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Salarios: dime dónde resides y te diré cuánto ganas

Si bien en marzo la remuneración bruta promedio del sector privado registrado ascendió a $2.539 –según datos del Ministerio de Economía-, los niveles salariales inter-provinciales mantienen una importante heterogeneidad, lo que refleja las significativas asimetrías existentes entre las distintas regiones del país en cuanto a la distribución del ingreso.

Según un informe de la consultora Economía & Regiones, en marzo las remuneraciones más altas del sector privado correspondieron a la provincia de Santa Cruz (con un salario promedio de $4.216), mientras fue en Santiago del Estero donde los trabajadores del sector privado formal fueron los que menor sueldo recibieron (1.708 pesos).

Por ende, la brecha entre el salario privado de ambas regiones alcanza un 80,8% ($1.471) y las remuneraciones de la región Patagónica 1,8 veces superior al de la región NOA, tal como destaca el trabajo de la consultora dirigida por el economista Rogelio Frigerio.

“En algunas jurisdicciones, las capacidades (empresariales, humanas, tecnológicas y económico-financieras) disponibles para reiniciar un proceso de expansión productiva fueron muy limitadas; lo cual explica las diferencias de ritmos en la movilización de los aparatos productivos, y la estructura de ingresos entre regiones”, explica el trabajo.

Y señala que además, las diferencias en los niveles de salario inter-jurisdiccionales radican en condiciones históricas, relacionadas con la estructura económica, las condiciones sociales, políticas, y –fundamentalmente- geográficas y poblacionales.

Como parte del informe, desde Economía & Regiones realizan un detallado análisis de la evolución salarial del sector privado registrado de las seis regiones en las que se divide la Argentina:

* En la región Patagónica (compuesta por Chubut, La Pampa, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego), la remuneración bruta promedio alcanzó en marzo los $3.291, luego de incrementarse un 241% desde la salida de la convertibilidad. De este modo, la región presenta el salario medio más elevado del país junto con el mayor aumento “entre puntas”.

No obstante, el costo de vida patagónico –también- presentó el mayor crecimiento alcanzando un 231% durante el período bajo estudio.

Por ende, el salario real se incrementó un 3%, a pesar de desacelerarse durante los últimos meses y exhibir una convergencia hacia los niveles previos a la devaluación.

* En la región Centro (Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe) la remuneración bruta promedio llegó a los $2.152, tras incrementarse un 196% desde diciembre de 2001.

Sin embargo, el costo de vida se incrementó un 191% durante el período bajo estudio, generando un aumento del salario real cercano al 1,8 por ciento.

En este marco, la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores de la región parece licuarse durante los últimos meses, mostrando una clara tendencia hacia los niveles previos a la devaluación.

* En la región Pampeana (Capital Federal y Buenos Aires) el sueldo bruto promedio alcanzó los $2.753 luego de incrementarse un 147,2% desde la salida de la convertibilidad.

Pero el costo de vida pampeano se incrementó un 148,6% entre diciembre de 2001 y marzo de este año, razón por la cual es la única jurisdicción en la que el salario real se ubica por debajo del nivel presentado en diciembre de 2001 (-0,5 por ciento).

* En la región NOA, (Santiago del Estero, Catamarca, Jujuy, Tucumán, Salta y La Rioja) la remuneración promedio fue de $1.820, luego de subir 196,2% desde la salida de la convertibilidad.

Aunque el NOA es la región de menores salarios nominales, el costo de vida se incrementó un 146,8% durante el período bajo estudio, generando un aumento del salario real cercano al 9,4 por ciento.

En este contexto, el poder adquisitivo de los empleados del noroeste se desacelera sucesivamente hasta reducirse durante los últimos meses.

* En la región NEA (compuesta por Corrientes, Chaco, Formosa y Misiones) la remuneración bruta alcanzó los $1.826, luego de incrementarse un 195,5% desde la devaluación.

No obstante, en el período que analiza el trabajo el costo de vida se expandió un 167,3%, generando un aumento del salario real en torno al 10,5%, al tiempo que se observa una reducción sostenida del poder de compra asalariado durante febrero y marzo.

* Finalmente, en Cuyo (Mendoza, San Juan y San Luis), el salario alcanzó los $2.036, luego de incrementarse un 200,4% desde diciembre de 2001.

Asimismo, el costo de vida se incrementó un 152%, generando el mayor incremento inter-regional del salario real (19,3%). Igual que en el resto de las regiones, el poder adquisitivo de los asalariados cuyanos, se reduce durante los primeros meses de este año.

De acuerdo con Economía & Regiones, “el análisis de estas variables deja entrever que la región patagónica y la Ciudad de Buenos Aires presentan los mayores niveles salariales, dado que estos se encuentran sesgados por el sector hidrocarburífero y los servicios financieros, respectivamente”.

Históricamente, el sur de la Argentina se ha caracterizado por ser una región desértica, poco poblada, de clima frío y con escasa infraestructura, en contraste con otras regiones del centro y norte del país.

Como consecuencia de esas particularidades, los salarios de los trabajadores patagónicos se han destacado de los del resto del país. Según explica el trabajo de la consulta, en términos generales, los asalariados de estas jurisdicciones perciben adicionales en concepto de “zona desfavorable”, que alcanzan entre el 25 y el 40% de su sueldo de bolsillo.

A su vez, las características salariales del sector industrial y de las economías regionales con una elevada competitividad internacional explican los niveles de salario vigentes en las provincias intermedias.

Y las condiciones salariales del sector agropecuario y comercial establecen los niveles salariales del sector privado en las provincias del norte del país.

Además, según el análisis realizado por la consultora, las regiones con elevados niveles de pobreza, alto desempleo, y elevados niveles de empleo informal, tienden a generar un “achatamiento” en las remuneraciones medias, producto de la abundante mano de obra (no calificada) disponible.