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Que el vecino no tenga quien lo esuche

Considerando que nuestro hogar es nuestro espacio de descanso y convivencia familiar, entonces cobra relevancia el hecho que el ambiente dentro de la casa sea el más cómodo para nosotros y nuestra familia.

Casi todas las familias hoy en día han adoptado la mayor cantidad de medidas posibles para ahorrar la energía que se necesita para brindar comodidad a su casa. Quizá falte considerar una opción: el aislamiento térmico que para una casa puede proporcionar las siguientes ventajas:

* Economiza energía porque se reducen las pérdidas térmicas a través de los materiales que componen la vivienda.
* Mejora el confort en la casa al reducir las diferencias de temperatura entre la parte interna de las paredes y el ambiente en el interior.
* Elimina las condensaciones que evitan el exceso de humedad en espacios interiores.

¿Cómo funciona el aislamiento térmico? Sucede que el calor se mueve –por su naturaleza- desde los espacios de más calor hacia los espacios más fríos. Por ejemplo, al calentarse una vivienda, se produce un desequilibrio entre la temperatura del interior y la temperatura del exterior, por lo que se provoca una fuga de calor, que puede ser:

– fuga directa, por renovación del aire caliente del interior que se reemplaza por el frío del exterior.
– fuga indirecta, a través de los materiales que forman las paredes, techos, suelos o ventanas y a través de las tuberías.

Es por esto, que las paredes y pisos correctamente aislados, disminuyen el flujo del calor al oponer una resistencia.

Para hablar de aislamientos esencialmente hay que mantener una línea de pensamientos coherentes. El tema de la aislación térmica, acústica e hidrófuga no debe ser descuidado en ningún sector de la vivienda, ya que de nada sirve tener un buen aislamiento térmico si no estamos cuidando el espesor del vidrio o la cámara de aire. Tampoco la cámara de aire sirve por sí misma, sino que tiene utilidad si tiene un enmarcamiento que no transmita ni el calor y el frío. Lo mismo pasa con los techos y con los pisos. Entonces la cuestión del aislamiento se debe encarar en forma integral y teniendo en cuenta detalle por detalle. En definitiva, para optimizar resultados en un hogar respecto al aislamiento, las decisiones tienen que ser coherentes.

Podemos lograr una buena aislación térmica utilizando un doble vidriado hermético en las aberturas, con el que reduciremos el coeficiente de transmisión térmica (a la mitad aproximadamente) dependiendo del espesor utilizado, y evitaremos la molesta condensación de agua en los vidrios cuando los ambientes se encuentran calefaccionados.

El doble vidriado hermético (DVH) consiste en unir dos hojas de vidrio a un perfil metálico hueco relleno de sales deshumectantes para formar una cámara de aire hermética, estanca y libre de humedad. Esta unión entre los dos vidrios se realiza mediante un doble sellado de estanqueidad que le brinda resistencia estructural al conjunto.

También podemos aumentar la aislación del vidrio utilizando un vidrio reflectivo para el control solar, con el que permitiremos el ingreso de la luz visible pero reduciremos el paso de los rayos ultravioletas e infrarrojos, logrando así una menor ganancia de calor en verano y menor pérdida de calor en invierno, con un importante ahorro de costos en cuanto a calefacción y refrigeración que compensarán largamente la mayor inversión inicial que insume el uso del DVH.

La conservación de energía a través del aislamiento térmico no se limita a la casas hoy en día. Con la cantidad de ventajas que se ofrecen por medio de los aislamientos, un gran número de organizaciones los están adoptando para construcciones comerciales aparte de las residenciales. Este tipo de aislamiento se emplea en las oficinas y otros lugares con el fin de ahorrar energía y reducir al mínimo el uso de aparatos eléctricos o de otro tipo de energía para mantener una temperatura óptima en el lugar.

Con respecto al aislamiento contra el agua es fundamental ya que actúa como barrera contra la humedad para evitar su ingreso o filtración por los distintos elementos constitutivos de un edificio, incluyendo cimentaciones, cerramientos exteriores, cubiertas, ventanas y puertas. La presencia de humedad en la construcción, puede generar efectos nocivos de diversa índole, por eso es imprescindible contar con membranas adecuadas. Del mismo modo, no se puede omitir el tema de la contaminación acústica, considerada por la mayoría de la población de las grandes ciudades como un factor medioambiental muy importante, que incide de forma principal en su calidad de vida. Hay que tener presente que por donde pase el aire pasará el sonido. Por esta razón es fundamental lograr el hermetismo de las aberturas de un edificio, tanto internas como externas, según el requerimiento. En general, lo acústico y lo térmico van de la mano.

La climatización es un tema relevante en todas las etapas de un proyecto y, cuando es planteada adecuadamente, aplicando los últimos avances de la tecnología, resulta en el uso responsable de los recursos energéticos y en un mejor nivel de vida.

Una multiplicidad de opciones se abre ante la necesidad de acondicionar un ambiente. Hasta no hace mucho las alternativas más usuales eran las estufas de calefacción por gas y la calefacción por agua o calderas. Hoy en día existe una amplia gama de opciones, que incluye los aparatos split frío-calor. Depender del aire acondicionado es la solución más sencilla aunque sigue siendo costosa.

Todos deseamos tener una temperatura confortable en nuestro hogar y en lo posible reduciendo los gastos de calefacción. Para conseguir mantener el calor en la dependencia, debemos facilitar su entrada durante las horas de sol subiendo las persianas y abriendo los visillos. El aislamiento térmico en fachadas, techos, suelos y ventanas es nuestro principal aliado; las fugas de calor se producen principalmente a través de las paredes y las ventanas y es por eso que debemos poner énfasis en estos sectores y asilarlos correctamente.