Tal vez eres de esas personas retraídas que a igual que tantos en tu misma situación, han aprendido a disimular lo que sienten o piensan; participar de conversaciones o discusiones puede resultar normal para muchos, pero para ti, si tu problema es la timidez, el hacerlo puede resultar un verdadero triunfo.
Por suerte para muchos individuos en tu misma situación, de años de proceder pasivamente, han comenzado a superarlo utilizando técnicas centradas en el “hacerse valer”. Primero que nada debes tener la certeza que tus sentimientos y aspiraciones no carecen de importancia, tu no eres menos que nadie, ni algo sujeto a la voluntad de otros, cuando por fin entiendas esto te sentirás mas tranquilo y confiado. Si acaso quieres lograr el éxito en tu vida, y que tus metas por fin se hagan realidad, entendiendo como éxito un resultado final esperado y positivo, cualquiera sea tu interpretación de ello, puede ser alcanzar una envidiable posición económica o transformarte en un gran orador, no importa, lo que deberás tener en cuenta es el poder expresar tus sentimientos francamente, tanto positivos como los no tanto, esta práctica se conoce en el ámbito de la psicología como “conducta de autoafirmación”, se relaciona con el “hacerse valer” a partir de la manifestación verbal y emocional de aquello que percibas en el momento de la experiencia, por ejemplo: “Esto no me agrada, no lo haré pues no está de acuerdo con mis principios” o “Con lo que me dices me estas ofendiendo”. No ocultes lo que verdaderamente sientes, defiende tú derecho de sentir y expresar, si te abstienes de hacerlo, a la larga terminaras haciéndote daño, por supuesto debemos ser sumamente precavidos de no herir la sensibilidad y susceptibilidad de nuestros semejantes, la idea es ser reconocidos sin llegar a tratar a los demás con crueldad o desconsideración.
Necesario es que te reconozcas como persona, y que te encuentras en constante relación con tus ideales, la sociedad, lo que pretendas y lo que puedas llegar a dar. Ten siempre presente que si tu meta es obtener éxito en la vida, tu deseo mas firme, tu determinación más sólida, se quebrará si tienes que lidiar con la timidez.
Luego de todo lo dicho, no puedo dejar de mencionar que una de las cosas que hasta ahora te ha impedido afirmar tu propia personalidad es sin dudas el temor, y es precisamente lo que deberás dominar.
Es muy común que nuestro cerebro sea generador de pensamientos negativos en determinadas circunstancias, ahora lo que debes analizar ante tal o cual situación, es si el hecho en si es real o supuesto, pues lo que precisamente ocurrirá ante este panorama que se ha generado solo en tu mente, comienzas a prepararte con todo tu ser para un desastre inminente y pronto a ser destruido, ocurriendo entonces la emergencia inmediata de un estado de angustia y estrés general, y todo como consecuencia de la aparición de esas ideas cargadas de negatividad, que es solo ahí donde existe el verdadero peligro.
Aprende entonces a sobreponerte al miedo, enfrenta audazmente la situación, verás que las condiciones no son tan graves ni tan adversas como aparentan, podrás advertir que lo que resulta de “hacerse valer” supera grandemente cualquier suceso desagradable, la sensación de superación será ciertamente gratificante, mejorando tu autoncepto y autoestima.
Ten siempre en cuenta que como regla general, una vez que das comienzo a la afirmación de tu propia personalidad, que deberás mantener esa actitud en todo momento, el hacerse valer, puede dar como resultado una reacción cargada con cierta hostilidad y resistencia hacia ti, presta atención y no te amedrentes, mantente firme y harás prevalecer tus ideas.
La timidez no es tan terrible como parece, lo malo seria no hacer el esfuerzo por vencerla, esta como tantas situaciones adversas, no son importantes en si, la cuestión es como reaccionamos ante ellas, este no es un detalle sin importancia, pues depende cuan felices y exitosos logremos a ser en la vida, si lo enfrentamos valiente y inteligentemente, estos momentos pueden aportarnos crecimiento y traernos instantes de verdadera felicidad.
