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“No, gracias”: los argentinos se aferran a sus sillas y son cada vez más los que descartan la idea de cambiar de trabajo

En un escenario en el que en la mayoría de las industrias no se están creando nuevos empleos y las pocas búsquedas que hay son producto de vacantes que las empresas necesitan cubrir, quienes hoy tienen un puesto fijo están priorizando la cautela y, ante un eventual ofrecimiento, muchos optan por el “no, gracias”.

El enfriamiento del mercado de trabajo se empezó a percibir entre marzo y abril, y los argentinos, rápidos de reflejos, tomaron nota del cambio de contexto: empezaron a descartar la idea de un cambio y, por el contrario, optaron por aferrarse a sus sillas.

De hecho, según el Workmonitor, un relevamiento trimestral que realiza la consultora Randstad en 32 países del mundo, promediando el 2012 la búsqueda activa de empleo por parte de los asalariados argentinos disminuyó 3 puntos porcentuales respecto del comienzo del año, alcanzado al 13% de las personas consultadas.

Es que, puertas adentro de sus compañías, observan recortes presupuestarios que impactan en menores inversiones en capacitación, posiciones vacantes que no se cubren con nuevos recursos sino a partir de reorganizaciones internas e, incluso, en algunos casos despidos y suspensiones, o rumores al respecto.

Según los expertos en búsquedas y selección consultados por iProfesional.com, la quietud actual de la oferta es resultado de la sumatoria de dos procesos.

Por un lado, todos los años hay postulantes que, ante la proximidad de las vacaciones, deciden retirarse del mercado a partir de agosto y septiembre.

Es que, aquél que cambia en la última parte del año pierde legalmente el período de descanso. Y si bien existe la opción de plantear el tema durante el proceso de selección, las empresas suelen ser reticentes a negociar vacaciones en dicha instancia. Incluso, puede jugarle en contra al candidato ya que en muchas compañías no cae bien que lo plantee antes de su ingreso.

Pero, por otro lado, los interesados en cambiar de empleo están visualizando que la desaceleración de la economía dejó de ser un escenario abstracto o lejano para materializarse en los números y el día a día de las compañías, por lo que prefieren cuidar su fuente laboral.

Alejandra Figini, directora de GI Group Argentina, firma que realiza servicios de búsquedas profesionales para grandes empresas, describe como “típico” que cuando cae la demanda laboral se da un retrotraimiento del empleado, que prioriza mantener su puesto de trabajo.

“Desde marzo se viene notando un importante cambio en cuanto a la actitud de los ejecutivos y profesionales. Están mucho más selectivos a la hora de escuchar ofertas. Es que, en la balanza, el riesgo que implica el cambio pesa cada vez más”, advierte Figini.

Desde Ransdtad, Maximiliano Schellhas, Chief Operating Officer (COO), también observa una actitud más conservadora por parte de los postulantes.

“Hay menos proactividad a la hora de buscar empleo. Se está cuidando el trabajo ante un escenario de caída de la demanda”, asegura el ejecutivo desde las oficinas que la consultora multinacional posee en Rosario.

Y completa: “Los empleados ven que no se toma gente, que no se cubren las vacantes, que se invierte menos en capacitación, y lo que esto genera es que el mercado no esté tan caliente. Antes, un profesional tiraba un CV y sabía que lo iban a llamar. Y esto hoy ya no pasa”.

Para los expertos en selección de la firma Hucap, la actitud de los postulantes es menos imperativa que en momentos de mayor rotación y actividad del mercado laboral.

Las inquietudes que aparecen a la hora de escuchar las nuevas propuestas entre quienes están empleados son, básicamente, el salario y la proyección-seguridad laboral que puede ofrecerle la compañía.

El 30%, como piso para el cambio
Todos los especialistas consultados por este medio coinciden en que hoy los profesionales y ejecutivos que cambian de empleo no lo hacen por menos de un 30% de diferencia salarial respecto a su remuneración actual.

Figini hace hincapié en que, esta exigencia, en el caso de las posiciones fuera de convenio, les representa a las compañías el tener que desembolsar una importante suma de dinero porque, según explica, “para que haya una diferencia en el sueldo neto del 30% la mejora en el bruto debe ser de casi 50% por la retención del Impuesto a las Ganancias que sufrirá el empleado”.

Ante este desfasaje entre lo que piden los postulantes y lo que están dispuestas a pagar las empresas para contratar un perfil determinado, la directora de GI Group Argentina enfatiza que “está costando cada vez más conseguir postulantes”.

En esta línea, Ana Renedo, socia de la consultora Oxford Partners, cuenta que los candidatos manifiestan que no les sirve cambiarse por un 20% porque eso es por la inflación, y para que les genere una diferencia apuntan al 30% o incluso 40%, dependiendo del nivel jerárquico.

“La base es un 30%, lo cual es muy complicado y lleva a que muchas búsquedas se traben en ese punto porque las compañías se resisten a aceptar que tienen que hacer una oferta tan alta, porque se les desacomoda su estructura salarial y rompe su equidad interna”, advierte Renedo, experta en selección de altos ejecutivos.

Tal como explica Miguel Terlizzi, director de HuCap, encontrar el punto de equilibrio que preserve, por el lado de las empresas, la equidad interna y costos laborales y, por el lado de los postulantes, su aspiración a ganar más, hace que este tema se vuelva cada vez más sensible a la hora de manejarlo en las entrevistas.

Como opción, la socia de Oxford Partnets cuenta que en algunos casos las empresas optan por ofrecer una alternativa que, si bien ya existía, había caído en desuso: los bonos de ingreso.

El regreso de los seguros
En paralelo, otra herramienta que está resurgiendo es el seguro de empleo.

Al respecto, Figini revela que para las posiciones con salarios mayores a $20.000, hay empresas que están otorgando el seguro como beneficio, una práctica que había caducado en la crisis de 2001-2002.

“Si se produce un despido en un plazo menor a un año se acciona un seguro que paga una determinada cantidad de salarios. Son convenios que se hacen al momento del ingreso. Y es un costo que asume el empleador”, detalla.

IT, a salvo
A diferencia de los que sucede en el resto de las industrias, las empresas vinculadas al software y la tecnología continúan creando nuevas fuentes laborales.

Si bien es un sector caracterizado por la alta rotación, desde la consultora Waragon confirman que “la demanda de profesionales sigue tan alta como siempre, tanto para cubrir vacantes como para nuevos proyectos que generan nuevos puestos de trabajo.”

Según datos de la CESSI, la industria de software y servicios informáticos prevé para este año un crecimiento en el empleo del 11,1 por ciento.

Federico Domínguez Lerena, uno de los tres socios de la firma especializada en búsqueda y selección de perfiles para la industria IT, asegura: “Estamos con un récord de búsquedas, tanto de empresas desarrolladoras de software como de agencias de marketing digital y de centros de servicios compartidos.”

En Neuralsoft, por ejemplo, están convencidos que “este es el momento para atraer nuevos talentos.”

María Celia Ferrero, encargada de búsqueda y selección de la empresa de software de gestión, asegura que si bien en la actualidad la prioridad es incorporar desarrolladores para las tres sedes (Buenos aires, Rosario y Córdoba), están abiertos a todo tipo de perfiles, dado que la meta para el 2013 es expandirse al mercado internacional.

A la hora de encarar la difícil tarea de atraer a los jóvenes “techies”, Domínguez Lerena enfatiza que “el proyecto que se le plantee debe ser desafiante o la propuesta salarial superadora para que les interese el cambio.”