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Según las empresas que se dedican a reclutar talentos, las corporaciones buscan CEO, jóvenes y con experiencia

En empresas de minería, ingeniería o de construcción, se respeta la edad porque significa una experiencia imposible de replicar en alguien menor de 40 años

Edgar MedinaceliQué vale más, la voz de la experiencia o el ímpetu de la juventud. Esa es una de las tantas preguntas que se hacen los directivos de las grandes corporaciones a la hora de elegir a los CEO de sus empresas.

En tierras criollas, la pregunta parece tener respuesta: los directivos de las empresas internacionales alcanzan sus puestos más relevantes entre los 45 y 50 años. ¿Quién lo dice? Los head hunters (o cazadoras de talento) y varios gerentes consultados por LA NACION. Además, hay otra característica que se repite en las compañías locales: después de la crisis, las preferencias para los cargos directivos se inclinan en favor de los argentinos.

Por qué se buscan ejecutivos que ronden esa edad. Y la respuesta la dan quienes reclutan hombres de negocios para los puestos más altos de las corporaciones.

“Tiene que ver con la madurez profesional y personal, pero que, a la vez, tengan energía para generar cambios, liderar a la organización y, eventualmente, crecer regionalmente”, dijo Edgar Medinaceli, director de Russell Reynolds, una de las empresas que se dedican a buscar ejecutivos.

A los 50 años, el argentino Roberto Alvarez Roldán llegó a la gerencia general de la consultora Accenture. “A partir de los 45 años se tiene la capacidad de poner en marcha las cosas, se sabe leer el contexto, se conoce el entorno y no se pisan pies en forma inapropiada. También se tiene la capacidad de conciliación y negociación: se es hábil para lidiar con el directorio y para que la gerencia vaya en tu misma dirección. Porque la edad significa experiencia”, dijo el ejecutivo.

“Son profesionales que cuentan con competencias técnicas, han formado equipos de trabajo exitosos, han resuelto conflictos, tienen capacidad de liderazgo, de negociación, resistencia a la presión y manejo del stress -destacó Analía Varoni, presidente de Tiempo Real Consultores-. En cambio, un gerente más joven está dispuesto a trabajar muchas horas, pero le falta el haber estado frente a determinadas instancias, como despedir gente. Además, la vehemencia les hace subestimar el manejo de las situaciones, de las que después no saben salir bien.”

Egon Zehnder International muestra, en su página web, una encuesta hecha en Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos por la que sólo el 15% de los CEO (principal oficial ejecutivo, según sus siglas en ingles) consideraba que una maestría en negocios los preparaba para manejar los desafíos en el trabajo. La experiencia laboral y la situación familiar fueron consideradas como las fuentes educativas más importantes por los 133 ejecutivos consultados a fines de 2006.

Para Medinaceli, la edad está relacionada, también, con la industria: “En empresas de minería, ingeniería y construcción, se respeta la edad porque significa una experiencia imposible de replicar en alguien menor de 40 años. En empresas de tecnología o financieras, el nivel de energía es importante y la experiencia se desarrolla más rápidamente”, dijo.

Pablo Porto fue CEO de Dell a los 34 años y de AMD a los 39: “La industria de la tecnología es una de las más rápidas. Es importante la actitud mental, pero no asociado a la edad cronológica”, opinó.

Quienes miran el sector dicen que hubo un cambio en la tendencia: “En los 90, con la llegada de Internet, las empresas se dejaron llevar por la creencia de que un líder joven era sinónimo de éxito -dijo Susana Larese, directora de Stanton Chase International-. Luego hubo un reacomodamiento, hoy no son ni tan jóvenes ni tan grandes”.

¿Qué pasa con los mayores de 50?

Aníbal Borderes, que preside Toyota Argentina, asumió a los 54 años. “En los últimos años, la actitud mental de la gente madura es más flexible”, dijo Ricardo Bäcker, presidente de Korn Ferry Argentina.

Cuando se hace una búsqueda, el límite superior es de 55, porque cuando una empresa ingresa a un ejecutivo, se fija que pueda estar diez años vital y activo.

En Estados Unidos, la edad media para los nuevos CEO es de 55 años en las compañías incluidas en el índice S&P 500 (que nuclea a las quinientas compañías más representativas del mercado), según una encuesta de Spencer Stuart de 2006.

Y se los prefiere cada vez más jóvenes: en 1980, el 51% de los 100 CEO de la lista de empresas de la revista Fortune tenían entre 60 y 69 años. Hoy, el 68% tiene entre 50 y 59 años.

Otra de las características que se ven cada vez con más asiduidad es LA NACIONalidad de los ejecutivos. Y todo parece indicar que los argentinos tienen una luz de ventaja sobre sus pares extranjeros. ¿La razón? Entre otras cuestiones, la capacidad de entender un mercado nada particular como el argentino. “El presidente de la filial de una multinacional representa los intereses de la corporación en la sucursal. Para ese cargo, sólo algunas empresas mantienen CEO extranjeros. Desde 2002, los grandes gerentes son argentinos”, dijo Varoni.

En la década del 90 había más extranjeros por las privatizaciones y el dólar barato. Telefónica de Argentina fue presidida por españoles hasta 2002, hoy sus CEO son argentinos.

Rubén Heinemann, socio de Heidrick & Struggles, dijo que “las empresas brasileñas son más proclives a tener funcionarios de su país”.

Petrobras designó a Décio Fabricio Oddone da Costa, de 47 años, quien asumió en febrero, en reemplazo de otro brasileño, Carlos Fontes.

La expatriación, además, tiene sus costos, ya que la oferta debe incluir una casa, la mudanza y el colegio de los chicos, entre otros beneficios. Bäker dijo que “como el costo de un expatriado es superior al de alguien local, hay una tendencia a reemplazar unos por otros o, también, a ofrecerles a los extranjeros las condiciones de un argentino, sin los beneficios extras, lo que ofrece resistencias”.

Para Alvarez Roldán, “si el gerente hace negocios grandes, el costo del colegio de los chicos es un vuelto. Lo importante es la capacidad del CEO para crear valor”.

Víctor Klima, es un austríaco que asumió, a los 53 años, como presidente de la filial argentina de Volkswagen en 2000. En esos casos, cuando la multinacional es grande, ésta no decide en función del costo sino porque la persona entienda bien el país y la cultura de la empresa.

Bäker opinó que si el nexo con la casa matriz es importante, el expatriado puede rendir mejor, pero si no se inserta bien en la comunidad local, no sirve. “El argentino tiene una visión más profunda del medio y de los costos”, dijo.

Medinaceli agregó: “Un argentino que haya hecho algo de experiencia en el extranjero es el perfil ideal”.

El CEO de Metlife, Luis Lategana, de 46 años, argentino, concluyó: “Un CEO local tiene a favor que entiende la cultura, la clientela y la regulación del país. Tiene como desafíos aprender la cultura de la casa matriz y el idioma, que no es menor. Se necesita desenvolvimiento para negociar, convencer y trabajar en el otro idioma. Y agregó: “Lo importante es capitalizar las experiencias y la pasión de seguir con la actividad que elegiste, que tiene que ver con dedicarle tiempo a una actividad que demanda mucho.”