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Nuevo Accord: supera las expectativas

Hay modelos cuyo nombre se han convertido en un símbolo dentro de su segmento. Ese es el caso del Accord, un sedan que compite en el segmento de alta gama y que por su calidad y prestaciones se ha ganado el reconocimiento de gran cantidad de usuarios.

Honda acaba de lanzar en nuestro país la octava generación del Accord. Se trata de un vehículo totalmente renovado, pero que al mismo tiempo permanece fiel a un estilo.

A diferencia del Civic, cuyo última generación fue un cambio radical respecto de su predecesor, el usuario de Accord es un conductor acostumbrado al confort y la serenidad de marcha, y esencialmente es una persona con gustos definidos.

Por eso se entiende que si bien el diseño se ha modernizado es más una evolución, con una estética dinámica y actual.

Mantiene la sobriedad y la elegancia que siempre lo ha caracterizado, pero al mismo tiempo se percibe un aire más sport.

Honda presentó en el mercado argentino dos motorizaciones: un naftero 2.4 de cuatro cilindros y 180 CV, y un naftero V6 de 3.5 litros y 270 CV.

En la versión 2.4 además se puede elegir entre dos cajas; una manual y la automática, ambas de 5 velocidades, mientras que el V6 sólo está disponible con caja automática.

La unidad que manejamos es la 2.4 con caja automática.

Cómo se dijo, la estética se ha modernizado, y el auto tiene una línea elegante y lanzada hacia adelante.

Una vez en el interior, se comprueba la excelente calidad de los materiales y si bien mantiene la sobriedad, la incorporación de los apliques de aluminio y un volante mucho más moderno, ahí el cambio sí es notable, contribuyen a generar mayor sensación de deportividad.

La posición de manejo es muy cómoda y el acceso a todas las plazas es fácil. Obviamente, el generoso espacio interior permite viajar de manera muy confortable a cinco personas adultas.

Una vez en marcha, la octava generación del Accord demuestra el esmero de los ingenieros por mejorar lo que ya era destacable: viajar en este modelo es una delicia.

Que quede claro: desde su concepción se ha buscado un auto que privilegia el confort, acompañado por un buen comportamiento dinámico, pero que de ninguna manera, a pesar de tener 180 CV bajo el capot, tiene aspiraciones deportivas.

Prueba de ello es la caja automática de cinco velocidades, de correcto funcionamiento, pero que no tiene respuestas nerviosas, sino progresivas. Lo mismo puede decirse del reglaje de suspensiones que tienen como principal propósito garantizar un recorrido suave.

Al ser blandas, la carrocería tiende a rolar en las curvas más cerradas, pero el auto mantiene un comportamiento seguro y no pierde la trayectoria.

La caja, en tanto, es una buena aliada del consumo; la quinta es una sobremarcha que permite ir a velocidad de ruta o autopista con el motor descansado. Eso se hace evidente al viajar a 90 km/h ya que a esa velocidad necesita apenas siete litros para recorrer 100 kilómetros, una cifra sorprendente si pensamos en el tamaño del auto y en su peso.

El buen comportamiento dinámico está ayudado por los sistemas de control de estabilidad, de serie en todas las versiones. Otro elemento distintivo es la excelente insonorización del habitáculo, que garantiza un viaje sumamente placentero.

En el rubro seguridad ofrece además ABS con distribución electrónica de la presión de frenado y seis airbags, dos frontales, dos laterales y dos de cortina. También tiene climatizador automático, control de velocidad de crucero y audio de alta fidelidad.

Por el tamaño y la calidad del automóvil, merecería tener sensor de estacionamiento trasero, una tecnología que en esta gama de vehículos debería ser equipamiento de serie.

El usuario de Accord es exigente. Sabe lo que espera de su vehículo y esta octava generación puede demostrarle que es capaz de superar las expectativas sin perder sus principios. Además, claro, es un Honda.