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Neuromarketing: entender al cerebro para vender más

Una de las piezas que está marcando la estrategia de las marcas en los últimos tiempos y que ha logrado convertirse un elemento clave a la hora de fortalecer la relación entre las marcas y los consumidores son las emociones. Las emociones que sentimos crean lazos mucho más poderosos que otros elementos, convirtiéndose en el arma al que recurren muchas empresas para conquistar a los consumidores. Es lo que se conoce como neuromarketing. El objetivo es que el consumidor se sienta lo más vinculado posible con la marca de lo que lo estás con la competencia. Y en este sentido, las emociones son la vía directa para conseguirlo.

Pero además, los propios consumidores son proclives a este tipo de vínculos y se sienten más motivados a conectar con aquellas empresas que intentan establecer este tipo de relaciones. Es más, el consumidor actual espera que las marcas no solamente quieran ofrecerles productos o servicios, sino que también conecten con sus emociones, siendo negativos con aquellos que no lo hacen.

Establecer vínculos emocionales no resulta nada fácil
Las empresas deben enfocar todos sus esfuerzos en establecer conexiones emocionales con los consumidores y además tienen que hacerlo en un entorno muy competitivo en el que cualquier error puede tener graves consecuencias. Entonces, ¿cómo conectar con los consumidores a través de las emociones? Obviamente la propia actitud de la marca contribuye a fortalecer este vínculo. Y es que los consumidores se sienten más atraídos por aquellas marcas cercanas que intentan ser transparentes y que se basan en determinados valores.

Sin embargo, no son los únicos elementos que ayudan a generar emociones y fortalecer la relación con las marcas. Las empresas también apuestan por el neuromarketing , utilizando diferentes técnicas para obtener ciertas respuestas. Por esta razón es por la que en los últimos años la nostalgia esté de moda o que se apueste por el marketing olfativo. La idea es generar sensaciones agradables mediante diferentes recursos para que los consumidores se sientan más cómodos y felices para que compren más.

Los sonidos emocionales, más rápidos
Los estudios ayudan a las marcas a saber cómo crear marcadores emocionales y cómo conseguir que sean más rápidos a la hora de procesarlos. Demuestran que los humanos son capaces de descifrar mucho más rápido los sonidos relacionados con las emociones que con otro tipo de elementos. Esto quiere decir que si queremos dar un toque de humor a un anuncio, es mucho más rápido poner de fondo sonido de risas que contar un chiste. Y es que, como revela un estudio publicado recientemente por McGill, el cerebro solamente tarda una décima de segundo en reconocer las emociones asociadas a los sonidos. Mucho más rápido que las palabras.

Pero además, cuando hablamos de mensajes corporativos, el consumidor no sólo lo recibe más rápido, sino que también se vuelve más receptivo, presta más atención. Como explican los expertos, en la evolución humana las palabras son mucho más recientes que los sonidos, por lo que las partes que analizan cada uno de estos elementos son distintas. La parte de los sonidos es mucho más primitiva.

La felicidad se percibe más rápido
No obstante, no se trata del único dato que resulta curioso de este estudio. Los investigadores también han analizado cómo el cerebro reacciona ante los sonidos asociados a diferentes emociones. Según los datos extraídos, los consumidores detectan más rápido los sonidos que evocan felicidad que aquellos que denotan sentimientos de tristeza o enfado. Aunque lo cierto es que estos últimos consiguen captar la atención mucho más tiempo y de una manera más intensa, probablemente por lo detecta como algo importante que debe analizar.