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Más mitos que metas

Cuando hablamos de Metas también hablamos de mitos, de supuestas “verdades” socialmente aceptadas referidas al tema, que encierran una connotación negativa y limitante.

Vamos a enumerar algunos de los mitos que hemos identificado en el intercambio con quienes participan de los Entrenamientos que damos sobre Metas. Invitamos a los lectores a descubrir otros, a partir de sus propias experiencias y las de quienes los rodean.

Primer mito:
“HAY QUE PEDIR LO QUE UNO PUEDE NO LO QUE UNO QUIERE”.
Muchas personas y también los equipos de trabajo, se condicionan para ir “a menos”. En lugar de indagar e indagarse, para descubrir lo que realmente desean y necesitan, y luego abocarse con “alma y vida” a realizarlo, piden poco, lo necesario, lo posible, achican su sueño, lo condicionan y, obviamente, reciben una respuesta acorde a lo que emiten. Piden poco y obtiene poco. Sin embargo los grandes logros sólo son el producto de grandes propósitos. Y del máximo empeño en alcanzarlos.

Segundo mito:
“LAS METAS SÓLO ESTÁN REFERIDAS A LO LABORAL Y ECONÓMICO. FORMAR PAREJA NO ES UNA META. DIVERTIRSE TAMPOCO”.
Las metas abarcan todas las áreas de nuestra vida: laboral, social, recreación, salud, familiar y afectiva. Si una persona, por ejemplo, tiene el deseo de buscar y encontrar una pareja, pero no se lo propone como meta, no implementará estrategias para lograrlo: como podría ser ampliar su círculo de relaciones, objetivo que demanda tiempo y dedicación llevar a la práctica.

Tercer mito:
“LAS METAS SON PARA PROPONERLAS, NO PARA CUMPLIRLAS”.
Hay dos pasos fundamentales en el camino hacia las Metas. El primero es descubrirlas y definirlas. Identificar el QUÉ. Cuando el qué está, hay que dedicarle tiempo y energía a descifrar el CÓMO. Qué quiero-necesito-deseo. Cómo lo logro: los pasos que voy a dar. En nuestros Entrenamientos trabajamos intensamente sobre las dos etapas, porque ambas son importantes. A nivel personal, empresarial y organizacional, la estrategia es la misma: definir la meta, delinear las etapas del camino a seguir para lograrla, y ¡ponerse en marcha con FE!.

El camino a la Meta no es lineal, es flexible. Debemos planificar, accionar, revisar las acciones realizadas, modificar el rumbo si hace falta y volver a la acción. La práctica y el empeño constante, son la única garantía para el éxito.

¡¡Lo imposible está en la mente de los cómodos…el fracaso es no intentarlo!!