plan de acción para mejorar la situación.

2) “No tengo tiempo para enseñar la tarea. Es más rápido si la hago yo”
En realidad, la situación es a la inversa. Usted no tiene tiempo para NO enseñarla. De hecho, delegar es la actividad que genera el mayor retorno sobre el tiempo invertido porque lo libera a usted para crecer en otras áreas.

Cada tarea que no delegamos reduce nuestras oportunidades de crecimiento. Ante un tiempo y energía limitados, no tenemos más alternativa que administrarlo con la máxima eficiencia. Y toda inversión en capacitación que usted haga hoy, rendirá sus frutos mañana.

3) “No me conviene delegar, porque yo hago la tarea mejor que nadie”
En este caso, es probable que usted no sea un buen líder. Los grandes líderes se rodean de personas más capaces que ellos mismos. Así, complementan sus competencias y habilidades aportando para el crecimiento del negocio.

Siempre intente contratar a personas mejores que usted. De hecho, si usted puede hacer algo mejor que uno de sus gerentes, cambie al gerente o contrate a un asesor externo para que cumpla ese rol.

4) “La tarea es demasiado importante para ser delegada”
Básicamente, los principales roles del gerente general pueden reducirse a tres funciones:

El CEO es el principal estratega de la empresa. Es decir, es quien decide adónde ir y cómo llegar allí.

El CEO es también el director técnico del equipo. Es decir, contrata a su primera línea de colaboradores y la organiza para optimizar su desempeño.

Finalmente, el CEO puede actuar también como el principal vendedor de la compañía, involucrándose directamente en la cadena comercial para cerrar los contratos más importantes.

Cualquier otra tarea que no sea la que está involucrada en estos roles debe ser delegada, porque quita tiempo para ejercer las funciones centrales del cargo.

En definitiva, saber cómo delegar es también una de las funciones del CEO. Y “desenchufarse” es tan necesario como capacitarse. Si el gerente general es incapaz de equilibrar su vida personal y profesional, es probable que esto impacte negativamente tanto en su rendimiento como líder como en el crecimiento del negocio.