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Nos complicamos tanto la vida

Para ser felices no hay que buscar justificación ni pedir permiso.

Nos encontramos constantemente con muchas personas que se quejan de tener complicada su vida, de que no aguantan esta situación, de cómo hacerlo para salir de ello.

Cómo también no nos debe sorprender, que a lo mejor nosotros mismo por no estar atento, despierto, claramente definido en lo que queremos lograr, además de autoconocernos, caemos en situaciones en donde consideramos que estamos complicados.

Lo cierto que nuestro tránsito por este plano con esta forma que se mantiene mientras estamos con vida es demasiado corto, para complicárnoslas, disfrutarla intensamente.

Hay antecedentes que señalan:

• El 40 por ciento de las preocupaciones se refieren a cosas que nunca ocurrirán, imaginadas por la ansiedad. A ello se agrega además, que el 30 por ciento lo producen decisiones tomadas, que ya no se pueden modificar. Lo hecho ya se hizo, hay que afrontar sus resultados.

• Un 12 por ciento tienen que ver con críticas y comentarios. No nos debemos dejar atrapar de ello, hay que manejarla con tranquilidad, sin dejar que las emociones nos compliquen.

• Un 10 por ciento son inquietudes sobre la salud y estado de ánimo que tienden agravarse con la preocupación.

• El 8 por ciento restante tiene que ver con problemas reales a afrontar.

A todo ello se agregan otros aspectos que merecen considerarse en relación a ciertas verdades mentirosas que nos enredan la vida, tal como nos los recuerda psicología práctica a saber:

• Que las cosas no marchan como un desearía es catastrófico. No es acertado porque genera pensamientos como: Esto no tiene arreglo o Soy un desastre. Nos produce angustia y ansiedad, rebaja la autoestima. Deriva en imposibilidad de abordar una dificultad con objetividad y garantía de éxito: el sentimiento catastrofista impide ver la realidad.

• Si queremos triunfar no podemos perdonarnos nada. No es acertado porque: Provoca una constante necesidad de estar en guardia. Empobrece las relaciones. Lleva a la frustración, al autocastigo, a temer al juicio ajeno y a la culpa. Aporta rigidez mental, hermetismo, inmovilidad.

• Tenemos la necesidad de ser amados y aprobados por las personas de nuestro entorno. No es acertado porque: Es un objetivo absoluto, perfeccionista e inaccesible. Siempre habrá personas incapaces de amarnos, por sus deficiencias o por nuestras características personales. Condiciona nuestra conducta para conseguir cariño a cualquier precio. Nos obliga a hacernos de miel con todos: ¡abrumador!

• Debemos lograr todas nuestras metas para considerarnos valiosos. No es acertado porque: Segrega ansiedad y estrés en dosis masivas.. Al ser inalcanzable nos frustra, decepciona y amarga. Actúa como freno a la iniciativa, por temor a no dar la talla perfecta.

Alfonso López Caballero sobre el tema aporta, que se considere que todo ser humano tiende a repetir determinada conducta negativa sin importarle lo inadecuada o perjudicial que ésta resulte. Justamente indica, de dicha ley principal se derivan otras muy nefastas. Todo ello hace que nuestra vida se complique en exceso.

• Ley de autobloqueo: Si el afectado por un problema piensa obsesivamente que no hay solución para el mismo, no lo habrá.

• Ley de la solución errónea. Como norma general, ante un problema personal preferimos las soluciones artificiosas a las sencillas, las externas (que vienen de afuera) a las internas, las gratas a las costosas, las pasivas que a las activas, las periféricas a las nucleares.

• Ley de negatividad inconscientes el afrontamiento de los problemas humanos suele actuar fuerzas inconscientes que operan en contra de que se encuentre una solución válida, no a favor.

• Ley de irresponsabilidad. Las personas desarrollamos una considerable tendencia a pensar que nuestros problemas son inevitables y provocados por el destino.

• Ley de especialización. Toda persona tiende a especializarse en una determinada conducta perjudicial que se hace compulsiva e irrefrenable en proporción a su absurdidad.

No hay que olvidar, que nuestro paso es demasiado corto y ni siquiera sabemos exactamente cuando partiremos, dejaremos este cuerpo físico, por tanto, debemos aprovechar el tiempo que se nos ha dado, tratando de interrelacionarnos, compartir, disfrutar sin complicarnos.

Optimizar nuestras acciones, manejar adecuadamente nuestra energía, de tal forma que disfrutemos nuestra existencia, no dejarnos atrapar por las ilusiones, todo aquello que genera estímulos emocionales que de no sabérsele manejar puede complicarnos nuestra existencia y desperdiciar el tiempo que se nos ha dado.

No nos debe sorprender leer comentarios al respecto que dicen: Supongo que cuando las cosas van bien, que es lo que queremos y lo que nos gusta, no nos preocupamos, en cambio cuando salen mal sufrimos y pensamos la manera de solucionarlo, por eso ocupan la mayor parte de nuestros pensamientos.

Está bien pensar las cosas, tratar de buscar soluciones y todo eso, pero no podemos hacer de lo negativo el centro de nuestra existencia porque sino se nos quedan muchos detalles y momentos preciosos por el camino, sin valorar.

Hay quien comenta, lo primero es creer en uno mismo, confiar en tus propias capacidades y quererte, porque vales mucho como persona. Eso te dará fuerzas para enfrentarte a esas situaciones desagradables con algunas personas y sobre todo para reafirmar tu personalidad, quitando o cambiado aquellas cosas que no te gustan de ti y te facilitará la relación con personas que realmente valen la pena.

Valora lo bueno de la gente y pasa de lo malo. Como dice el dicho: “no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos”, de modo que intenta pulir esas cosas de tu carácter que no te gustan y verás realmente lo que vale la pena y los demás te valorarán como mereces.

Definitivamente de uno depende el cómo debemos manejarnos en todo aquello en que nos interrelacionamos, conocernos, tener bien definidas nuestras debilidades, fortalezas y sorprendernos en como actuamos. Lo importante no es dejarnos atrapar por la complicación.