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¿Qué es la enfermedad de Chagas? ¿Cómo se hace para prevenirla?

La enfermedad de Chagas es una enfermedad parasitaria que constituye la primera causa de cardiopatía producida por un parásito a nivel mundial. Es una de las enfermedades endémicas más difundidas del continente americano, constituyendo un grave problema para las comunidades afectadas, que son principalmente las del subdesarrollo, las desposeídas, las más desprotegidas social y políticamente.

Las personas infectadas en Latinoamérica serían aproximadamente 12 millones, según datos de la OMS, y entre el 25 a 30% desarrollaría la enfermedad crónica (cardiopatía o afección del aparato digestivo), es decir aproximadamente 3.600.000 personas. La población en riesgo de contraerla por las condiciones de pobreza y vivienda es de 100.000.000 de habitantes. En la República Argentina, las cifras oficiales actuales hablan de 1.500.000 de infectados con 300.000 cardiópatas aproximadamente; sin embargo las cifras reales serían mucho mayores. Las provincias más afectadas son: Santiago del Estero, Chaco, Formosa, Norte de Santa Fe, Tucumán y gran parte del noroeste argentino.

La mortalidad anual en Latinoamérica por esta enfermedad sería aproximadamente de 55.000 muertes por año; en la Argentina se calcula en alrededor de 5000 muertes por año debido a la enfermedad. Actualmente la enfermedad de Chagas se ha urbanizado, y se dice que aproximadamente un 60% de los pacientes con reacciones positivas para Chagas viven en las grandes urbes (Capital Federal, Conurbano bonaerense, Córdoba, Santa Fe, Resistencia, etc.) por migrar desde las provincias endémicas del país o de países limítrofes.

Vías de contagio: la principal vía de contagio es la vectorial, por picadura de la vinchuca. Este insecto al picar a la persona simultáneamente defeca, provocando un picazón en la piel, que al rascarse permite ingresar al parásito que se encontraba en las heces al torrente sanguíneo. Otras formas de contagio pueden ser de madre a hijo, por transfusión de sangre infectada (hecho muy infrecuente actualmente por los controles de los bancos de sangre), por drogadicción endovenosa con jeringa compartida o menos frecuentemente por trasplantes o accidentalmente en un laboratorio.

Los órganos más comúnmente afectados por la enfermedad son: el corazón, el cerebro, los intestinos, el esófago y el estómago.

Diagnóstico: se realiza con un simple análisis de sangre en los niños recién nacidos (microhematocrito) que observado en el microscopio demuestra la presencia del parásito. También en niños mayores y adultos se efectúa un estudio de sangre, en el cual se realizan 2 pruebas serológicas que en caso de ser positivas por la presencia de anticuerpos contra el parásito, demuestran la presencia de la enfermedad.
La enfermedad puede cursar 3 etapas:

• la aguda que transcurre a partir del momento en que el parásito ingresa al organismo. Generalmente es asintomática en el 90% de los casos. Cuando es sintomática puede traer síndrome febril prolongado.
• Posteriormente ingresa en una etapa crónica silenciosa denominada, etapa crónica sin patología demostrable en la cual el paciente no presenta alteraciones ni síntomas durante 30-40 años o durante toda la vida. El 75% de los pacientes permanece en esta etapa.
• Un 25% desarrolla la etapa crónica con cardiopatía o patología digestiva demostrable. Los síntomas en esta etapa pueden ser: palpitaciones, fatiga, piernas hinchadas, mareos, pérdida de conocimiento, problemas para tragar, constipación de más de 10 días de duración, entre otros. Estos síntomas deben motivar la consulta al profesional médico.

Tratamiento: en los niños recién nacidos y hasta los 19 años de edad actualmente se tratan con una droga llamada Benznidazol (antiparasitario). A partir de los 20 años queda a criterio del médico utilizar estas drogas o mantener bajo control médico y estudios al paciente. En caso de aparición de síntomas o alteraciones en los estudios realizados se recomienda utilizar otras drogas para el tratamiento de las arritmias o de insuficiencia cardíaca.

Prevención:
En zona rural:
reacondicionamiento de las casas mediante reboque, blanqueado con cal e iniciar un plan de vivienda digna (construir casas de material). Fumigación periódica para eliminar a las vinchucas y ante la reaparición de las mismas avisar a los agentes sanitarios, para que vuelvan a realizar el rociado con los insecticidas correspondientes. Finalmente educación sanitaria, para que la población sepa que convivir con la vinchuca no es bueno, porque puede producir enfermedad. Además realizar la limpieza de los ranchos periódicamente, mantener el orden y los gallineros o corrales a más de 12 metros de la vivienda. Los perros no deben convivir dentro del rancho con sus dueños y deben estar fuera e la vivienda.

En zona urbana: a toda madre embarazada se le debe realizar el control de serología para Chagas, ya sea que provenga del área endémica del país o del extranjero, mediante el análisis de sangre correspondiente. En caso de presentar Chagas, estudiar inmediatamente al recién nacido y al resto de los hijos mediante análisis de sangre, y en caso de ser reactivos se debe realizar el tratamiento correspondiente, ya que en estos períodos -recién nacido hasta los 19 años de edad – los niños tienen cura. Además efectuar control serológico de los donantes sanguíneos realizado por los bancos de sangre y evitar la drogadicción endovenosa con jeringa compartida, a fin de evitar el contagio.