No es pretensión de esta nota descubrir que la cultura latinoamericana es muy diferente de la germana, o de la anglosajona; sino cómo esas diferencias impactan en algunos tipos de producto, que si bien son de génesis tecnológica, están enormemente relacionados con la cultura local. Este es el caso, fundamentalmente, del ERP
¿Donde encuentran los problemas los productos americanos, suecos o alemanes? ¿Cuáles son los abismos insalvables que hacen que un producto internacional no pueda utilizarse con eficiencia en Latinoamérica como en Frankfurt, Munich o en Texas?
Desde el punto de vista cultural hay tres puntos importantes:
1- Los empresarios latinoamericanos suelen estar fuertemente apegados a sus prácticas tradicionales que les han resultado exitosas y en las cuales confían, y se niegan a seguir los manuales de las ‘mejores prácticas’ escritas en el primer mundo.
2- Los gobiernos de la región tienden a legislar acerca de cuestiones impositivas sin tener en cuenta la complejidad administrativa que pueda acarrear a las empresas y a sus sistemas.
3- Los volúmenes de negocios, de mucho menor cuantía que en el primer mundo, muchas veces obligan a los empresarios a incorporar prácticas y metodologías comerciales que en el primer mundo son simplemente innecesarias.
Estos puntos implican una serie de cuestiones. A continuación enumeramos algunas de ellas:
En Latinoamérica es frecuente cobrar y pagar con varios valores con distintas fechas de vencimiento. Esta práctica es completamente inhabitual en los países centrales, y prácticamente ningún producto internacional soporta originalmente dicha operatoria.
Lo mismo ocurre desde el otro lado del mostrador. Cuando las empresas pagan es habitual que lo hagan con varios valores, a veces propios o a veces de terceros, y desde luego esto tampoco está previsto en los productos aludidos.
Las retenciones en los pagos a proveedores: Ningún módulo de impuestos de productos de Europa o EEUU soporta completamente los rasgos particulares de, por ejemplo, las retenciones efectuadas en la fuente como por ejemplo la que se realiza sobre impuesto a las ganancias en Argentina o Ecuador. Empresas muy grandes de la región, luego de implementaciones millonarias de ERP, utilizan una planilla de cálculo para deducir dicho número (el que se vuelca manualmente en los respectivos sistemas).
Prácticamente ningún producto del exterior puede liquidar sueldos bajo la normativa mexicana, argentina o brasileña. Lo que hacen es incorporar un liquidador de nómina nacional que se vincula vía interfases al ´gran producto´ internacional. Esto implica en los hechos tener dos proveedores más: el del producto propiamente dicho, y el de la interfase.
En México, Argentina, Brasil, y otros países de la región, es frecuente encontrar empresas que utilizan para su operación dos o más sociedades anónimas. Pero no se trata de diferentes empresas, sino solo de diferentes razones sociales para una misma actividad. Los productos internacionales no pueden entender dicha problemática y usualmente ofrecen abrir varias empresas, o directamente varias instancias en el motor de base de datos. La consolidación deberá ser por Excel o con algún reporte ad hoc. Eso está muy lejos de los que los clientes usualmente necesitan.
Las políticas comerciales de comisionamiento sobre ventas en Latinoamérica usualmente refieren a conceptos percibidos y no devengados. Los productos europeos y americanos no suelen soportar originalmente este tipo de operatoria, y se deben hacer customizaciones complejas y que nunca terminan de funcionar adecuadamente.
La inflación desmesurada, problema recurrente de la región, no es un tema que ocurra en los países centrales desde la década del 20 en la república de Weimar. En ese tiempo no había software ERP, de modo que dicha problemática no está prevista en ninguno de los productos que haya visto.
En el primer mundo no existen medidas tales como la aplicación de impuestos retroactivos, los cuales son simplemente inaceptables e inaplicables en los productos world class.
