La digitalización en Argentina crece a pasos firmes: el 89% de los adultos ya utiliza Internet desde hace más de 15 años, y los hogares suman en promedio cinco dispositivos conectados. Pero este progreso técnico no necesariamente se traduce en mayor confianza ni seguridad online.
El informe 2025 de CertiSur, en colaboración con D’Alessio IROL y Berensztein, revela una realidad ambivalente: mientras las herramientas se diversifican y la inteligencia artificial se vuelve cotidiana, persisten la desconfianza en las plataformas digitales y una sensación generalizada de vulnerabilidad.
Trámites digitales: más accesibles, pero poco comprendidos
El 72% de los encuestados realizó alguna vez un trámite online, pero solo el 27% llegó a generar o firmar un contrato digital. A pesar de que tres de cada cuatro personas saben qué es un contrato online, muchos aún no confían en las plataformas, ni saben cómo reclamar en caso de problemas. De hecho, el 81% no puede verificar si un contrato fue adulterado.
Los sistemas más utilizados para validar contratos incluyen firma electrónica simple, adjunto de DNI, selfies, e incluso firma digital emitida por entidades oficiales. Pero todavía hay una gran brecha entre conocer y confiar.
Ciberseguridad: más herramientas, más miedo
El uso de contraseñas seguras, autenticación en dos pasos (2FA) y tecnologías como la biometría facial está en alza. Sin embargo, eso no se traduce en tranquilidad. El 33% de los argentinos sufrió algún hackeo o fraude en los últimos meses, siendo el robo de tarjetas y suplantación de identidad los delitos más frecuentes.
El dato alarmante es que solo el 40% cree que las empresas hacen lo suficiente para protegerlos. En ese contexto, la confianza recae en profesionales especializados y empresas tecnológicas, no tanto en organismos públicos o influencers.
Inteligencia artificial: útil, pero intimidante
La IA ya forma parte del día a día. Desde ChatGPT, asistentes virtuales, hasta recomendaciones de Netflix o Spotify, la mayoría reconoce usar al menos tres servicios basados en esta tecnología.
Aun así, el 70% cree que la IA no es confiable y que aumenta el riesgo de ciberataques. También preocupa que las empresas conozcan demasiado sobre las personas: la selfie, el número de DNI y el celular son los datos más sensibles que los usuarios no quieren compartir.
ChatGPT: entre el entusiasmo y el recelo
ChatGPT gana popularidad como herramienta de trabajo: su uso creció del 35% en 2024 al 54% en 2025. Los sub 45, hombres y quienes viven en el interior del país son los que más lo utilizan.
Pero el entusiasmo viene con un dilema: el 39% teme que la IA lo reemplace laboralmente, y solo un tercio recibió capacitación formal sobre su uso. El aprendizaje sigue siendo una iniciativa personal más que institucional.
¿En quién confiar?
El argentino promedio ya no cree ciegamente en marcas, bancos o plataformas. El 70% exige límites a la IA, aunque eso frene la innovación. La confianza se deposita en quienes tienen conocimiento técnico y pueden ofrecer respuestas claras, visibles y auditables.
Para CertiSur, este escenario es una oportunidad: ayudar a cerrar la brecha entre la percepción de inseguridad y una protección real.
Conclusión
La inteligencia artificial y la ciberseguridad se han instalado como preocupaciones cotidianas. Aunque los usuarios adoptan tecnologías nuevas, no siempre saben cómo protegerse ni en quién confiar. La clave estará en construir puentes de confianza sólidos, donde la tecnología no solo funcione, sino que se entienda y se perciba como segura.