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¿Por qué el mismo plan de marketing no vale para todo el mundo?

Una de las constantes en el día a día de los responsables de las marcas es el de buscar la llave mágica que permitirá encontrar la solución perfecta a todos sus problemas. Es decir, todo el mundo está esperando encontrar la herramienta que será la solución a todo, el elemento que permitirá llegar a todos los consumidores, lograr conexiones realmente profundas y conectar con todos ellos a niveles muy profundos y sólidos. Todos están buscando una receta mágica que les ayude a cumplir con sus objetivos y una guía que les permita ser eficientes y pulsar ‘las teclas correctas’.

Por ello, los estudios tienen un efecto de fascinación sobre los responsables de marketing y por ello los casos de éxito son lecturas que resultan fascinantes y que se consumen con ávido interés, ya que pueden ser la clave para comprender qué es lo que se está haciendo y qué es lo que debe hacer. Todo el mundo quiere encontrar la clave o la receta mágica que hará que los problemas se hagan menores y que los resultados sean mucho mejores.

Pero lo cierto es que no existe tal receta mágica y no existe ninguna manera de lograr resultados solo aplicando unas cuantas normas. Lo que a unos le funciona no tiene necesariamente que funcionarles a los demás y no consigue por tanto igualar esos resultados. Como explican en un análisis en MarketingProfs, esto se ve muy bien en el marketing digital. No todas las estrategias funcionan igual en todas las marcas y para todas las marcas. Es decir, no se puede ver lo que ha hecho una compañía que ha triunfado y copiarlo directamente para otra. Puede que se copien todos los pasos y puede que se intente hacer exactamente lo mismo, pero lo cierto es que los resultados no serán iguales.

¿Por qué ocurre esto? Cuando se piensa en lo que ocurre en el mundo B2B y en el B2C parece claro y sencillo encontrar esas diferencias y ver realmente dónde está el punto de desequilibrio. Sin embargo, todo es mucho más complejo y la cuestión abarca muchos más puntos que esos. Por un lado, se mueven en canales diferentes. Por otro, venden servicios, productos y experiencias distintas. Y, se puede añadir, al final cada marca es diferente y tiene una personalidad única.

Hay que ver todo como algo diferenciado

Se podría decir que las marcas tienen que pensar como profesores de primaria. Se podía pensar de entrada que ellos trabajan con un ‘público’ muy heterogéneo. Al fin y al cabo, ¿qué diferencias pueden existir entre un montón de niños de 6 años? Pero seguro que si se les pregunta a esos profesores responderán que muchísimas y que cada niño es una entidad individual, muy diferente del resto, lo que hace que lo que funcione para unos no lo haga para ellos.

Al margen de todas las diferencias que existen entre marcas, consumidores y mercados, las marcas tienen ahora una posición de ventaja. Ser únicos, ser diferentes, es ahora más sencillo que nunca. Como recuerdan en MarketingProfs, las nuevas tecnologías y el hecho de que cada vez se sea más consciente de la importancia de los datos a la hora de tomar decisiones hace que las compañías estén en posiciones mucho más destacadas y mucho más sencillas para tomar decisiones informadas y para gestionar mejor sus estrategias de marketing, al tiempo que pueden llegar mejor a sus objetivos, ya que sus posiciones de partida son mucho más sólidas. Los datos sirven para conectar mejor con los consumidores y permiten aumentar la rentabilidad y la retención de los consumidores, ya que se hace una comunicación mucho más efectiva y mucho más cercana a lo que el consumidor quiere.

Pero este no es el único punto en el que las marcas tienen que tener cuidado. No solo hay que ser más consciente del consumidor a la hora de establecer qué decir y qué hacer para conectar con él, sino que además es más importante que nunca ser capaz de establecer ‘el momento’. Las marcas tienen que conectar cada vez más con el momento en el que están lanzando su mensaje y con el contexto en el que se moverá el mismo. ¿Por qué es esto importante? La clave está en cómo ha cambiado el mundo. Las redes sociales, internet, todo ha hecho que todo sea mucho más inmediato y ha hecho que los mensajes se vean afectados.

Por otro lado, no se pueden seguir usando los mismos trucos que en el pasado. Las marcas no deben ser esclavas en su estrategia de las cosas que funcionaron en el pasado o de las estrategias que triunfaron antes. Tienen que ser más conscientes que nunca de cómo ha cambiado el mercado y cómo deben cambiar ellas.