El nuevo estándar para la conectividad inalámbrica, el 802.11n (nuevo estándar del protocolo de comunicaciones elaborado por el IEEE, Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos, que permite velocidades reales de transmisión de hasta 600Mbps), dará el golpe definitivo a las tarjetas de Ethernet y por este motivo su producción disminuirá durante los próximos tres años hasta limitarse exclusivamente a los centros de datos, según un estudio de la consultora estadounidense Burton Group, en el cual se recomendó a las empresas comenzar el progresivo cambio de sus redes hacia el formato inalámbrico.
El estándar 802.11 llevará mayor velocidad a las conexiones inalámbricas, según los expertos y por este motivo removerá una de las últimas perplejidades de la comunidad informática sobre el ancho de banda permitido por el WiFi.
Este mejor desarrollo del inalámbrico se suma a la proliferación de dispositivos móviles dotados de receptores WiFi, así como a la cada vez mayor demanda por computadoras portátiles, cuyos usuarios en las principales ciudades del mundo se benefician de hot-spots en cafés y bares, cuando no de servicios prepagos.
Paul Debeasi, analista del Burton Group y uno de los autores del estudio, explicó que si WiFi y Ethernet pueden tener diferentes puntos en pro y en contra en temas como rendimiento, seguridad y costos, entre otros, pero concluyó que la movilidad representa una ventaja indiscutible y fundamental en favor del inalámbrico.
Sin embargo, Debeasi manifestó que la conectividad a través de Ethernet seguirá manteniéndose principalmente en las redes usadas por centros de datos.