La noche se va cerrando como una suave cortina de seda sobre el uniforme césped de las canchas de polo, donde hasta hace un rato se disputaba un partido de la temporada que acaba de comenzar. Pero ahora, en el lobby del Resort de Campo y Polo, en Open Door, es hora de música.Mauricio en clarinete y Javier en acordeón y teclados hacen un variado repertorio que cierra con una versión jazzeada de Los Beatles, mientras en el primer piso comienzan a poblarse las mesas de La Perdiz, el afamado restaurante que hace unos años ideó la chef Dolly Irigoyen y que hoy dirige con mano maestra su colega Pedro Castro Rojas.
Exquisiteces entre taqueos
Mini paella con delicias del Pacífico, ravioles de cordero en su jugo, medallón de pez espada con estofado criollo o sorrentinos de olivas negras, queso azul y frutos secos son algunos manjares que se disfrutan desde este restaurante ya clásico, que balconea hacia las canchas de polo. En un paisaje de campo, son la perfecta frutilla de postre para un variado fin de semana de relax, que incluye desde una caminata hasta la orilla del río Luján con la guía Perla hasta una sesión de reflexología y masajes relajantes, en las manos suaves de Paola. En medio, un par de partidos de metegol, ping pong y pool en la sala de juegos y, a la tarde, prematuros chapuzones en la pileta, bajo techo en esta época y semicubierta en verano.
Ultimamente, Open Door -a mitad de camino de las más conocidas ciudades de Luján y Pilar- se transformó en un importante centro de polo y las cuatro canchas del hotel suelen poblarse de caballos y jugadores dos o tres veces a la semana. Así, la originalidad de la propuesta pasa por la posibilidad de combinar el disfrute -o aprendizaje- de este deporte, viendo partidos o participando en clases de taqueo, combinado con relax en contacto con la naturaleza y actividades de campo: cabalgatas, paseos en carreta, bicicletas o asados los domingos en la parrilla Los Aromos, una exclusividad para los huéspedes.
También atraen los sobrevuelos en globo, que se pueden hacer al amanecer o poco antes de la puesta del sol. Los fines de semana también hay recreación para chicos, a cargo de maestras jardineras, como Perla, que allá va este domingo por la tarde, guiando a pequeños ciclistas a través de los amplios jardines.
