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¿Qué es el liderazgo para las empresas?

Es común oír hablar en foros de management y de Recursos Humanos de la importancia que tiene el liderazgo en las organizaciones. Por suerte, hoy ya todos entendimos que las empresas necesitan “líderes” antes que “jefes” y que el liderazgo no tiene necesariamente que ver con la posición que cada uno tiene dentro de una compañía.

¿Qué es el liderazgo? ¿Es saber delegar? ¿Es lograr motivar a los demás? Y la respuesta es sí, pero con eso no alcanza.

Voy a utilizar la definición que da el exdirector de British Airways Larry Hochman, acertada y que además nos propone un camino a seguir: “El liderazgo depende de la visión y del coraje. La visión sin el coraje de llevarla a cabo carece de sentido. Para ser líder hay tres cosas que importan: establecer una dirección, contratar a la persona correcta para el trabajo y tener siempre la vista puesta hacia delante”.

En este sentido, vale la pena detenerse en estos aspectos:

• Establecer una dirección: tener bien en claro nuestros objetivos. Trabajar duro para conseguirlos y ser consecuente con lo que nos planteamos. Si marcamos un rumbo y lo seguimos, quienes nos acompañan conocerán las reglas del juego desde el inicio.
• Contratar a la persona correcta: así se lograrán mejores resultados. La persona correcta en el puesto indicado. ¿Cuántas veces vimos en distintos trabajos alguien desbordado? O al contrario, ¿alguien con talento desaprovechado? Es muy probable que en esos casos el problema no lo tenga el colaborador, sino que es la propia organización la que no supo encontrar el lugar adecuado para que cada uno dé lo mejor de sí por el trabajo.
• Tener la vista siempre puesta hacia delante: parece una verdad de Perogrullo, pero ¿cuántos han fracasado por mirar solo los errores del pasado sin pensar en cómo solucionarlos? Mirar hacia atrás solo nos debería servir como una manera de mejorar lo que está por venir. Es como cuando estamos al volante, hay momentos en que necesitamos mirar el espejo retrovisor, pero si nos detenemos en los autos que puedan venir por detrás, terminaremos por chocar con el de adelante.

Esta idea nos plantea un plan de trabajo a largo plazo. Porque, también, el liderazgo es algo que se construye a lo largo del tiempo. No solo el tiempo que nos lleve aprender las habilidades de management, sino del tiempo que lleva sentarse a escuchar a los colaboradores, entenderlos, saber cómo son y cuáles son sus motivaciones para lograr mejores resultados.

El líder verdadero es aquel a quien sus compañeros consultan en caso de duda, más allá de lo que diga el organigrama. Es el que conoce los tiempos de los demás y sabe cómo lograr que cada uno dé el máximo posible de sí. Es el que consigue despertar el espíritu de equipo.

Y hoy más que nunca las empresas se ven en la obligación de contar con estos líderes verdaderos, no solo en los puestos de dirección, sino en todos los niveles de la organización.