Las expectativas en las cadenas líderes de consumo masivo son positivas hacia fin de año.
Eso se desprende de las consideraciones realizadas por los propios representantes del sector, quienes admiten que las ventas de alimentos y bebidas no sufrieron tanto como otros bienes durables.
La evaluación se realizó durante las 6° Jornadas de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) inauguradas junto con el Salón Internacional de Alimentos y Bebidas (SIAL Mercosur) en Costa Salguero.
Según los supermercadistas, las caídas en algunos meses fueron del 3% al 5%, pero no fue nada en comparación con las automotrices que tuvieron caídas de 30% al igual que la compra venta de viviendas y algo menor en electrodomésticos.
“Esperábamos un año recesivo, pero no lo hemos notado en nuestro sector”, dijo Alfredo Coto durante el encuentro. Federico Braun, director general de La Anónima, fue otro de los que opinó en el mismo sentido.
Por otro lado desde Carrefour Argentina explicaron que entre enero y junio las ventas crecieron un 3% promedio en volumen. Otros comercios de consumo masivo, como los autoservicios asiáticos también reportaron un crecimiento en las ventas del 3% el mes pasado.
Desde la Camara de Comercio (CAC), Carlos De la Vega, opinó que “la crisis está llegando a un piso”. Aunque aclaró que la mejoría, por ahora, se ve más en el sector alimentos y bebidas.
La clave del positivismo
Los datos del consumo masivo son clave para entender entre optimismo. En el peor de los escenarios, se espera que el sector cierre el año con un resultado nulo, pero si el crecimiento económico acompaña levemente podría incrementarse al 1 o 2%, según datos de CCR.
En el mismo sentido hace sus proyecciones Nielsen, quien durante los últimos dos bimestres notó un cambio de tendencia con un resultado positivo en las ventas del sector, advirtiendo sobre la posible recuperación hacia fin de año.
Tal como adelantó iProfesional.com, en los meses de abril y mayo se logró un resultado 0% marcando un quiebre a la baja que se arrastraba de dos períodos malos, ya que en diciembre–enero reflejó una caída de 0,8% y en febrero–marzo de 2 por ciento.
“Es el primer bimestre del año donde vemos un quiebre. Si bien hay que esperar un poco más para hablar de tendencia, hay hechos como los acuerdos sindicales, el repunte de la confianza del consumidor, entre otros, que permiten pensar en una recuperación”, expresó en ese momento María Cecilia Frka Grbin, Communications & CS Development Manager para los mercados de la Argentina, Uruguay y Paraguay de la compañía.
Ahora, el incremento se hace más notable con resultados en junio y julio que demuestran que el consumo de 85 categorías de productos creció 2,6% en supermercados, almacenes y autoservicios independientes.
También en lo que va del año las ventas en el supermercadismo crecieron 4,3%, en los almacenes se mantuvo y en los autoservicios independientes cayeron 1,9%, lo que muestra que la mejor performance la siguen teniendo las grandes cadenas.
Un dato importante es que más de 50% de la facturación la hacen con alimentos, bebidas, cosméticos, productos de limpieza, lo que significa que la gente dejó de comprar productos que no son de primera necesidad, pero no resignó lo básico.
De todos modos, pese al reciente repunte, cabe destacar que según Nielsen en el acumulado de todo el año el consumo todavía muestra una disminución de 0,2 por ciento. Aunque los meses restantes podrían dar vuelta la ecuación.
