Con la idea de renovar el concepto de la conocida hamburguesa en el país, el empresario gastronómico Alejandro Pochat presentó be Frika, un local con el cual incursiona en una nueva propuesta: las Tini-minis; pequeñas hamburguesitas caseras para degustar.
“Las Tini-minis es una comida que tiene mucha aceptación en Estados Unidos y Europa, pero que no estaba desarrollado en la Argentina por lo que hay un nicho para explorar”, manifestó Alejandro Pochat, dueño del reciente emprendimiento, al que calificó como un relanzamiento de la hamburguesa en el país.
El nuevo negocio, categorizado por su dueño como deli burguer o burguer-coffe house, y que abrió en diciembre pasado pero fue presentado oficialmente ayer, propone la posibilidad de pedir un plato –que va desde los $18 a los $26– con dos minihamburguesas caseras en sándwich –con panes artesanales– de diferentes sabores para probar en un mismo pedido. Con nombres que se asocian según los ingredientes que acompañan la carne, se puede encargar una hamburguesa Honolulu con ananá caramelizada o la Speedy Gonzalez con guacamole y tomate.
Con una inversión de u$s100.000, el local de dos pisos, una vieja casona de 100 años ubicada en la intersección de Junín y French , es el primero, aunque Pochat espera un pronta expansión a través de socios o franquicias. “Si bien el negocios es incipiente, ya hubo gente que me contactó para replicar el concepto”, aseguró y agregó que tanto Palermo Soho, San Isidro como Belgrano son posibles plazas para un pronta apertura.
Si bien la protagonista principal de be Frika es la minihamburguesa, el local también tiene servicios de bar, cafetería y pastelería. “Es que hoy no se puede poner los precios a la altura que exigen las materias primas porque si no nadie compraría, por lo que hay que diversificar los servicios”, señala Pochat, dueño de Pizza Cala, una firma que cuenta con 5 locales en Ciudad y provincia.
Abierto todos los días, en be Frika –un negocio que apunta al comsumidor medio-alto– se puede comer por un promedio de $35.
