Algunos responsables han conseguido su sitio por situaciones fortuitas, y otros han llegado conduciendo su propia carrera. Sea cual sea el caso, la realidad es que muchos de ellos llegan a jefes sin tener una formación específica para ello, y permiten que la gestión del día a día deje en segundo plano la gestión de las personas bajo su mando.
A continuación, ocho consejos de Kevin Daum, emprendedor de éxito y colaborador del portal Inc., para ser un mejor jefe.
1. Establezca objetivos razonables. Aunque la presión sea elevada, hay que fijar metas elevadas pero posibles. La fijación de límites inalcanzables solo lleva a la frustración y al caos. Evalúe a su equipo y distribuya la carga de trabajo que sean capaces de soportar como grupo, y a cada uno según sus capacidades. Dele confianza para que lo consigan y el año siguiente podrá subir un peldaño más.
2. Lidere en lugar de dictar. El hecho de que sea el jefe no garantiza que la gente haga lo que usted dice. Eso lo harán si respetan su autoridad, así que demuéstreles que está en este puesto por que se lo merece y que desde su posición los ayudará en su trabajo. Reconozca sus méritos y hágale sentirse orgullosos de estar en su equipo.
3. Acentúe lo positivo. Muchos jefes invierten grandes esfuerzos por cada pequeño error, con la esperanza de eliminarlos y aumentar la eficacia, y es legitimo, pero hay que compensarlo con la valoración positiva del trabajo bien hecho. Las personas prosperan cada vez menos si se encuentran en un entorno de constantes críticas.
4. Examine su propio desempeño. Tiene que valorar el trabajo de los miembros de su equipo, pero también el suyo. Nada va animar más a los que trabajan para usted ver que le pasa por el mismo rasero que a ellos, que identifica sus debilidades y que intenta mejorarlas.
5. Invite a los demás a resolver problemas. Que sea el jefe no significa que tenga que cargar con todo lo malo. Reúna a su equipo para afrontar los problemas, seguro que entre todos salen ideas mejores y además el equipo se sentirá mucho más motivado así como implicado en la gestión global del área.
6. Escuche más de lo que habla. Sí, seguramente tiene más experiencia o más consejos para compartir con los demás, pero no significa que solo tenga que hacerlo usted. Además, esto haría que los trabajadores se volvieran cada vez más dependientes de sus consejos y sus decisiones. Deje que piensen e imaginen por ellos mismos y escúchelos para asegurar que no se alejan demasiado de la pista marcada.
7. Elija sus batallas. No puede estar presente en todas las tareas del área e intentar hacerlo todo exactamente a su manera. Elija aquello que más requiere su atención o que tendrá un mayor impacto y dele a su equipo la capacidad para gestionar sus proyectos de forma autónoma.
8. Tómeselo como algo personal. Para muchos, el trabajo es una jornada que pasar como sea para vivir su vida fuera de allí. Otros trabajan duro, con dedicación y responsabilidad para con la empresa, y necesitan que su jefe haga lo mismo. Apoye a nivel personal su sentimiento de pertenencia y sus ganas de colaborar en ese proyecto común.
