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Sí, la imagen es todo

La máxima que dice “La imagen es todo” no es tan errada. Las grandes compañías lo comprenden y actúan en consecuencia. Pero, ¿qué sucede con las pequeñas y medianas empresas? Por qué hay una creencia popular de que solo las grandes corporaciones tienen presupuesto para dedicar a la comunicación de la empresa.

Lo cierto es que, como las grandes compañías, la Pymes también necesitan proyectar una imagen de profesionalismo, competencia y seriedad. Porque, en muchos casos, la gente elige a las grandes empresas por aquello que proyectan, por su comunicación, aún no conociendo realmente cómo es el funcionamiento interno y si se trata o no de una buena y eficiente opción.

Entonces, explotar la imagen debería estar en los planes de negocio de cualquier empresa, por más chica que esta sea. No es un tema menor, es tan importante como otras cuestiones que están ligadas al negocio.

El primer paso
No podemos competir con una compañía que tiene millones de pesos de presupuesto para lo que sea. Entonces, lo primero, será identificar lo que nos diferencia y comunicarlo, claro. Ser profesional implica conocer nuestro negocio, saber cuál es nuestra misión y visión, los valores que lo acompañan. Eso brinda la posibilidad de conocer realmente qué es lo que tenemos que mostrar.

Segundo paso
Contratar proveedores idóneos. El folleto no lo debe hacer el hijo del vecino que se “da maña con la computadora” y las fotos no las debe sacar un fotógrafo amateur con la cámara pocket. El profesionalismo tiene que estar dentro y fuera de la empresa. El asesoramiento, sobre todo en los comienzos de cualquier actividad, es fundamental. Por lo menos, si queremos que el negocio funcione.

¿Cuáles son los errores más comunes que suelen cometer las Pymes?
Elegir el nombre de la empresa porque “suena bien”, sin investigar, antes de pensar quiénes van a ser los clientes y cuál es el objetivo comercial.

Olvidarse del mercado: no investigar antes de actuar. Cuál nicho está vacío? Está saturado el nicho al que me quiero dirigir?

No tener en claro cuál va a ser la ventaja competitiva del negocio. En qué me voy a diferenciar de los demás

Elegir la imagen por cuestiones estéticas. Los asesores de imágines tienen en cuenta muchísimas variables antes de proponer un proyecto.

No dejar las cosas en manos de profesionales. Aunque no lo crea, esto se nota y lo más importante: se paga caro.