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Motivación y productividad en el trabajo

Las presiones del día a día, la competencia a nivel individual y profesional, entre otros factores son situaciones que alteraran el estado emocional de muchas personas, lo que empeora cuando el trabajador no ve recompensados ni reflejados sus esfuerzos en términos concretos y pierde la motivación, afectando por ende la productividad de la empresa en general.

El perder el interés por lo que se está haciendo repercute no sólo en la vida personal sino también en lo profesional, ya que las emociones influyen en el estado de las personas y por cierto, en su ámbito laboral donde se vive la mayor parte del día. Por ello es de gran importancia que las personas se sientan motivadas en su lugar y ambiente de trabajo de manera tal de contar con las herramientas que dobleguen situaciones adversas y puedan transformar conflictos en oportunidades.

De esta forma, motivar a un empleado tiene que ver con proveerle estímulos o condiciones necesarias para que adopte el comportamiento y/o desempeño profesional que se busca de él. Si bien es cierto que las técnicas posibles de utilizar son diferentes, dependiendo de las diversas realidades culturales, sociales, etc., lo cierto es que existen pautas generales para lograr el mayor interés y compromiso de los trabajadores de una empresa.

En una primera instancia, será fundamental que el jefe o líder del área escuche al empleado, desarrollando una empatía a través de la retroalimentación entre los rangos bajos, medios y altos. Haciéndolos sentir piezas fundamentales para lograr cualquier objetivo que se proponga la empresa.

A esto puede sumarse buscar iniciativas propias que fomenten el trabajo en equipo, por ejemplo conversar abiertamente aclarando las dudas sobre normas, responsabilidades, deberes y derechos, valorar los aspectos positivos de los empleados, así como agradecer y elogiar las buenas acciones que ellos realicen.

Gracias a estas y otras técnicas será posible alcanzar la automotivación, ya que los trabajadores reconocerán diversos factores positivos y se volverán gradualmente miembros más creativos, motivados y conciliadores, principalmente porque podrán controlar el estrés y manejar de manera positiva sus propios sentimientos y los ajenos.

Los cambios que se vayan dando serán trascendentales si lo que se busca es contar con una cultura organizacional fuerte que aporte a la productividad de la empresa y trabajadores satisfechos que vayan en pro de ello.

“Aspectos como una relación favorable entre compañeros, una buena actitud frente al trabajo, ver recompensados los esfuerzos y logros, así como sentir respaldo antes los fracasos, son aspectos que deben ser tratados por las empresas, es un trabajo arduo pero lo cierto es que siempre es gratificante sentir que se está aprovechando al máximo el potencial que tienen las personas para entregar”, destaca Pablo Molouny, Country Manager de Trabajando.com Argentina.