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¿Para que nos quejamos?

Es cierto, tenemos motivos para quejarnos y cada uno tendrá los suyos, pero hay gente que se queja de todo, todo el día, del mismo tema y con las mismas personas. Quejarse es una forma de vivir para algunas personas? La queja puede expresar disconformidad, enojo o resentimiento, pero también implica dificultades para adaptarse a la realidad e incapacidad para resolver problemas.

Si nos concentramos tanto en lo que nos falta, quejándonos y no ponemos atención a lo que realmente queremos, seguimos agrandando los motivos para seguir con nuestras habituales quejas?

Si mientras nos quejamos no tomamos ninguna decisión, ¿para que nos quejamos?

LA QUEJA EN LAS EMPRESAS
Toda empresa que quiera mantener su identidad e integridad, necesita volcarse a los reclamos productivos para poder desarrollarse a futuro y generar una mejora continua. Para esto es necesario que se diferencien los componentes de una orden y de un pedido, dado que es un tema principal que origina quejas en las compañías.

¿Cuáles son las diferencias entre una orden y un pedido?

Consultando a los participantes de un entrenamiento si sabían distinguir entre ambos, la mayoría dijo que sí y las respuestas se basaron en el modo en el que se realizaban los pedidos o las órdenes.

Esto también parecía suceder en ambas direcciones de poder, es decir viniendo de una persona de cargo superior, igual o inferior. Todo se reducía a las formas en que había sido realizado el pedido o la orden. Entonces, si el que coordinaba acciones se dirigía de forma relativamente amable, era un pedido, y si lo hacía imperativa o tajantemente era una orden. Esto ocurre con la mayoría de las personas que son consultadas, sin distinción de importancia organizacional.

Existen empresas u organizaciones que coordinan acciones manejando las distinciones como pedidos, ofertas y órdenes de manera efectiva. Si bien esto no les garantiza el éxito absoluto en sus comunicaciones, les asegura una elevada performance en la coordinación de acciones, traducidas en mejores resultados y una mayor efectividad.

Imaginen corporaciones y empresas coordinado acciones y a su vez colapsando pedidos con órdenes. Esto aclara por qué el porcentaje de malos entendidos, a veces, suele ser tan elevado. Hoy en día la falta de dedicación, comunicación y escucha son los tres pilares en los que se apoyan las quejas de empleados y jefes.

Por un lado, los empleados, reclaman que todo el potencial que ellos poseen, las empresas no lo utilizan o aprovechan y de esta forma se pierden oportunidades de ascenso, mejores sueldos, etc.

En cambio, los jefes se quejan de mantener conversaciones y no ser entendidos por el personal. Estas quejas provienen muchas veces de la falta de confianza que se genera entre ellos, día a día.

Los cambios vienen de la mano de la capacitación interna o externa en la comunicación efectiva, las distinciones entre pedidos y órdenes, y muchas otras estrategias que nos allanan el camino para la construcción de la confianza, que es la base de todas las relaciones, compromisos y acciones que generan resultados efectivos.