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Los líderes empresariales de la eurozona siguen apoyando el uso de una moneda única

El International Business Report (IBR) de Grant Thornton revela que, veinte años después de la firma del Tratado de Maastricht –el cual preparó el camino para la creación del euro-, y a pesar de la crisis de deuda soberana actual, los líderes empresariales continúan apoyando el uso de una moneda única.

La investigación revela que casi cuatro de cada cinco (78%) líderes empresariales de la eurozona creen que la adhesión al euro ha tenido un impacto positivo en su negocio. Los principales impactos positivos citados fueron el impulso al comercio con otros países de la eurozona (23%), la eliminación del riesgo de tipo de cambio (15%) y una mayor transparencia en los precios (12%).

También se consultó a los líderes empresariales acerca de los inconvenientes asociados a unirse a una moneda única (el 57% citó un aumento de los costos y los precios); sin embargo, cuando se les preguntó acerca de si les gustaría que el euro sobreviva, hubo un acuerdo abrumador con un 92%. Las empresas más positivas sobre el impacto de la moneda única son las de Finlandia (90%) y Bélgica (84%), mientras que Italia es el país menos positivo (48%). Los dos pesos pesados económicos de la región, Alemania (79%) y Francia (71%) permanecen con una postura de sólido apoyo.

Ed Nusbaum, CEO de Grant Thornton International, sostuvo: “Si hoy se llevara a cabo un referéndum sobre el futuro del euro entre los líderes empresariales, el resultado sería enfáticamente a favor de mantenerlo. Esto representa un realismo económico por parte de las empresas; Europa puede haber retornado a la recesión, pero una ruptura de la moneda única podría llegar a hundir la economía global.

“A pesar de la crisis de deuda soberana y de la incertidumbre que ha causado, las empresas continúan apoyando el uso de una moneda única. Los políticos deberían tomar nota de estos deseos, mientras buscan resoluciones que fijen el futuro del euro y planean el mapa para la futura integración europea”.

El futuro de la eurozona

El IBR revela además que las opiniones empresariales sobre una mayor integración europea son más variadas: menos de una cada tres empresas de la eurozona dijeron que quisieran que la moneda única se expanda (31%), aunque curiosamente, las empresas en economías con problemas como Grecia y España, son las mejor predispuestas a recibir a nuevos países (con un 62 y 53% respectivamente).

Mientras tanto, casi una cuarta parte (24%) de las empresas de la eurozona desearía que algunos países abandonaran la moneda única. Esta es un opción popular en los únicos países miembros de la eurozona que mantienen una calificación AAA de su deuda soberana: Finlandia (50%), Alemania (40%) y Holanda (24%).

Fuera de la eurozona, el panorama también es variado: a la mayoría de los líderes de negocios de Polonia y Dinamarca les gustaría que su país se uniera a la moneda única (con 64 y 62 puntos porcentuales respectivamente); sin embargo, muy pocos de sus pares en el Reino Unido (12%) y Suecia (28%) están de acuerdo con la medida. Fuera de la Unión Europea, al 88% de los empresarios en Turquía les gustaría que su economía se integrara aún más a la de Europa, pero sólo el 32% se integraría al euro.

Ed Nusbaum agregó “Los próximos meses podrían ser los más importantes en la historia de la moneda única, y podría decirse que de la propia Unión Europea. La buena noticia es que el soporte de las empresas para mantener intacto al euro se mantiene fuerte.

Sin embargo, existen muchos desafíos por delante. Quizás el más importante es la reducción de la deuda pública –que supera el umbral del 60% para el ingreso a la moneda única establecido en el Tratado de Maastricht hace ya 20 años en Bélgica, Francia, Grecia, Italia e Irlanda- y al mismo tiempo, garantizar que la austeridad no asfixie las perspectivas de crecimiento de los negocios”.