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Por la caída del consumo, la inflación pisa el freno y le da un respiro al bolsillo

La caída en las ventas que trajo la crisis fue, en definitiva, el mejor antídoto para domar la inflación. La suba continua y generalizada de precios, que tuvo a maltraer al bolsillo de los argentinos durante mucho tiempo, frenó su carrera alocada y se sentó a descansar, un poco, a la sombra de la incertidumbre que trajo la crisis.

Hace apenas un año, las estimaciones eran alarmantes. La mayoría de las consultoras privadas daban cuenta de un incremento promedio del 25%, e incluso, algunas proyecciones hacían referencia a incrementos superiores al 30%. Claro está, que los gremios disparaban sus reclamos para alcanzar esa cifra.

Hoy la realidad es totalmente opuesta. El enfriamiento de la economía hace que, como mucho, los economistas proyecten una inflación del 12% para 2009, con 14 puntos como alternativa de máxima.

Un dato clave que surge del relevamiento realizado por iProfesional.com es el siguiente: en la visión de muchos analistas, el índice estaría cerca de un dígito, si no hubiese sido por el fuerte aumento registrado en las tarifas de servicios públicos, que el Gobierno debió realizar, tras varios años de precios contenidos (o subsidiados).

Cambio de rumbo
El economista Miguel Ángel Broda explicó a iProfesional.com que la brecha entre la demanda agregada y la oferta disminuirá este año. “De hecho la inflación es menor, y de acuerdo a los datos de siete provincias que no modificaron sus muestras, como sí lo hizo el INDEC, arrojan un resultado de entre 7 y 8 puntos para los últimos meses anualizados”, dijo.

De esta manera, Broda confirmó que si fuese únicamente por el lado del consumo la inflación bajaría notablemente este año.

Destacó a los servicios públicos como los grandes contribuyentes para mover la aguja hacia arriba. “Creo que habrá ajustes adicionales. Por otro lado, el gasto público tendería a bajar pero se puede incrementar las transferencias a las provincias en época electoral”, explicó Broda.

En el mismo sentido opinó Jorge Todesca, director de Finsoport, quien observa para este año un alza importante en servicios, como el caso del transporte público que modificó las estimaciones de enero, y la luz que llega a todos los sectores.

Las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) van en línea con las explicaciones de los economistas, en cuanto a considerar a los servicios como los factores que impulsan los precios, mientras que advierten sobre la deflación en el caso de algunos alimentos.

Si bien las estimaciones privadas ubican a la inflación de febrero cerca del 0,6%, y el INDEC lo hizo en 0,4%, hay coincidencia entre ambos, en que el sector de transportes y comunicaciones fue el que impactó más fuertemente en los resultados finales.

Manuel Solanet, economista de Infupa, también resaltó que “la inflación podría ser menor a dos dígitos cuando hablamos de alimentos, pero podrá ubicarse entre 12 y 15% por el impacto de las tarifas”.

La sensación del bolsillo
A pesar de la desaceleración en la suba de precios que resaltan los economistas, explicada fundamentalmente por la baja en el consumo, la población mantiene cierto escepticismo. Un poco por la inercia que se arrastra de otros años, otro poco por la propia historia del país.

Es así como esperan que el alza de precios se ubique en un 32,8% según un sondeo realizado por la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) en febrero. Dicha “percepción del bolsillo” no difiere demasiado para Buenos Aires o el interior.

“En el Gran Buenos Aires dicha medida se ubica en 33,5%, mientras que en Capital Federal llega a 32% y a 31,9% en el Interior del país”, dijo la UTDT en su informe.

Un dato no menor: esta sensación de que la inflación seguirá en niveles altos, tal como se desprende del informe, esta vez no viene acompañada por el hábito de adelantar consumos para ganarle al aumento en los precios, un comportamiento que fue muy común hasta hace poco tiempo. La crisis global y el miedo a perder el empleo son los que ahora marcan el compás del gasto y hacen que aumente la predisposición a ahorrar.

Una predisposición que es alentada por la suba del dólar y por el hecho de que ahora las tasas de interés reales para los depósitos a plazo fijo – en algunas entidades bancarias – pasaron a ser positivas (es decir, superan a la suba de precios).

Dólar y plazo fijo, dos aliados contra la inflación
Tras el shock de desconfianza, generado por la estatización de los fondos de las AFJP y la consecuente salida de depósitos, el sistema logró estabilizarse. Por primera vez desde octubre pasado, se verificó una recuperación de los depósitos a plazo fijo, a partir de enero. En ese mes, se incrementaron en $3.000 millones y en febrero la suba se moderó a un total de $1.000 millones.

De acuerdo al relevamiento realizado por NotiBancos.com, la variabilidad de tasas que ofrecen las distintas entidades para un plazo fijo a 30 días es bien amplia. La tasa nominal anual (TNA) puede ir desde un 17,5% (Banco Privado) a un 12,5% (Banco Galicia).

Si la colocación se extiende a los 90 días, algunas entidades pagan rendimientos cercanos al 18 por ciento, aunque el promedio general del sistema sea 13 por ciento.

Otro eslabón clave en la cadena de ahorro es el dólar, que empezó a crecer paulatinamente y se convierte, una vez más, en el principal atractivo para el pequeño o mediano ahorrista. En lo que va del 2009, pasó de $3,46 a $3,65, es decir, registró un incremento del 5,5%. Algo más que tentador en épocas de turbulencia y que explica la fuga hacia el billete verde.

Es así como el economista Carlos Melconian, que espera una inflación menor al 15% para el año, estima que “actualmente en la Argentina se compran entre u$s1.600 milllones y u$s2.000 millones mensuales”.

A la hora de comparar el rendimiento de ambas opciones, se destaca que la tasa de interés promedio de una colocación a plazo aún resulta insuficiente para equiparar la suba que se espera para el billete verde a lo largo del 2009.

De acuerdo al Centro de Economía y Finanzas para el desarrollo de la Argentina (Cefidiar), los depósitos en dólares del sector privado se incrementaron un 2% en el primer mes, por lo que en el último año, crecieron u$s1.470 millones, ganando así mayor participación sobre el total de colocaciones.

No es momento para aumentar
Según José Luis Grandi, director de la consultora Home Research, “estamos en un momento de gran incertidumbre, donde la gente además de haber recibido el coletazo de la crisis sufrió la reducción de sus ingresos. Hoy el lema es la prevención, y los precios no pueden aumentar con una demanda en baja”.

Marina Dal Poggetto, del estudio Bein & Asociados, explicó que mantiene sus proyecciones en 12% a pesar de los movimientos cambiarios de los últimos días, dijo a iProfesional.com que “los bienes transables no tienen margen para subir de precio con un mundo en caída libre, que hace más difícil la exportación, y un mercado interno paralizado”.

En otros tipos de consumo la tendencia es similar. En el caso de las automotrices, y tal como diera cuenta iProfesional.com, los 0km no aumentan desde hace meses y muchos modelos bajaron de precio (ver nota). Por ello, desde la Asociación de Concesionarios de la República Argentina –ACARA – explicaron que no es momento para subir valores y que sería contraproducente para la industria.

“Con el mundo en deflación, los bienes como los autos y todos aquellos durables no podrán trasladar a precios la suba en los costos, aún teniendo en cuenta que la devaluación en Argentina seguirá”, agregó Dal Poggetto.

En indumentaria, algunas marcas líderes confiaron a iProfesional.com que la política de precios de este año ha sido muy difícil de determinar porque, por un lado, uno de los valores de una marca dirigidas a un target medio-alto es, justamente, el mayor precio que debe pagarse para obtenerla. Pero por otro, saben que la gente no está dispuesta a pagar sumar exorbitantes para comprarse un nuevo calzado o abrigo.

Poder adquisitivo y clase media
La clase media será uno de los sectores más afectados por los vaivenes económicos, ya que, como advirtió Todesca, los aumentos de precios en servicios golpean en gran parte a la gente que gasta en prepaga, entretenimientos y colegios privados y que ya advirtieron sobre nuevas subas durante el año.

En este caso, serán clave las próximas paritarias que determinarán los aumentos salariales del año, que tal como explicaron en Bein & Asociados, condicionarán a la inflación.

La expectativa está centrada en el techo de los incrementos, ya que si bien a principio de año se manejaba un 15%, mientras la crisis se fue agravando se fueron bajando las previsiones y ahora se habla de un 10 por ciento.

“El poder adquisitivo dependerá de los aumentos salariales de este año, que posiblemente estén alineados con las expectativas de inflación real, que rondan el 12%”, advirtieron los expertos.

Mientras tanto, este segmento de la sociedad que tanto disfrutó del boom de consumo, prefiere hoy ser precavido y esperar a que pase la tormenta.